A lo largo de las décadas, el fútbol argentino entregó importantes apellidos que quedaron en la historia del país con sus peculiares características. Dentro de la cancha como jugador o entrenador, muchos protagonistas se ganaron el cariño y respeto del pueblo nacional en todo momento. En ese sentido, Carlos Bilardo, un entrenador que se destacó por sus análisis y estrategias bien detalladas, está en plena celebración por sus 86 años de vida.
Un 16 de marzo de 1938, en La Paternal llegó al mundo un hombre que sorprendería a todo el fútbol argentino años más tarde. El “Narigón” hizo las divisiones inferiores en San Lorenzo, club en el que debutó en 1958 contra Atlanta en la Copa Suecia. Con 12 años como profesional, solo distribuyó su carrera futbolística entre tres equipos argentinos. No obstante, se dio el lujo de consagrarse campeón a nivel nacional e internacional.
En cuanto a su rol como entrenador, tuvo una trayectoria más extensa con instituciones locales, del exterior e incluso, algunas selecciones. La gran diferencia es que como DT no obtuvo muchos títulos pero logró dejar su huella, impronta e ideología dentro del fútbol hasta la actualidad. En tanto, Bilardo también es recordado por su fuerte vínculo con la Selección Argentina; y en especial con Diego Maradona, quien ha tenido diversas idas y vueltas con el ex técnico.
Una carrera en Argentina
Desde su debut con San Lorenzo, Bilardo se destacó como un aguerrido mediocampista que tenía llegada al área rival y mucho recorrido. Más allá de demostrar un importante talento, no tuvo grandes oportunidades en el “Ciclón”, donde alternaba suplencia durante los 3 años que estuvo. Sin embargo, logró consagrarse campeón de Primera División de 1959 con el cuadro de Boedo. En 1961 se fue a Deportivo Español en busca de rodaje y más posibilidades.
Con el “Gallego” entregó grandes actuaciones y una faceta goleadora más activa, lo que le permitió pelear palmo a palmo en la tabla de posiciones en una de las temporadas. Con cuatro temporadas con su segundo club, en 1965 tuvo que elegir un nuevo cambio de aire entre Argentinos y Estudiantes de La Plata. Con la idea fija de jugar por un año más, Bilardo pretendía colgar los botines para dedicarse a la medicina.
De este modo, el Narigón se inclinó por el cuadro platense y así coincidiría por primera vez con el entrenador Osvaldo Zubeldía, su futuro mentor. En el primer año, Bilardo aportó para que el club evitara el descenso pero luego fue fundamental para que juntos escribieran la época dorada de la institución. En el Metropolitano 1967, Estudiantes se armó con talento juvenil y jugadores experimentados para pelear por el título.
Tras varios partidos épicos en el correr del campeonato, en la final se impuso 3-0 sobre Racing, quien era uno de los finalistas de la Copa Libertadores de ese año. Esa histórica consagración significó un renacer de Estudiantes para imponer una hegemonía a nivel internacional. Se consagró campeón de la Libertadores en 1968 ante Palmeiras, en 1969 frente a Nacional de Uruguay y en 1970 contra Peñarol, también de Uruguay.
En tanto, también se adjudicó la Copa Intercontinental de 1968 frente al Manchester United y la Copa Interamericana de 1969 ante Toluca, de México. En la edición de la Copa Intercontinental de 1969 se enfrentó al Milan italiano, encuentro que quedó registrado como uno de los más violentos de la historia. Desde aquel entonces, el equipo se ganó el apodo popular de “anti-fútbol” por parte de los medios. En diciembre de 1970, Bilardo decidió retirarse tras ser relegado por el propio Zubeldía.
Carlos Bilardo, un entrenador con sello propio
Al siguiente año de colgar los botines, Bilardo tomó las riendas como entrenador de Estudiantes, club que peleaba el descenso. Sus ex compañeros le pidieron que se hiciera cargo del equipo pero una vez que el equipo se salvó, el entrenador dio un paso al costado debido a que no quería dirigirlos. En 1973 retornaría con la idea de armar un equipo similar a lo hecho por Zubeldía, formato que en 1975 lo acercó al título local.
En 1976 el equipo regresó a la Copa Libertadores tras cinco años pero bajó el rendimiento; mientras que, en 1977 Bilardo renunció a su cargo por sentirse saturado. Antes de su tercer ciclo en La Plata, el “Doctor” tuvo un paso de dos años por Deportivo Cali de Colombia (1977-1979) y una efímera estadía en San Lorenzo durante el Metropolitano de 1979. En tanto, entre 1980-1981 estuvo al frente del seleccionado colombiano pero fue muy criticado por su ideología.
Para 1982, Bilardo regresó a Estudiantes con el propósito de armar un equipo competitivo e importante, algo que logró en la segunda parte del año. Tras perder en las semifinales del Nacional, en el Metropolitano entregó otra cara con un vistoso juego que quedó en la historia. Durante todo el torneo se mantuvo como líder y pudo consagrarse al vencer 2-0 a Talleres. El estilo de juego de aquel equipo fue aclamado por periodistas y medios por igual.
