El miércoles fue enviado al Congreso la apabullante “Ley Ómnibus” por parte del presidente Javier Milei. El manual de reformas que deberán pasar por el Parlamento incluye un apartado para la cultura que se puede descifrar a partir de la página 153 del escrito.
Esto implica una bizarra reducción del financiamiento a las políticas que fomentan todo el arte nacional. La misma desfinancia el INCAA y el Instituto Nacional de la Música (Inamu), revoca la ley del Libro, y promulga el cierre del Instituto Nacional del Teatro (INT).
En el corazón del paquete de leyes propuesto, la derogación de la Ley Nacional del Teatro (24.800), vigente desde 1997, ha desencadenado una tormenta en el ámbito cultural. Esta ley, que reconoce la vital contribución teatral al fortalecimiento de la cultura, garantiza la “promoción y apoyo del Estado Nacional”.
Su derogación significaría la desaparición del Instituto Nacional del Teatro, el motor de concursos, certámenes, subsidios y becas que respaldan a artistas, salas y eventos. El INT, esencial para el tejido cultural, fomenta la conservación de espacios y la creación artística.
Al parecer la ironía da el presente ya que el secretario de cultura, Leonardo Cifelli, designó a Mariano Stolkiner, director teatral, para liderar el instituto, mientras se cierne la amenaza de su desaparición. Esta medida dejaría a la deriva el vibrante circuito independiente argentino, destacando la preocupación por el futuro de la escena teatral en el país.
Entidades culturales de la ciudad a la defensa del teatro
Frente a todos estos arrebatos culturales pergeñados por una mente maquiavélica al estilo de un tirano emperador o rey autoritario, diversas instituciones culturales expresaron su oposición a la Ley Ómnibus propuesta.
La Asociación Argentina de Actores y Actrices (AAAA) expresó en un comunicado: “La ley que acaba de ingresar el Poder Ejecutivo al Congreso contiene tal cantidad de barbaridades antidemocráticas y autoritarias que llevaría muchos comunicados repudiar esas intenciones que, esperemos, el Congreso no convalide”.
Y continúa enunciando cómo afectaría esta medida a la actividad: “Todas las medidas propuestas afectan gravemente la vida de los argentinos. Pero solo nos referiremos a continuación a nuestro mundo de trabajo: la perversa disolución del Instituto Nacional de Teatro a través de la derogación de la Ley 24.800, una iniciativa que llevó años de lucha del colectivo teatral, que sostiene y promueve el crecimiento de una actividad que crea fuentes de trabajo genuinas y expresa el espíritu de un pueblo”.
En tanto, la Red Nacional de Teatro Comunitario expuso: “La Ley Ómnibus atenta contra la actividad teatral. No a la derogación de la Ley Nacional del Teatro (24.800). No al cierre del Instituto Nacional del Teatro. Los grupos pertenecientes a la Red Nacional de Teatro Comunitario rechazamos la vulneración de los derechos culturales y sociales. Estamos atentos y unidos a la comunidad teatral en defensa del acceso a la cultura de nuestro país”.
Desde ATE Cultura (Asociación Trabajadores del Estado) también expresaron su disconformidad el miércoles pasado al comunicar: “Rechazamos el proyecto Ley Ómnibus de Milei que deroga la creación del FNA y el INT, y desfinancia la CONABIP. Todos organismos con financiamiento propio. Artistas emergentes becados, obras de teatros independientes y bibliotecas populares en los barrios podrían dejar de existir”.
También la Asociación Argentina del Teatro Independiente (ARTEI) definió a la intención del Poder Ejecutivo de derogar la ley como «una afrenta a la cultura y al trabajo de toda la comunidad teatral que por décadas se desarrolló alrededor de esta política de Estado que atravesó los más diversos gobiernos». Asimismo, resaltó la «lucha histórica de teatristas que pelearon» por esta conquista.
Voces unidas del sur
El pasado jueves, la Red Teatral Sur, la entidad que nuclea a salas y espacios culturales de la región sur de la Provincia de Buenos Aires, condenó la “Ley Ómnibus” de Javier Milei. Mediante un comunicado, expresaron con contundencia: “NO AL CIERRE DEL INSTITUTO NACIONAL DEL TEATRO”.
