El 2024 no llegó en el mejor momento para la sociedad argentina. Luego de dos años de inflación descontrolada, el gobierno de Javier Milei prometió erradicar esta problemática de raíz en medio de un ajuste feroz que sólo afecta a la población más vulnerable.
Sin embargo, los problemas económicos de la Argentina no parecen tener solución en el corto plazo. El gobierno de La Libertad Avanza (LLA) ya comenzó a implementar un plan ortodoxo de desregulación de la economía que, aunque plantean que consiste en “otorgar más libertad”, en la práctica deja a la deriva a gran parte de les argentines.
Es el caso de les trabajadores del Estado, les principales perjudicades por el ajuste fiscal, comenzaron el año con protestas. Las mismas se originaron por los más de 7 mil despidos en la administración pública y por aquellos puestos de trabajo que hoy penden de un hilo.
Otra de las medidas que ya tiene un impacto en el bolsillo es la eliminación de todo control o incluso acuerdo de precios. Esto no sólo significa que el gobierno no despliega mecanismos para controlar la inflación, sino que se retira de toda intervención para evitar aumentos injustificados.
Cabe mencionar que durante el año pasado, ya había un contexto en el que el aumento del tipo de cambio encarecía los costos de producción, a lo que se sumaba la especulación y los aumentos preventivos. Esto sucedía sobre todo en los alimentos, que sufrían incrementos por encima de la inflación.
Ahora, bajo el mantra del “libre mercado” esta situación se ve agravada. Las empresas ya no tienen tope ni plazo para los aumentos, y podrán retocar sus precios cuando les resulte conveniente.
El índice Barrial de Precios (IBP) del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) es testigo de ello. El relevamiento de precios en comercios de cercanía del conurbano bonaerense reveló un incremento mensual de 48% de la Canasta Básica de Alimentos.
Además, en un monto similar aumentó el precio de la carne en el último mes. En tanto, les empresaries del sector advierten que el valor del kg. podría dispararse a los $20.000, debido a la eliminación de las restricciones a la exportación. Pese a que Argentina es un país productor de carne, su consumo está cada vez más restringido para las mayorías populares.
El golpe al bolsillo llega también de la mano del transporte público. Por una Resolución de la Secretaría de Transporte, los trenes y colectivos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) actualizarán sus tarifas cada mes de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (IPC).
No obstante, hay sectores que se regocijan de la libertad de mercado. Uno de ellos es el de las petroleras, que el miércoles pasado decidieron aplicar un aumento del 27%. Se trata del tercer incremento de ese nivel en un mes.
Al respecto, desde la Cámara de Empresarios de Combustibles comunicaron que el gobierno propone fijar el precio en concordancia con el precio internacional. En un país con enormes yacimientos de hidrocarburos y con producción récord, les consumidores locales pagarán un precio de importación.
De esta forma, la temporada del turismo nacional este verano está en riesgo, con bajos niveles de ocupación incluso en la Costa Argentina. “Hay mucha incertidumbre. En otros años en esta época ya estábamos al 100 por 100 de ocupación”, manifiestó el intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera.
Como si fuera poco, el nivel general de la inflación sufre presión por los aumentos de los servicios. Tienen fecha para fin de mes las audiencias públicas para definir las nuevas tarifas de gas y electricidad.
Frente a este panorama, mientras se suman rechazos y cuestionamientos judiciales a los decretos y leyes impulsadas por el Ejecutivo, el presidente ratificó su programa de gobierno. En un mensaje poco esperanzador, manifestó que los efectos de las mejoras “se van a ver en 15 años”.