Una de las máximas autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, visitó la Argentina para reunirse con el ministro de Economía, Luis Caputo, en el Palacio de la Hacienda. El encuentro tuvo como fin diseñar una nueva agenda en la relación bilateral.
En ese sentido, les funcionares conversaron sobre la posibilidad de establecer un nuevo acuerdo y mayores desembolsos. Desde el Ejecutivo advirtieron que a pesar de contemplar la propuesta del organismo “como parte del proceso de estudiar alternativas”, aún no hay ninguna confirmación sobre cómo avanzará.
Por su parte, el presidente Javier Milei recibió a Gopinath en la Casa Rosada. En conjunto analizaron la marcha del plan económico acordado con el país, a partir de que el Gobierno nacional accedió a U$S 4.700 millones de dólares. Esta cantidad busca refinanciar los vencimientos de deuda que mantiene con el organismo hasta abril.
Previo al encuentro, la subdirectora gerente del FMI había expresado sus intenciones de venir a la Argentina mientras el Congreso discutía la Ley Ómnibus en apoyo al plan económico y el megaproyecto de Milei. Sin embargo, el mandatario insistió en que la visita se realizara tras definir el desembolso del 1 de febrero.
Además, desde el organismo reafirmaron su apoyo hacia la política económica del gobierno libertario. No obstante, advirtió que habrá una “estanflación” a corto plazo y una inflación promedio del 230% y del 150% a fin de año.
La reunión con Caputo
Durante el encuentro en el Palacio de Hacienda, el ministro de Economía mostró los números de desaceleración de la inflación y remarcó que, pese al fracaso de la Ley Ómnibus, el Gobierno continuará defendiendo el superávit fiscal.
Según indicó Gopinath desde su cuenta de X, fue una reunión “productiva” en la que se abordaron “los esfuerzos en curso para restaurar la estabilidad macroeconómica, proteger a los vulnerables y fortalecer las perspectivas de crecimiento en Argentina”.
Por su parte, Caputo aseguró: “Lo que estamos haciendo es más de lo que ellos hubieran pedido y está pasando. Los resultados le están llamando la atención fuertemente”.
Asimismo, reveló que el FMI puso sobre la mesa “la posibilidad de un nuevo acuerdo” y el gobierno está “abierto a explorar esa posibilidad como parte del proceso de estudiar alternativas”.
En este marco, agregó: “No es que vamos a hacerlo, sino que vamos a estudiarlo. Si es mejor e implica más desembolsos, bien. Estamos estudiando lo que sea mejor para el país”.
¿Qué resultados se mostraron?
En la reunión, les técniques del Ministerio compartieron con la subdirectora gerente del organismo que el gobierno obtuvo “superávit gemelos” durante el primer mes pleno de la gestión de Milei.
El Ejecutivo alcanzó un número positivo: la ganancia de U$S 797 millones en el intercambio comercial, así como un resultado fiscal -luego del pago de intereses- de poco más de $518.000 millones. Respecto al Banco Central, desde la asunción del líder de La Libertad Avanza (LLA), acumuló casi U$S 7.800 dólares.
A su vez, les funcionaries mostraron que la inflación minorista pasó del 25% en diciembre a 20,6% en enero, con un aumento del 118% en el precio del dólar oficial de por medio. Y se proyecta un 15% para este mes. Mientras que los precios mayoristas, que subieron un 54% en diciembre, disminuyeron un 18% en enero.
Si bien los números parecieran ser buenos, las cifras de importación -como de producción industrial- revelaron un desplome en las compras. De acuerdo a la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), que mide el índice de producción industrial, el índice de producción industrial dio una variación interanual negativa de 6,3%.
Además, la utilización de la capacidad instalada en la industria, según la medición del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), cayó a un 54,9%-, lo que significa el nivel más bajo desde el pandémico 2020.
Las dudas del FMI
Más allá del apretón de manos entre el Gobierno nacional y el FMI, éste no deja de considerar otros aspectos como el plan fiscal, la inflación a cargo de Caputo, y la falta de un plan de estabilización, los cuales en caso de no cumplir con los requerimientos podrían suponer un retroceso en el apoyo.
En este sentido, el superávit financiero alcanzado en enero, que el Gobierno enseña como una victoria, se considera un ajuste difícil de sostener en el tiempo. El ritmo acelerado de compra de divisas se ve en un escenario complejo de sostenerse durante todo el año.
En primer lugar, porque a partir de la devaluación y las trabas regulatorias, obedeció a un freno importador. Por otro lado, se supone que el calendario de pagos será más exigente durante el segundo semestre.