A través de un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores, el gobierno del Reino de Arabia Saudita presentó una serie de condiciones a la administración nacional de Estados Unidos, con el propósito de reconocer al Estado de Israel. Una de ellas consiste en el reconocimiento internacional del Estado palestino.
En ese marco, Riad, capital de Arabia Saudita, convocó al Consejo de Seguridad de la ONU para acelerar dicha acción. Nota al Pie analiza la iniciativa saudí a la luz del declive geopolítico del Unipolarismo Financiero anglosajón producto de la crisis internacional.
No habrá reconocimiento a Israel sin Estado palestino
El 5 de febrero, Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano, realizó su quinta visita a Medio Oriente desde que comenzó el conflicto entre Israel y Hamás por Palestina. Durante su visita, se reunió con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salmán, para evaluar los esfuerzos realizados con el objetivo de garantizar la “seguridad y la estabilidad” en la región.
En ese marco, el alto funcionario estadounidense y el saudí se comprometieron a cooperar juntos en dichos aspectos, en medio de la situación de conflicto en Gaza, la confrontación en el sur del Líbano y el aumento de la tensión en Yemen.
Sin embargo, el cortocircuito entre Riad y Washington se desató a causa de la declaración del portavoz de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, quien luego del encuentro anunció que Arabia Saudita e Israel reestablecerían sus relaciones.
En un comunicado, la cancillería saudí descartó esa situación planteando cuatro condiciones para la normalización diplomática entre ambas naciones. Estas son: poner fin a la operación y ocupación en Gaza, reconocer al Estado palestino, contemplar los límites de 1967 con Jerusalén Este como capital palestina, y reconocer plenamente a Palestina en los organismos internacionales como la Naciones Unidas.
El reconocimiento de un Estado palestino independiente es una postura que tanto Estados Unidos como los aliados internacionales de Israel no están dispuestos a tomar. En efecto, el comunicado saudí mostró los límites que Riad impone a Washington para llevar a cabo sus planes en la región.
“La posición de Arabia Saudita ha sido siempre inquebrantable con la cuestión palestina y la necesidad de que el hermano pueblo palestino obtenga sus legítimos derechos”, destacaron en el documento.
La convocatoria de Arabia Saudita
En el comunicado, Arabia Saudita instó al Consejo de Seguridad de la ONU a reconocer el estado palestino bajo las fronteras de 1967. Esta mesa política está compuesta por las principales potencias militares y tiene cinco miembros permanentes: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China y Rusia.
No obstante, en la actualidad, se encuentra en un proceso de crisis debido a los intereses contrapuestos que se pusieron de manifiesto en los últimos cinco años a raíz de diversos conflictos internacionales.
El 24 de octubre de 2023, a dos semanas del estallido entre Israel y Palestina, tanto Estados Unidos como Rusia no lograron imponer sus propias resoluciones para abordar el conflicto. En términos reales, el consejo está bloqueado y pierde legitimidad debido a su incapacidad para avanzar y resolver asuntos internacionales de seguridad.
A ello se suma la crisis que sufre la ONU, reconocida por su propio Secretario General, António Guterres. El planeta “ha entrado en caos”, señaló el portugués, quien describió que el Consejo de Seguridad y las instituciones financieras necesitan ser reformadas.
Es por este motivo que Riad puntualiza sobre ese espacio multilateral. La incapacidad de resolver evidencia la imposibilidad de parte de Estados Unidos y sus aliados anglosajones por imponer sus propios intereses. El cuestionamiento al Consejo de Seguridad de la ONU es una crítica al liderazgo de Washington sobre los asuntos globales.
En paralelo, la Autoridad Nacional Palestina (ANP), fuerza política que gobierna la zona de Cisjordania, expresó su beneplácito por el posicionamiento saudí.
El Unipolarismo no logra romper la asociación saudí-iraní
El contrapunto entre Riad y Washington destaca el declive del Unipolarismo Financiero para ordenar los focos de conflicto de acuerdo a sus intereses, escenario que se viene acelerando en la última década.
En tanto, si bien la comunión entre Estados Unidos y Arabia Saudita no se quebró, los wahabíes que gobiernan el territorio del Golfo Arábigo desarrollaron nuevas redes geopolíticas con terminales multipolares.
Además, el histórico acuerdo con la República Islámica de Irán, suscrito en 2023 a instancias de Beijing, expresa un cambio de época en el que los intereses nacionales prevalecen sobre los diseños geopolíticos fundados en el Atlántico Norte.
Arabia Saudita es el mayor rival regional de Irán después de Israel, y es por eso que su integración al BRICS a la par de Irán supone un retroceso para la unipolaridad, que apuesta a caotizar la región para quebrar las nuevas alianzas regionales.
En la misma línea se puede ubicar el acuerdo en el marco de la OPEP+ entre Riad y Moscú para disminuir la producción de barriles de petróleo a contramano de los intereses del complejo energético de Texas.
En ese sentido, el comunicado es un fuerte mensaje de la Casa Real saudí que condiciona el proyecto geopolítico anglosajón para avanzar en la normalización entre Riad y Tel Aviv y volver a subordinar a Arabia Saudita bajo su órbita.