La malaria, también conocida como paludismo, es una enfermedad potencialmente mortal causada por un parásito que se transmite por la picadura de un mosquito. Este vector es diferente al mosquito que transmite el dengue, y está presente en nuestro país en algunas regiones de Salta, Jujuy y Misiones. También en varios países de América, Asia y África.
A mediados de enero, un turista estadounidense comenzó a sentirse mal, con fiebre muy alta, mientras estaba recorriendo Ushuaia. Decidió trasladarse a la Ciudad De Buenos Aires, donde falleció en el Hospital Fernández. El Instituto Malbrán confirmó luego que la causa había sido por malaria. Anteriormente había estado viajando por Etiopía, India y Turquía.
El último caso autóctono registrado en Argentina fue en 2010. Años más tarde, luego de demostrarse la interrupción local de la transmisión, en 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al país Libre de la enfermedad. Esto fue posible ya que se cuenta con un sistema de vigilancia adecuado, métodos de diagnóstico precoz y con tratamiento oportuno para eventuales casos importados. Las provincias que presentaban casos endémicos eran Salta, Jujuy y Misiones.
Nota al Pie consultó al Dr. Christian Di Santo, médico infectólogo (MP 453433) y profesor de la Universidad de Morón, para conocer sobre esta enfermedad y los riesgos de que exista un nuevo brote.
Malaria, una enfermedad potencialmente mortal
La malaria, también conocida como paludismo, es una enfermedad febril potencialmente mortal. “Es causada por parásitos del género Plasmodium. Dentro de este género encontramos 5 especies que son las responsables de la enfermedad: P. falciparum, P. malariae, P. ovale, P. vivax y P. knowlesi”, comenzó explicando el Dr. Di Santo.
“La transmisión al ser humano ocurre a través de la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles. Los primeros síntomas suelen darse entre 10 y 15 días después de la picadura de un mosquito infectado” agregó. Por lo general, “los pacientes presentan fiebre, dolor de cabeza y escalofríos”. Los casos más graves son causados por P. falciparum, en los que se pueden presentar alteraciones hematológicas, es decir alteraciones en la sangre, insuficiencia renal, hepática y evolucionar al coma.
“No existe contagio directo entre personas, sino que el contagio de la enfermedad a personas se produce por la picadura de mosquitos hembra (del género Anopheles) infectados con el parásito”, aclaró. “El contagio de una persona a otra se puede producir únicamente en áreas donde se encuentre circulación del mosquito Anopheles. Esto es en la región noreste y noroeste de nuestro país, donde se produjeron casos autóctonos”, agregó.
“Si bien en Buenos Aires podemos encontrar circulación de una especie de mosquito Anopheles, no se encuentran registros de transmisión de casos autóctonos. De hecho la Organización Mundial de la Salud certificó en el año 2019 que Argentina es libre de paludismo dado que no presenta casos autóctonos desde el año 2011”, sostuvo. En cuanto al tratamiento, se dispone de medicación endovenosa, por sangre, y por vía oral. “La elección de la droga antimalárica depende de la especie del parásito y del país donde fue adquirido. Esto se debe a la resistencia antimicrobiana prevalente”, indicó.
A tener en cuenta antes de viajar
Esta enfermedad está distribuida ampliamente en países tropicales y subtropicales, principalmente en regiones de África, Asia y América situadas entre los trópicos de Cáncer y Capricornio. “Ante un viaje a una zona con paludismo endémico, es recomendable realizar medidas que eviten las picaduras de mosquitos. Por ejemplo, emplear repelentes, ropa adecuada para cubrir zonas expuestas y utilizar mosquiteros”, explicó el médico infectólogo.
Además, “se sugiere realizar consulta con servicio de medicina del viajero ya que el paludismo es una enfermedad prevenible mediante la profilaxis con medicación antimalárica. De acuerdo al país que uno viaje está indicada la medicación correspondiente, dado la especie circulante en la zona junto con su resistencia antimicrobiana”.
La vigilancia epidemiológica como prevención
En 2007 se produjo el último brote registrado en la provincia de Misiones. En 2010 tuvieron lugar los últimos casos autóctonos en la provincia de Salta por Plasmodium vivax. A partir de ese momento solo se han presentado casos importados.
Según informó el Ministerio de Salud, durante el 2018, hubo 23 casos confirmados. De estos, 19 fueron diagnosticados, notificados y tratados en Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el resto fueron en Mendoza (2), Santa Fe (1) y Córdoba (1). En cuanto a la procedencia de los casos, se observa que 65 por ciento, es decir, 15 procedieron de Venezuela, 3 de Nigeria, 2 de Perú, 1 de Tanzania, 1 de Camerún y 1 de Mozambique.
Debido al alto tránsito de personas de todas partes del mundo, se mantiene un sistema de vigilancia para posibles casos importados. Estos son aquellos que fueron originados en otro país y una vez que llegan a Argentina pueden comenzar los síntomas. Es importante señalar que, si bien puede haber casos importados, no se ha vuelto a registrar la transmisión del parásito entre personas a través de la picadura del mosquito.
Con el fin de prevenir la reintroducción de la transmisión autóctona y así continuar manteniendo la certificación de país libre de esta enfermedad, en 2018 comenzó a funcionar el Plan Nacional de Prevención del Restablecimiento del Paludismo en Argentina