Hace nueve meses, hallaron al soldado Pablo Córdoba con dos disparos en la cabeza mientras cumplía guardia en la entrada del Grupo de Artillería 16 de Zapala, Neuquén. Este lugar fue también el escenario del asesinato de Omar Carrasco en 1994.
En este aniversario, Nota al Pie dialogó con Juan José Córdoba, padre de Pablo, sobre el caso, el traslado y su relación con el juez federal Hugo Horacio Greca.
Este viernes 1 de marzo, como todos los primeros de mes, sus familiares llevarán a cabo una marcha en Zapala. La concentración comenzará a las 11 de la mañana en la entrada del cuartel, desde donde se movilizarán hasta llegar al juzgado.
En ese aspecto, José Córdoba contó que, en esta ocasión, será en repudio del accionar del juez federal subrogante de Zapala, Hugo Horacio Greca, quien está a cargo de la causa.
“Nunca quiso investigar”
Uno de los principales objetivos de la familia, mientras esperan avances en la causa, es llegar a las autoridades nacionales, ya sea la ministra de Seguridad Patricia Bullrich o el ministro de Defensa de la Nación, Luis Petri, para que conozcan la causa.
Además, les familiares quieren que el juez federal sea apartado del caso, ya que denuncian que “nunca quiso investigar”. En ese aspecto, Juan José Córdoba señaló que cada vez que tuvieron que hablar con Greca los trató mal, “como delincuentes”.
Las novedades del caso Pablo Córdoba
Una de las principales críticas por parte de la familia es el avance lento de la causa. Por esta razón, cada primero de mes realizan una marcha en pedido de justicia. Este avance es tan lento que tardaron casi seis meses en cambiar la carátula, como lo había pedido la familia.
Desde el principio, la familia sostiene la teoría de un asesinato perpetrado con dos armas. Juan José Córdoba expresó esto en un acto del 17 de agosto: “Me paro aquí con todo el dolor de padre para decirles que a nuestro hijo lo mataron dentro de este cuartel. Sostenemos que el o los asesinos están formados aquí entre nosotros o llevan el mismo uniforme”.
El padre cree que su hijo vio a alguien “cometiendo algún ilícito de relevancia muy grande” y por eso fue asesinado. Córdoba explicó que donde lo encontraron no era su área asignada y, a su vez, señaló que para él no fue una persona, sino dos o más, ya que los disparos que recibió no concuerdan, dado que él cree que “hay dos armas involucradas”.
En noviembre del año pasado, el juez Greca cambió la carátula y se empezó a investigar como “homicidio”, debido a que no se encontró pólvora en las manos del conscripto y tampoco se hallaron huellas en el Fusil Automático Liviano (FAL) que ocasionó la muerte. Ahora, la familia busca que se cambie nuevamente y que se investigue como “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”.
La última novedad dentro de la causa fue la reconstrucción del asesinato que se realizó el 26 de diciembre, hace dos meses. “Prácticamente fue una guionación por parte del juez con los testigos, el comandante de gendarmería, Leonardo Iglesias, planteando hipótesis de suicidio. Cuando, sobre la mesa del juez, están puestas todas las evidencias y las pruebas científicas que indican todo lo contrario, que habla de homicidio. Así que viene la causa pisada por el juez”, relató Juan José Córdoba.
Según los relatos de lo que pasó ese día, entre Iglesias y el juez propusieron dos reconstrucciones descabelladas en el intento de demostrar que “se suicidó”, a las que se opusieron tanto la fiscal Karina Martínez Stagnaro como el querellante Maximiliano Orpianessi. Ninguna de estas teorías eran comprobables con la evidencia con la que contaban.
La familia del soldado realizó una denuncia por lo sucedido durante la reconstrucción. Elles destacan que el Juez Greca les gritó al abogado defensor, al fiscal y a la familia y echó del lugar a los gritos a Daiana, la hermana de la víctima y al padre Juan Jose.
En tanto, la madre de Pablo Córdoba, Natalia Uribe, tuvo que pedirle varias veces al juez que baje el tono de voz: “Parecía adrede, trataba bien a todo el mundo y a nosotros nos hostigaba como si fuéramos los delincuentes”, contó al diario Río Negro.
Las discrepancias de la familia con el juez Greca
Los problemas con el juez se remontan al inicio de la causa, cuando él escuchó primero las voces del ejército, quienes promovieron la teoría del suicidio. “Creo que tendría que sincerarse el juez y realmente ponerse a buscar a los asesinos de mi hijo. Durante estos nueve meses, lo que trató de hacer fue cerrar la causa como un suicidio, manchando la memoria de mi hijo. Y no se dedicó a buscar a los asesinos”, aseguró Juan José Córdoba.
En diálogo con Nota al Pie, Juan José Córdoba reveló que, además de la denuncia por el trato durante la reconstrucción, también lo recusaron en dos oportunidades. La familia siente que están peleando con dos frentes grandes, la justicia y el ejército.
La familia siente que están peleando con dos frentes grandes, la justicia y el ejército.
Córdoba también relató que las mismas autoridades del ejército, sentadas en la mesa de su casa, le dijeron que el juez había tenido comunicación con ellos, al tiempo que “se jactaban de que estaban en contacto constante con el juez”, algo que jurídicamente no debería pasar porque son parte de la investigación.
Traslados
Desde las primeras semanas de febrero, cuando trasladaron al jefe de la Sexta Brigada de Montaña, el general Hugo Alejandro Tabbia, en Neuquén no queda nadie que haya formado parte de la cadena de mandos y tenido alguna responsabilidad cuando ocurrió el crimen de Pablo Córdoba. Tabbia había visitado a la familia un mes después de lo sucedido, donde les pidió que no vinculen la muerte con la de Omar Carrasco y les reveló que conversaba con Greca.
Siguiendo la misma estrategia utilizada durante el homicidio de Carrasco, también habrían trasladado al teniente coronel Enrique Rafael Lamas, exjefe de la BAL, quien había visitado a la familia junto a Tabbia.
Por otro lado, Natalia Uribe, madre de Pablo, denunció que el cabo primero Maximiliano Torres, el sargento Gonzalo Silva y el teniente Rodrigo Emiliano González, quienes estaban de servicio el 1 de junio, también fueron trasladados.
Sin embargo, el traslado que más les sorprendió fue el del padre Juan José Córdoba. Hace más de doce años que trabajaba en la Base de Apoyo Logístico de Zapala, pero a partir de febrero fue ubicado en el Regimiento de Infantería de Montaña N°10 “Teniente General Eduardo Racedo”, en Covunco, a 25 kilómetros de Zapala.
“El traslado me tomó por sorpresa porque no salió con los pases normales que se dan en octubre o noviembre. A mí me avisaron a mediados de diciembre que me trasladaban a Covunco”, contó Córdoba.
Por último, en su hipótesis señaló que “seguramente me sacaron porque no les convenía que siga estando ahí en Zapala. No les convenía que siga estando ahí pidiendo justicia”.