El 2023 cerró con una inflación alarmante. Tras una campaña basada en la promesa de bajar los números, el gobierno de Javier Milei exacerbó los índices durante el mes de diciembre, con un aumento superior al 48% en la Canasta Básica de Alimentos (CBA). La variación mensual de octubre a noviembre había sido del 14,92%.
El dato se desprende del Índice Barrial de Precios (IBP), relevamiento mensual que realiza el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci).
Este informe se elaboró a partir de los precios en 850 negocios de cercanía de los barrios populares de 20 distritos del conurbano bonaerense. Para obtener resultados se tuvo en cuenta los productos que conforman a la Canasta Básica de Alimentos (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT).
En este sentido, y teniendo en cuenta de base a una familia con dos personas adultas y dos menores, para noviembre se necesitaron $182.905 para cubrir la CBA. Mientras tanto, para diciembre fueron necesarios $271.572, lo que registra un incremento del 48,48%.
El efecto Milei alteró aún más las cifras. La variación anual venía de un ya elevado 185% respecto a noviembre de 2022, mientras que su intervención en el último mes del año envió a 323% la suba en los últimos 12 meses.
Por su parte, la CBT, que además de alimentos es la que comprende otros productos igualmente indispensables como bienes y servicios, registró un aumento que fue desde los $393.246 de noviembre hasta los $573.017 de diciembre. En este caso, se obtiene un 45,71% de aumento mensual, y una variación anual del 291,87%.
¿Los precios de los alimentos se regulan solos?
La inflación en Argentina es un flagelo que nunca se detiene, en menor o mayor medida, pero siempre con un Estado presente que buscaba regular los precios y amortiguar los efectos inflacionarios.
La llegada de Javier Milei presupone la retirada total del Estado, bajo el supuesto que los precios se regulan solos por efecto de oferta y demanda.
En consecuencia, cabe resaltar la eliminación de programas como Precios Justos, antes Precios Cuidados, y otras medidas para intentar, muchas veces sin éxito, contener el costo de los alimentos.
En este sentido, el director nacional del Isepci, Isaac Rudnik, aseguró que se trata de una inflación que no deja de crecer desde 2007. Desde entonces, pese a intentos sin suerte de los programas que pretendían mantener los precios, ningún gobierno aplicó “controles reales”, argumentó.
A su vez, remarcó la famosa premisa del presidente, la cual presupone que “donde se mete el Estado no puede salir nada bien”.
“La liberación total de todo tipo de barreras o vigilancias va llevar al autocontrol de los monopolios, a la moderación de los incrementos en los precios de la economía en general, y de los alimentos en particular”, expresó Rudnik.
Como conclusión, agregó que “según esta insólita teoría” se supone que los grandes formadores de precios, ahora que no se les aplica ninguna limitación, “se van a restringir solos”.
Pese al libreto libertario, el director del Instituto señaló que “los grandes formadores de precios” nunca dejaron de “empujar para aumentar sus ganancias subiendo los precios”.
El costo de las fiestas de fin de año
En otro apartado, el informe del IBP contempló el precio de la cena navideña y/o de año nuevo para una familia tipo de cuatro personas.
Contemplando un total de 22 productos básicos, el incremento respecto de 2022 fue de 209% si como plato principal se elegía el pollo, y un 278% si este se reemplazaba por una tira de asado de 2 kilos.
En términos de dinero, en las fiestas de 2022 se necesitaron $6785 con la opción del pollo, mientras que en las de 2023 se precisaron de $20.966. En tanto, con la tira de asado, pasó de $8.060 a $30.466 para una sola comida.
Aumentos en carnicería, almacén y verdulería
Los productos principales tanto de carnicerías, como de almacén y verdulerías sufrieron fuertes subas. El relevamiento, en el que se constatan los valores en los negocios de cercanías a barrios populares, dejó cifras alarmantes para el bolsillo de la clase trabajadora.
En el acumulado anual, las carnes tuvieron el mayor aumento con un 354,03%, seguido por los productos de almacén con un 350,08%, mientras que las frutas y verduras subieron un 222,21%.
En productos de carnicería, el kilo de asado pasó de $4.000 en noviembre a $6.500 en diciembre, por lo que registró un aumento del 62,5%, para una variación anual del 400%.
Le siguió la nalga, que por kilo pasó de $4.200 a $6.700 en el último mes, un 59,52% más con un acumulado anual de 385,51%. El kilo de carnaza pasó de $3.200 a $4735 (47,97%), el de paleta de $3.700 a $5545 (49,86%), la carne picada de $2.950 a $4000 (35,59%) y el pollo por kilo fue desde $1.400 a $2.000 (42,86%).
En productos de almacén, el precio que más se disparó fue el del litro de leche, que fue desde los $569 hasta los $1300. Esto implicó un 128,47% de variación mensual, mientras que la anual llegó al 519,05%.
El kilo de pan pasó de $1.000 a $1.480 (48% mensual), el arroz, de $920 a $1.500 (63,04%), la harina de trigo, de $450 a $700 (55,56%) y la polenta, de $520 a $780 (50%).
En verdulerías, el kilo de acelga significó el incremento más fuerte de noviembre a diciembre, de $300 pasó a $500 con una variación mensual de 66,67% y un acumulado anual de 233,33%.
La zanahoria por kilo pasó de $450 a $649,50 (44,33%); la papa, desde $590 hasta los $700 (18,64%); la manzana, de $900 a $1125 (36,11%); y la banana, de $1.000 a $1.300 (30%).
El kilo de pera tuvo un fuerte incremento mensual de $750 a $1.200 (60%), mientras que la docena de huevos comenzó en $1250 para llegar a $1.500 (20%). Por otra parte, el tomate pasó de $1.000 a $900, por lo que registró una baja del 10%.