Este domingo, les chilenes deben votar si aprueban o rechazan el nuevo texto que diseñó el Consejo Constituyente, a través del plebiscito de salida. El objetivo es reemplazar la Constitución actual, que data de la época de la dictadura de Augusto Pinochet.
A pesar de ser un texto que se diseñó 43 años después (la actual Constitución nació en 1980), hay artículos que retrasan aún más en lo que refiere a derechos sexuales y reproductivos. Por eso, los feminismos chilenos están en alerta ante el avance de las derechas.
El nuevo escrito contempla la incorporación de la protección de “quien está por nacer” y la objeción de conciencia. Entre otras cosas, estas frases pondrían en peligro a la ley de aborto por causales, vigente hoy en día en Chile.
A este proceso constituyente lo lideraron los partidos conservadores y de derecha. En caso de aprobarse el texto, la nueva Constitución cristalizaría el sistema privado de salud (Isapres) y las administradoras de fondos de pensiones (AFP). También, atenta contra el derecho a huelga y refuerza una mirada antiinmigrante.
El aborto en Chile
En 2017, bajo la presidencia de Michelle Bachelet, se despenalizó en el país vecino el aborto en tres ocasiones: en caso de que la vida de le gestante esté en peligro, inviabilidad fetal y violación.
En ese momento, era uno de los siete países del mundo que prohibían las interrupciones del embarazo en todos los supuestos. Ahora, ese avance está en riesgo.
El texto constitucional propuesto establece: “La ley protege la vida de quien está por nacer”. Mientras tanto, la actual Constitución determina que “la ley protege la vida del que está por nacer”.
Republicanos, partido político chileno de derecha, tiene 22 de los 50 cupos del Consejo Constituyente. El consejero Luis Silva, perteneciente a esa facción, se refirió a la incorporación del “quien” en el derecho a la vida en la Carta Magna: “Con esto hemos recuperado lo que está en el texto vigente de la Constitución, subrayando que quien crece en el seno materno, es alguien”.
Es por eso que se abre la posibilidad para revisar ante un tribunal la constitucionalidad del aborto por tres causales. Otra vez, la derecha atenta contra los derechos conquistados por los feminismos.
Otro tema es la incorporación en el nuevo texto de la objeción de conciencia, tanto a nivel individual como institucional. Al respecto, Claudio Fuentes, investigador chileno, explicó a Página 12 que “las personas o las instituciones van a poder rechazar medidas basándose en la conciencia”.
En este sentido, puso de ejemplo que, una escuela podría discriminar a une estudiante por cuestiones de género o una farmacia negarse a vender la pastilla del día después.
Otros puntos problemáticos
Si bien no llegó a estar presente en la votación de este domingo, el texto incluía un artículo que posibilitaba la paridad. Establecía que en las próximas dos elecciones parlamentarias existieran escaños reservados para cualquiera de los géneros que obtuviera menos del 40%.
Sn embargo, este punto se rechazó. El argumento utilizado para votar en contra fue que la meritocracia es la gran herramienta para las mujeres.
El texto sí incluye un artículo que ordena la expulsión “en el menor tiempo posible” de les extranjeres que ingresen a Chile “de forma clandestina o por pasos no habilitados”.
Otro apartado que llegó para la votación de este domingo es el que prohíbe el derecho a huelga. La restricción incluye a les trabajadores estatales, municipales, de servicios de utilidad pública o sectores estratégicos. De aprobarse, ya serían dos los países del cono sur de América Latina donde protestar en las calles será cada vez más difícil.
Este nuevo plebiscito, que se definirá hoy, forma parte del proceso constituyente que se inició en 2020 tras la ola de protestas del año anterior. En 2022, millones de chilenes rechazaron de forma rotunda la nueva propuesta de constitución con aires de izquierda. Veremos qué sucede en esta nueva votación, de un texto que inclinó la balanza hacia la derecha.