El segundo tomo de la serie de cómics de Hellblazer, titulado Sangre Real, tiene como personaje principal al reconocido hechicero de las artes oscuras, John Constantine. Dicho tomo salió a la venta en comiquerías el pasado 26 de enero, editado por Ovnipress. Se trata de la continuación del arco Hábitos Peligrosos y de una etapa de la serie escrita por Garth Ennis, con ilustraciones de William Simpson, Mike Hoffman y Steve Dillon.
Originalmente publicado entre noviembre de 1991 y julio de 1993, el volumen compila desde el N°47 al N°50 y del N°52 al N°55; últimos cuatro números que corresponden al arco de Sangre Real. Con una edición en papel obra, el tomo cuenta con 220 páginas (formato 17 cm por 24 cm), a todo color, con tapa blanda y con una portada con un logo en stamping metalizado en plateado.
¿De qué se trata Hellblazer: Sangre Real?
El volumen N°47 comienza donde quedó la historia en el arco de Hábitos Peligrosos, correspondiente al volumen anterior editado por Ovnipress. Desde las primeras páginas, veremos a un Constantine recuperado del cáncer terminal, superado tras su último encuentro con los demonios que logró chantajear exitosamente.
El hechicero se encuentra en un bar, disfrutando de una cerveza y será alrededor de ese sitio donde transcurrirán los hechos de gran parte de los primeros números. Por razones misteriosas que Constantine tendrá que develar, el bar arderá en llamas junto con su dueña. Estas primeras páginas serán bastante sangrientas y actuarán como una antesala de un volumen repleto de gore y mucho horror.
En los números 49 y 50, los acontecimientos darán un giro total que llevará a Constantine a enfrentarse con hechos de un pasado bastante remoto. Mientras pasará Nochebuena con un fantasma del Medioevo para luego lidiar con el Rey de los Vampiros, John empezará a explorar su relación con su amiga Kit Ryan. Consciente de los hábitos oscuros de Constantine, Kit deberá ser paciente y aceptar poco a poco a su amigo.
Pese a la ausencia del N°51, los números del 52 al 55, correspondientes al arco que le da el nombre al tomo, resultan en una continuación directa de las historias anteriores. Mientras Constantine investiga asesinatos muy peculiares en las calles de Londres, profundizará su vínculo con Kit para hacerse preguntas por sus deseos para el futuro.
En Sangre Real, el hechicero deberá ir tras los pasos del demonio asesino Calibraxis, quien reclama ser Jack el Destripador y ataca a miembros de la familia real. En su investigación, no faltarán los personajes bizarros y temerarios, así como los desmembramientos y la sangre.
Un cómic sobrenatural pero muy humano
Aunque Sangre Real trata sobre temas sobrenaturales llenos de demonios, fantasmas y seres de las sombras, es una historia que aborda aspectos muy humanos de la cotidianeidad.
Es claro que el trabajo de Constantine supone situaciones paranormales muy peligrosas y que atentan con su integridad física y psicológica. Sin embargo, al volver a casa, al encontrarse con su amiga Kit y potencial pareja, todo se vuelve muy próximo al día a día de cualquier persona trabajadora. El vínculo entre John y Kit resuena en la realidad y construye un nexo que permite empatizar con lo que les pasa a les personajes.
Quizás, lo que más se destaque de los arcos publicados hasta el momento en Argentina sea ese hechicero con problemas tan humanos, capaces de retrotraer a les lectores a la realidad. A lo largo del tomo, Constantine experimentará emociones completamente humanas, sufrirá preocupaciones como el resto de les mortales y compartirá tristezas y alegrías con sus seres querides.
A lo largo de las páginas, John manifestará gratitud ante las situaciones que le tocará vivir. Tal como el mismo personaje expresará: “Estoy feliz con la vida que tengo, gracias”.
Un arte cargado de un horror explícito
Aunque a lo largo del tomo los ilustradores juegan con estilos gráficos bastante diferentes, todas las viñetas comparten un estilo de dibujo muy real y a la vez oscuro que acompaña el guion de manera complementaria.
La sangre y los dibujos grotescos serán una constante en todo el tomo, pese a que algunas páginas y secuencias sean más coloridas que otras. Probablemente esa sea la genialidad desde lo visual: lograr impresionar y construir una atmósfera siniestra desde el dibujo, más allá de las decisiones de color y de las tintas. El relato contará con viñetas siempre muy explícitas y horrorosas, sean a todo color, monocromáticas o inclusive acromáticas.
Los trazos de los diversos artistas logran transmitir la gestualidad y las emociones de les personajes. Al respecto, resulta viable distinguir cuando Constantine tiene alguna preocupación, advierte el peligro, se encuentra triste o que se enamora.