“Ante el ingreso de la denominada “Ley ómnibus” al Congreso por el Poder Ejecutivo Nacional. Desde la Red Teatral Sur también decimos que: Derogar la Ley Nacional de Teatro y forzar el cierre del INT es una afrenta a la cultura y al trabajo de toda la comunidad teatral que por décadas se desarrolló alrededor de esta política de Estado que atravesó los más diversos gobiernos”, finalizaron en el textual.
También se elevaron las voces en el sur patagónico. Grupos de artistas de teatros de Neuquén y Río Negro organizan reuniones y asambleas para definir acciones y visibilizar su rechazo a la normativa enviada por el presidente Javier Milei al Congreso de la Nación.
Los teatrantes de Neuquén ya comunicaron: “Nos pronunciamos en contra de la degradación del trabajo artístico cultural”, aseguran en un comunicado. Y explicitan que “se manifiestan, desde la comunidad teatral independiente de la provincia de Neuquén en defensa de la Ley de Teatro”.
Además, denuncian: “Públicamente los atropellos al sector teatral independiente de la Argentina y el riesgo inminente a los derechos adquiridos tras tantos años de trabajo y lucha de hacedorxs teatrales de nuestra historia”.
El Colectivo de Teatristas Autoconvocadxs de Villa María (Córdoba) adhirió en las últimas horas a un comunicado lanzado en defensa del Instituto Nacional del Teatro, y entre sus comentarios suman: “La cultura –y el teatro como parte de ella– es un derecho básico de los seres humanos y por ello creemos que los recursos invertidos, de manera transparente y eficiente, no solamente no deben ser recortados sino que deben crecer año tras año”.
Instituto Nacional del Teatro (INT), su trayectoria y finalidades
El Instituto Nacional del Teatro (INT) se ha destacado por su significativa contribución cultural a lo largo y ancho de Argentina. Con más de 5000 aportes regulares y 5500 especiales en los últimos tres años, el organismo no solo ha beneficiado a más de 700 espacios teatrales y 4000 proyectos escénicos, sino también a innumerables festivales y ciclos de teatro que han recibido tanto soporte económico como formación a través de más de 300 becas.
Este formidable esfuerzo no solo incentiva directamente a los hacedores de las artes escénicas, sino que también ejerce un visible efecto positivo en ámbitos colindantes como el turismo, la gastronomía, los servicios logísticos y técnicos, entre otros.
Además, la publicación de más de 60 libros respalda la difusión de conocimiento y cultura que desde cada rincón del país levanta el telón para revelar la rica oferta cultural argentina.En lo que representa un logro organizacional, el INT ha conseguido entrelazar las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) bajo su ala, mostrando un trabajo conjunto y cohesivo.
Cada provincia elige a sus representantes por medio de concursos públicos, asegurando que el entramado del teatro nacional esté compuesto por profesionales capaces y apasionados de las artes escénicas. Estos representantes, con mandatos de cuatro años, evidencian el compromiso del INT con un teatro argentino que resuena y se siente en cada rincón del país.
Además representa un estandarte de transparencia en la gestión cultural de Argentina, con su innovador sistema de selección pública y rotativa bienal de jurados para evaluar proyectos escénicos.
Con total apertura, los detalles de cada convocatoria, así como sus veredictos, se publican íntegramente en las actas del Consejo de Dirección, accesibles para todo el público en el portal digital oficial. Además, la entidad cultural comparte anualmente los informes de manejo y actividades, fortaleciendo la confianza en su labor.
En contraposición a su ínfima parte del presupuesto nacional, que representa tan solo el 0.2%, el sector cultural demuestra ser una inversión fértil, generando un impacto positivo del 1.8% en el valor agregado del país. Esto subraya la disonancia en el debate sobre la asignación fiscal y la valía económica y cultural del arte en la sociedad argentina.
Ley Ómnibus de Milei, un golpe a la cultura
En resumen, la controvertida Ley Ómnibus del presidente Javier Milei enfrenta fuertes críticas desde distintos ámbitos de la sociedad argentina. Pero se señala como un ataque total y feroz contra las políticas culturales públicas si se aprobase.
Este mal paso del poder ejecutivo representaría incentivar las crisis continuas que viene sufriendo la cultura con los últimos gobiernos de Macri y Alberto Fernández, y llevaría hacia un auténtico “genocidio” en el sector cultural.
La propuesta no solo demanda jornadas laborales extenuantes y flexibilidad para las mayorías trabajadoras, sino que también busca restringir al máximo el acceso al disfrute, entretenimiento, pensamiento y creatividad, convirtiendo el arte y la cultura en lujos y privilegios exclusivos para unos pocos.