El gobierno de Javier Milei, a menos de tres meses de su asunción, decide hacer oídos sordos a las demandas de los sectores más vulnerados, cortando todo diálogo y respuesta a las distintas organizaciones sociales, que son la última barrera de contención frente al empobrecimiento que genera el ajuste.
A sabiendas de la dificultad de la población en el acceso a los alimentos, el Ministerio de Capital Humano no sólo dio la espalda a referentes comunitaries y barriales que acercaron sus reclamos, sino que decidió eliminar la asistencia alimentaria para comedores y merenderos.
Frente a esta situación, en un encuentro abarcativo sin precedentes, las organizaciones sociales transmitieron sus posturas en una conferencia de prensa en el Obelisco, en la Ciudad de Buenos Aires, para definir un plan de lucha contra el ajuste.
De esta forma, las organizaciones sociales forman parte del conjunto de sectores que comienzan a visibilizar con paros y protestas que están siendo afectados fuertemente por el ajuste. Entre ellos, los gremios docentes, estatales, de sanidad y de conductores de trenes.
Las consecuencias del ajuste
Son más de 44.000 comedores que se encuentran totalmente desabastecidos en un contexto crítico de pobreza que casi alcanza el 60%, inflación y licuación del poder adquisitivo de les trabajadores.
“La situación en los barrios es desesperante, hay un nivel de inflación altísimo. Lo que está sucediendo con los alimentos es terrible para cualquiera que tenga un salario”, explicó a Nota al Pie la coordinadora nacional de Libres del Sur, Silvia Saravia.
En la conferencia en la plazoleta del Obelisco, los carteles y banderas repetían el mismo reclamo: “alimentos para los comedores”, “el hambre no espera”, “basta de ajuste”: Las organizaciones entienden que el acceso a la comida es la principal preocupación de gran parte de la sociedad argentina.
Pero el reclamo por el salario también es una de las principales consignas. Exigen que el monto del Potenciar Trabajo, que perciben más de un millón de trabajadores, no sea congelado por su desvinculación del SMVyM (Salario Mínimo, Vital y Móvil).
El plan de lucha
Hasta ahora, la postura del Ministerio que debería encargarse de las necesidades sociales fue la falta de diálogo y respuesta. Por esto, las organizaciones sociales planean manifestarse para visibilizar esta situación, tratando de esquivar el protocolo de Bullrich que amenaza con reprimir la protesta.
“Es una situación histórica que estemos todo este abanico de organizaciones iniciando un plan de lucha”, declaró Saravia, ya que se trata de una unión sin precedentes de Libres del Sur, la Unidad Piquetera, el Frente de Organizaciones en Lucha, hasta la UTEP (Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular), entre muchas otras agrupaciones.
La ola de protestas comenzará el próximo viernes 23 de febrero, con concentraciones frente a las oficinas de la ministra Sandra Pettovello y cortes en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires.