El presidente acaba de anunciar un Decreto de Necesidad y Urgencia con más de 300 medidas que afectan otras tantas leyes, algo manifiestamente anticonstitucional; como el “Protocolo antipiquetes” de días atrás. Parece que el mandato de “las fuerzas del cielo” está por encima de la república y la democracia.
Pero, además, es visible que el quebrantamiento de los dictados de la Constitución y las leyes apunta, montados sobre mentiras flagrantes, a la construcción de un país de minorías (falta que vuelvan con el voto calificado); manejado por las empresas multinacionales, los monopolios locales y los ricos vernáculos.
Las mentiras:
a) Que la Argentina era la primera potencia mundial hace cien años y que fue arrojada a la decadencia por las ideas colectivistas, socialistas y comunistas. Nunca fuimos una potencia mundial, ese es el verso de los viejos oligarcas y sus herederos actuales. Pero, además, de 1930 a la fecha, un período de 93 años, tuvimos gobiernos liberales como Milei durante 54 años, es decir el 58% del tiempo. Parece que esos no tuvieron nada que ver en lo que hoy sucede.
b) Que la libertad de mercado y un Estado chico es lo que hace grande a las naciones. Desde hace 150 años el capitalismo ha ido dejando de ser de libre competencia en todo el mundo. Por ello, en las naciones mejor desarrolladas, en todo sentido, el Estado interviene en la economía regulándola; para que esta no sea manejada por los monopolios empresarios en función de sus intereses y en contra de los del país y la sociedad. El capitalismo sin control, salvaje y financiero es la principal causa de las crisis de años a esta parte.
c) Que la causa única de la inflación es el déficit fiscal, para justificar el salvaje ajuste que se lleva delante de los gastos del Estado. Cómo si la falta de dólares, las permanentes devaluaciones, el manejo monopólico de los precios, el traslado a precios internos de los precios internacionales, los manejos de las empresas importadoras comprando a dólar oficial y vendiendo a dólar blue, y la timba financiera no jugaran ningún papel en la inflación. Que cínicos e hipócritas.
El país que pretenden hacer:
a) Liberan los principales mercados para que los grandes empresarios incrementen la concentración monopólica de los mismos y sus ganancias; eliminando la competencia, afectando seriamente a las pequeñas y medianas empresas, y manejando así a su antojo los precios.
b) Abren la economía descaradamente a las multinacionales y les sacan toda restricción para disputar el mercado interno (en los medicamentos, por ejemplo). Y para apropiarse de la renta de los recursos naturales, que deberían servir para el desarrollo de la nación.
c) Les facilitan a los grandes empresarios el control del mercado de la salud, de la aeronavegación, hasta de apropiarse de los clubes de fútbol.
d) Redoblan la flexibilización laboral que inició Menem, con el objetivo de garantizarle mayores ganancias a las las grandes empresas nacionales y extranjeras a costa de los derechos de los trabajadores. Con el falso argumento que ya usó Cavallo, que es para beneficiar la creación de empleo y a las pymes, algo que nunca sucedió.
e) Buscan entregar al capital privado las últimas “joyas de la abuela” de las empresas del Estado, para que las usufructúen en su beneficio. En particular YPF en medio del crecimiento de Vaca Muerta.
f) Hasta en el terreno de los alquileres, en un país con un tremendo déficit de vivienda propia, dejan a los inquilinos en manos de los propietarios.
En resumidas cuentas, lo que acaban de decirnos desde el gobierno, es que el país que pretenden es directamente uno de dos pisos con una minoría de ricos en el de arriba, y, abajo el resto de la sociedad: clases medias, trabajadores y pobres, sobreviviendo como pueda. Manejada la Argentina, ciertamente, por sus dueños y sus fieles empleados en el gobierno.
Libres del Sur está decididamente en la vereda de enfrente de Milei.
Por la dirección nacional:
Humberto Tumini – Jesús Escobar – Silvia Saravia – Isaac Rudnik – Daniela Gasparini.