El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, cumplió el lunes un año desde que inició su tercer mandato al frente del gigante sudamericano. Tras la larga noche neoliberal de 4 años liderada por Jair Bolsonaro (2018 – 2022), el líder del Partido de los Trabajadores (PT) no solo volvió a poner en agenda importantes políticas de desarrollo con inclusión social sino que, además, le devolvió a Brasil el lugar de país protagonista en el escenario internacional.
La reconstrucción de Brasil
En su discurso de Nochebuena, Lula calificó el primer aniversario de su tercer mandato al frente de Brasil como “un año de reconstrucción pero también de siembra” que permitirá “una cosecha generosa en 2024”, afirmó que el país “volvió a tener un gobierno de verdad” e instó a recuperar tanto la unidad como la paz frente a el “odio de algunos contra la democracia”. En tales afirmaciones, por contraste, se encuentran los desafíos que el Jefe de Estado tuvo que atravesar durante el 2023: una compleja situación socio-económica, un Brasil aislado en el plano internacional e incluso, lo que es más grave, una democracia profundamente dañada tras el paso del bolsonarismo por el gobierno.
Un año después de haber asumido, aún con materias pendientes, lo hecho por el gobierno encabezado por el ex obrero metalúrgico no es poco. Nota al Pie resume algunos datos para ilustrarlo:
1 – Según el Instituto Brasileño de Geografía Estadística (IBGE), el gigante sudamericano registró un índice de desocupación de 7.5%, el más bajo desde abril del 2014. Un número que, según la entidad, se explica en una cifra récord: 100.5 millones de personas ocupadas.
2 – En contra de todas las previsiones que estimaban un número mucho más bajo, la economía brasileña ha crecido alrededor de un 3%. Esto, según el Fondo Monetario Internacional, le ha permitido consolidarse como la 9° economía del mundo, superando durante el 2023 tanto a Rusia como a Canadá.
3 – Una inflación del 4.5% que representa la cifra más baja desde el año 2019. Del mismo modo, según detalló el IBGE, el mandatario culminó el 2023 con una deflación en el precio de los alimentos de canasta básica, que significó los valores más baratos desde el año 2017. Todo ello acompañado de una tasa de interés a la baja ubicada en un 11,75%.
4 – Un aumento del salario mínimo del 6.8%, decretado a fin de año, algo que no sucedía desde el 2016.
5 – Una histórica reforma tributaria, la primera en 58 años, caracterizada por su progresividad.
6- El regreso de las políticas ambientales que, por ejemplo, se pudieron observar en la reducción a la mitad de la deforestación de la selva amazónica en comparación con el 2022.
Brasil protagonista
Más allá de los objetivos cumplidos en materia socio-económica, uno de los logros más importantes del primer año de Lula en Brasil fue, sin lugar a dudas, recuperar el protagonismo del gigante sudamericano en el plano internacional. Con el líder del PT en la conducción del Estado, a diferencia de lo que sucedía con Jair Bolsonaro, el país no sólo restauró su credibilidad en el concierto de naciones sino que, asimismo, mostró una constante e importante iniciativa política en los temas más acuciantes del orden global.
En ese sentido, para Lula, el 2023 fue un año marcado por un extenso e intenso calendario diplomático. En total, el mandatario brasileño visitó 24 países, entre ellos tanto Estados Unidos como China, algo que lo llevó a estar fuera de su patria nada más ni nada menos que 62 días. Del mismo modo, durante el año, Brasil asumió las presidencias rotativas del Mercado Común del Sur (Mercosur), del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como así también del Grupo de los Veinte (G20).
De igual manera, el presidente fue parte de la Cumbre de los BRICS en Johannesburgo, de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), de la Cumbre Unión Europea (UE) – Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) e incluso anfitrión de la IV Cumbre de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), por nombrar solo alguno de los foros en los que participo.
En cada una de esas instancias, el presidente brasileño se posicionó como uno de los máximos representantes del Sur Global, discutiendo temas tales como la lucha contra el hambre, el impacto del cambio climático para los países emergentes o la necesidad de construir una nueva arquitectura financiera mundial.
Por otro lado, tampoco fue menor el rol del mandatario brasileño frente a los diversos conflictos que marcaron el 2023. En cada uno de ellos, Lula se ofreció como mediador, llevando la paz como una de sus principales banderas en un mundo fuertemente convulsionado. Primero, ni bien arrancó su mandato, lo hizo con el conflicto Rusia – Ucrania, luego con la brutal agresión de Israel en la Franja de Gaza. Finalmente, en la última parte del año, trato de aliviar las tensiones en la disputa por el Esequibo.