La excelente campaña con Estudiantes, la cual se la dedicó a Zubeldía, quien falleció en diciembre de 1982, le abrió las puertas a Bilardo para llegar a la “Albiceleste”. Una vez concluida su magnífica estadía en el seleccionado, Bilardo tuvo escasos pasos por Sevilla (1992-1993, 1997), Boca (1996), la Selección de Guatemala (1998) y la de Libia (2000). Por último, tuvo su cuarto ciclo en Estudiantes en 2003 para salvarlo del descenso pero en 2004 dejó la profesión por cuestiones personales.
La Selección Argentina y la gloria eterna
Más allá de tener un pasado como jugador con la Selección Argentina, Bilardo es más recordado por su paso como entrenador albiceleste. Cuando usaba botines debutó en 1959 en los Juegos Panamericanos de Estados Unidos, donde obtuvo la medalla de oro con el seleccionado Sub-23. Además, sumó a su palmarés el Torneo Preolímpico Sudamericano de 1960 con la misma categoría. En tanto, tuvo una estadía poco constante con la Mayor durante su carrera.
Por otro lado, como técnico llegó a la Albiceleste tras el fracaso del Mundial 1982, donde Argentina quedó eliminada en segunda fase. La gran campaña en Estudiantes le permitió llegar al seleccionado en 1983 con una ideología fresca en cuanto a la concepción de juego. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) buscaba repetir lo hecho en 1978 y fue por el Narigón con el objetivo de conseguir ese condimento faltante para gritar campeón.
La llegada del nuevo entrenador estuvo repleta de polémicas por parte del periodismo a causa de su metodología al momento de jugar al fútbol. Asimismo, con Maradona como flamante capitán, la Argentina afrontó una dura eliminatoria hacia la Copa del Mundo de 1986. Los dirigidos por Bilardo se clasificaron en el último partido contra Perú tras un 2-2 y una gran actuación de Daniel Passarella. Incluso, se especuló que el Gobierno de Raúl Alfonsín pretendía su destitución.
Sin embargo, el equipo tuvo una descollante actuación en la cita mundialista y se consagró en la edición de México de manera indiscutida. El novedoso sistema de juego de Bilardo sorprendió a los medios ingleses, como también al mundo entero. El enorme éxito en tierras aztecas permitió que el DT estire su vínculo con la Selección hasta el Mundial 1990, edición que daría que hablar por el famoso “Bidón de Bilardo”.
Para la competencia de Italia, Argentina llegó con un plantel diezmado por las lesiones pero igual entregó una excelente presentación. El equipo de Bilardo alcanzó la final, donde cayó por la mínima ante Alemania con un gol sobre el final y con 9 jugadores en cancha. La imposibilidad de obtener el título encaminó a Bilardo a dejar el cargo a pesar de que le insistieron para que siga. Con tres Copas Américas en su haber, Bilardo estuvo 7 años en la Albiceleste y dirigió 81 encuentros, con 28 triunfos, 30 igualdades y 23 caídas.
Un vínculo de amor y odio
Más allá del cargo de entrenador, Bilardo también navegó por otras profesiones como comentarista y periodista deportivo en varios canales televisivos, en especial de la cadena deportiva Fox Sports. Asimismo, entre 2007 y 2008 fue el secretario de Deportes de la Provincia de Buenos Aires. En octubre de 2008 asumió el rol de director general de Selecciones Nacionales; mientras que, en simultáneo, Maradona tomó el cargo de DT del seleccionado.
Desde sus encuentros en la Albiceleste, Bilardo y Maradona compartieron grandes momentos con excelentes resultados deportivos. No obstante, también tuvieron algunos desacuerdos en ciertas circunstancias. El primero de ellos se dio cuando el Doctor dejó afuera a Jorge Valdano de la lista final del Mundial 1990 con varios meses previos. Esa decisión generó un malestar en “Pelusa”, quien amenazó con abandonar la Selección, situación que no se concretó.
En junio de 1993 se llegó al límite cuando ambos estaban en Sevilla y el DT lo reemplazó a Maradona en un partido ante el Burgos por la liga española. El jugador no lo tomó nada bien y camino al vestuario insultó a su entrenador: “Esto tenemos que arreglarlo de hombre a hombre, aunque dudo que lo seas”. En tiempos más modernos, Maradona apuntó contra Bilardo cuando el primero era entrenador de Argentina y el segundo el director general.
“Hasta hace poco Bilardo se quería quedar con la AFA. Ahora sigue pensando como técnico, cuando en realidad tendría que estar en el palco, de traje y corbata”, explicó Maradona. A pesar de la dura opinión del “Diez”, Bilardo sostuvo que “si se va Diego, yo también me voy”, cuando la clasificación al Mundial 2010 estaba comprometida. La mala actuación en ese campeonato adelantó la salida de Maradona; mientras que, Bilardo dejó su cargo en 2014 tras el anuncio de Gerardo Martino como nuevo DT albiceleste.
Un claro ejemplo de su peculiar relación fue como Bilardo se enteró del fallecimiento de Maradona, quien dejó este mundo en 2020. En mayo de 2018 se detectó que el Narigón sufre el síndrome Hakim-Adams, una enfermedad neurodegenerativa que implicó su internación urgente. Más allá de algunas sospechas, los familiares de Bilardo querían que no recibiera un duro golpe de manera repentina y recién para marzo de 2022 se le confirmó la triste noticia.