La cooperativa Viviendas Norte denuncia que, debido a las diferentes medidas establecidas por el gobierno de Javier Milei y la situación económica del país, el programa Vivienda Semilla que desarrollaron corre peligro. Esto significa que, por culpa de la inacción gubernamental, podrían perderse 12 puestos de trabajo y la finalización de hogares para 42 familias.
Viviendas Norte es una cooperativa oriunda de Don Torcuato, ubicada en la zona norte de la provincia de Buenos Aires, que tiene como objetivo solucionar los problemas habitacionales por fuera de la lógica del mercado. Existe hace 40 años y en 2016 fue recuperada por sus trabajadores, por eso actualmente son una cooperativa: Techo, Tierra y Trabajo.
“Este contexto de hiperinflación, ajuste y devaluación nos pone en una situación de riesgo y nos imposibilita la continuidad de esta metodología, afectando la fabricación y los plazos de entrega”, declararon desde la cooperativa en un comunicado. Allí también aclararon: “Tristemente, nos vemos en la necesidad de frenar la incorporación de nuevas familias propietarias”.
Nota al Pie dialogó con Milca Sosa, presidenta del programa, para que detalle lo que está sucediendo.
¿Qué es el programa Vivienda Semilla y por qué corre peligro?
La Vivienda Semilla es un programa pensado para que todos los sectores populares puedan acceder a la casa propia. Es un proyecto que la cooperativa Viviendas Norte presentó ante el Ministerio de Desarrollo Social en 2022. Se basa en el apalancamiento del Estado para impulsar la producción y garantizar la accesibilidad a la casa.
Son casas de 29m2 financiadas a cinco años, destinadas a las familias de Potenciar Trabajo. Se construye en una semana, lo único que se necesita es hacer la base teniendo el terreno. Elles sostienen que están tratando de “generar algo que no se hizo en ningún otro lugar”.
Las familias que participan pagan una cuota accesible y a los seis meses se empieza con la edificación de la casa. “En la actualidad son 42 familias dentro de una garantía colectiva, pero, lamentablemente está iniciativa corre riesgo de no continuar, por las condiciones económicas que venimos atravesando” detalló Milca Sosa a Nota al Pie.
Uno de los principales problemas que afrontan es la compra de materiales, que en estos últimos meses aumentaron, en algunos casos, al 210%, mientras que la cuota que está indexada a los aumentos del Potenciar Trabajo, por ejemplo, no se va a modificar, dado que desde el gobierno congelaron el ingreso.
Esto se ve exacerbado por la inacción del Estado, que le debe el segundo desembolso del subsidio con el cual comprarían los materiales para construir nuevas viviendas. Desde que el ministerio de Desarrollo Social pasó a formar parte del Ministerio de Capital Humano que dirige Sandra Petovello, no hay un funcionario a cargo de esto.
La cooperativa busca reunirse con las nuevas autoridades, pero, por el momento, convocan a la sociedad en su conjunto a que conozca la propuesta y se solidarice. A su vez, en la espera de la respuesta del gobierno, Milca Sosa señaló que van a impulsar un fondo de lucha a través de eventos, bonos colaborativos y el sorteo de una vivienda para recaudar fondos que les permitan sostenerse y atravesar está dificultad.
¿Cuál es la historia de Viviendas Norte?
Se trata de una fábrica que existe desde hace 40 años, pero que tuvo que cerrar en 2013 por motivos económicos. No obstante, tres años después les trabajadores la recuperaron. “La organización del espacio y el proceso de recuperación de la producción, nos llevó los dos primeros años”, relató su presidenta, Milca Sosa. Ella, además, sostuvo que, cuando accedieron a la fábrica en 2016, la situación del país era complicada por lo que les costó al comienzo, pero pudieron sacarlo adelante “con mucho esfuerzo y lucha”.
“Decidimos cooperativizarnos para consolidar la integración que habíamos hecho entre los ex empleados de la gestión anterior y nuestros compañeros que integraban unidades productivas en construcción, trabajadores de la economía popular”, explicó Sosa. Esta cooperativización también les permitió contrataciones directas con los municipios, convenios para fortalecer la producción y el acceso a herramientas y maquinarias a través del Estado Nacional.
En la actualidad, se dedican a la fabricación de kits constructivos, hacen casas, obradores, salones de usos múltiples, metros cuadrados de panelería premoldeada y trabajan en otros frentes de obra por el mejoramiento habitacional. “Intentamos ser una alternativa de construcción al ladrillo, a lo que culturalmente estamos acostumbrados”, explicó su presidenta.
Teniendo en cuenta los problemas que sostiene la situación habitacional del país, uno de los objetivos de esta cooperativa es que su sector “no sea entrampado en la lógica especulativa y de valores inalcanzables y que se pueda concretar el sueño de la casa propia”. A su vez, elles esperan poder vivir de su trabajo, construir comunidad, lograr que la casa vuelva a ser un bien común y no solo un objeto del mercado.
“Proyectamos constituirnos como una alternativa real en la construcción de viviendas, teniendo en cuenta que nuestra propuesta constructiva es ágil y sin desperdicios ni contaminantes, aportamos a mejorar la calidad de vida de las personas y el hábitat”, detalló Milca Sosa.