Consagrada como la primera médica de Argentina, no sólo por obtener el título sino por su determinación de avanzada para la época, Cecilia Grierson aportó un gran legado a la medicina nacional.
Su madre, una joven católica de Entre Ríos, le transmitió saberes a través de la escritura y la lectura, conocimientos poco frecuentes para la época. Además, con su padre compartió lecturas por las noches, en la gran biblioteca familiar.
Estos grandes estímulos forjaron una personalidad con mucha determinación y una vocación social muy fuerte, fuente de inspiración para su legado. En el Museo Magna Santa Catalina, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, trabaja Adriana Fiedczuk.
Es museóloga y entre 2004 y 2005 realizó su tesis de licenciatura basada en la vida de Grierson. Dicho Museo difunde el patrimonio histórico cultural y natural de Santa Catalina. Además, este espacio reivindica el trabajo de Grierson, al igual que Fiedczuk. En diálogo con Nota al Pie, nos repasó la importancia de su legado.
Grierson se destacó no sólo en la rama de la medicina y la ciencia, sino también en la educación y en la asistencia social. Ser maestra la habilitó a tener una profesión y a ser una mujer independiente que ayudaba a mantener a su madre viuda y a sus hermanos.
Por otro lado, en esa época las mujeres médicas no podían ver el cuerpo desnudo de un hombre. Entonces debían limitarse al campo de la ginecología, la obstetricia y pediatría. A pesar de ser cirujana, nunca pudo hacer una cirugía. Tampoco ser directora de un hospital o ni siquiera docente titular de una cátedra.
Una tesis para redescubrir a Cecilia Grierson
En 2004, Fiedczuk comenzó a realizar una tesis de licenciatura sobre la vida de Cecilia Grierson. Entre sus objetivos se encontraba saber el por qué pese a recibirse de médica en 1889, hasta 2004 había sido invisibilizada por la historia.
Su tutora de tesis fue Lily Sosa de Newton, quien en la década del 70´, fue pionera en investigar la historia de las mujeres argentinas. Como resultado de su tesis, publicó el libro ‘Cecilia Grierson, una lucha sin tiempo’.
“Lo que me llevó a investigar sobre la vida y el legado de Cecilia Grierson fue el gran deseo de interiorizarme en la vida y aportes de aquellas mujeres que hicieron la historia argentina. No como se planteó siempre desde la historia formal en donde los hombres son los protagonistas y las mujeres acompañan. Es la primera en desafiar al sistema para poder ingresar a los claustros universitarios y obtener un título”, comenzó explicando.
Cuando comenzó a estudiar sobre ella, se encontró con muy poca información. “Lo primero que hice fue entrevistar a gente del ámbito de la medicina, como enfermeros, médicos y auxiliares. Les pregunté si conocían la historia de Cecilia Grierson. Un porcentaje muy bajo me dijo que fue la primera mujer en obtener el título de médico en el país. El resto o no la conocía o decía que era la primera enfermera argentina”, indicó.
“Lo que aprendí de ella en realidad es admiración por su intensidad y compromiso social. Eso está ligado a una lucha que, aunque hoy en menor grado, sigue existiendo, por el acceso de la mujer a todos los niveles de gestión y poder”, agregó. Además, con su investigación descubrió a un grupo de mujeres contemporáneas a ella que marcaron historia.
La mujer que desafió al sistema educativo
“Ella desafió al sistema educativo, que tenía una mirada completamente masculina para el abordaje de las ciencias superiores. Por una motivación personal decide ingresar a la carrera de medicina”, explicó. Consideraba que tenía el mismo derecho que cualquier otra persona del país a acceder a estudios universitarios.
Grierson formó parte del primer grupo de egresadas de maestras normales de la provincia de Buenos Aires. Por lo tanto, no había estudiado latín, un idioma sólo para escuelas de varones. Sin quedarse de brazos cruzados, le propuso al decano rendirlo de forma libre.
Al aprobarlo, ingresó a la universidad. “Siempre hizo referencia que todos sus profesores y compañeros, todos hombres, fueron muy considerados. Era una mujer de carácter muy firme, muy decidida”, comentó.
La humanización de la medicina
Es considerada por la historia como la precursora de la medicina social, luego acompañada por el resto de las mujeres médicas. Se recibió en 1889 como médica, siendo Elvira Rawson la segunda en hacerlo en 1892. A comienzos del siglo XX se recibieron muy pocas mujeres, y de una forma muy gradual.
Todas ellas “son mujeres que aportaron una sensibilidad especial dentro del campo de la ciencia”. En esa época, para los médicos hombres cada persona era un caso científico, un caso a estudiar. Pero el aporte de estas mujeres fue desde una mirada integral, viendo al individuo en su totalidad, no sólo como un enfermo o un caso de estudio.
Para ellas, “el enfermo es un ser humano. Grierson consideraba que, como el médico no estaba de forma permanente al lado de los pacientes, tenía que haber personal capacitado para asistir a los enfermos. Por eso, aún como estudiante de medicina, creó en 1886 la Escuela de Enfermería. Esa es su gran obra, dicho por ella misma, su gran amor”.
Le llevó mucho tiempo llevarla a un nivel profesional y legal, pero fue su aporte como precursora de la medicina social y la humanización del trato al paciente lo que revolucionó la forma de ver y de atender al paciente.
En esta institución se contemplaban “cuestiones que tienen que ver con detalles que hoy para nosotros pasan desapercibidos. Como la ventilación, la limpieza, la decoración de las habitaciones de los niños, que tuvieran acceso a juguetes y a pasar momentos alegres en el transcurso de su enfermedad. También el primer uniforme oficial para el uso de enfermeras y enfermeros”.
Todo este cambio de paradigma en la medicina estuvo basado en aprendizajes dentro del área de la pedagogía. Tiempo atrás había trabajo con niñes con discapacidad visual y auditiva. También había creado el gabinete psicopedagógico, donde se atendían a menores con problemas de aprendizaje.
“A Cecilia todo le costó el doble que al resto. Hay mucho de su personalidad y determinación en su carrera”, afirma quien investigó en profundidad su vida. Muy reservada, dejó constancia de su actividad profesional a través de su archivo personal. Si bien la historia argentina tardó en reconocer el legado y el aporte a la ciencia de Cecilia Grierson, pionera de la salud, que humanizó la medicina, siempre es bueno recordarla.