Comunidades cristianas y católicas emitieron un comunicado en respuesta al ajuste en los comedores barriales. Las manos que se extienden para asistir en los barrios no dan abasto, y el contexto económico no favorece a los bolsillos de les trabajadores. Frente a este panorama, la crisis alimentaria es uno de los aspectos más preocupantes.
En ese sentido, curas, comunidades cristianas y otros espacios interreligiosos expresaron que “se encuentran alarmados por la brutalidad del ajuste”, derivado de las políticas del gobierno de Javier Milei. Además, advirtieron que la situación en los barrios populares es “muy preocupante”.
El comunicado de los espacios religiosos
En un texto que sigue recibiendo adhesiones, los referentes religiosos respaldaron la declaración de los obispos de Merlo-Moreno, Juan José Chaparro y Oscar Miñarro. En una carta con motivo de la Cuaresma, lamentaron que los responsables del gobierno “sólo se preocupen de que cierren las cuentas y no miren a los hermanos heridos por las medidas que se van tomando”.
“Estamos profundamente alarmados por la brutalidad del ajuste puesto en marcha por el Gobierno nacional, que recae principalmente sobre los sectores populares, los trabajadores y los jubilados”, expresa el comunicado. El pronunciamiento también cuenta con la firma del Equipo de Pastoral Social y de Cáritas de esa misma diócesis.
En la misma línea, advirtieron: “La situación que se vive en las barriadas populares es muy preocupante”, ya que “día a día crece la cantidad de personas que acuden a comedores y merenderos populares, con el agravante de que el gobierno nacional cortó las partidas presupuestarias necesarias para garantizar su atención”.
El Estado es responsable
Desde los espacios interreligiosos también reivindicaron “el rol que debe tener el Estado en garantizar la igualdad de oportunidades, la redistribución de la riqueza y el cumplimiento de los derechos inalienables de las personas”. En este sentido, consideran que “la justicia social, corazón de la doctrina social de la Iglesia, es un medio para construir una sociedad verdaderamente justa”.
“Rechazamos que se mida la vida en términos de ganancias o pérdidas. Nunca lo que se haga en beneficio de la vida puede ser una pérdida. Así solo lo pueden entender quienes adoran al dios del mercado”, expresaron en oposición al ajuste.
Para concluir, aseguraron: “Nosotros somos creyentes de aquel que ha venido para que tengamos vida en abundancia. Esta invitación que nos hace Jesús nos incluye a todos y todas, sin ningún tipo de discriminación, exclusión o descarte”.