El presidente de la Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Sultan Ahmed al-Jaber, quería culminar el evento el 12 de diciembre. Este era el día pautado como finalización de la congregación desde un primer momento, y así lo expresó en varias ocasiones desde que comenzó la Conferencia del Clima de la ONU. Pero, como suele suceder cada año, la COP se extendió más tiempo.
Las razones son más que justificables: el lunes 11 de diciembre se dieron a conocer los documentos finales, con textos que propuso la presidencia de la COP28. Sin embargo, tanto el Balance Mundial como la Meta Global de Adaptación dejaron gusto a poco. Por eso, las negociaciones entre les representantes de más de 190 países siguen vigentes.
El principal problema es que, tras días de discusiones sobre qué palabra implementar acerca del uso de combustibles fósiles, se eligió la menos precisa. Lejos de pronunciarse a favor de su eliminación total, el borrador del Balance Mundial dice que los países “podrían” dejar de utilizarlos.
El texto se debe firmar por consenso. Es importante ya que debe alinear las políticas mundiales para detener el calentamiento global en 1,5ºC, tal como lo establece el Acuerdo de París.
A todo esto, el 10 de diciembre en Argentina, Javier Milei se convirtió en presidente de la nación. Como en otras cosas, dio marcha atrás en sus dichos negacionistas sobre el cambio climático (o eso pareciera). Envió a la COP28 a Marcia Levaggi, quien será Subsecretaría de Política Exterior en la Cancillería, para brindar paz sobre los compromisos ambientales del país.
Una palabra puede cambiarlo todo
El texto que se rechazó, y sigue en discusión, incluye compromisos como: “Acelerar las tecnologías de emisiones cero y bajas, incluidas, entre otras, las renovables, la energía nuclear, las tecnologías de reducción y eliminación, como la captura, utilización y almacenamiento de carbono, y la producción de hidrógeno bajo en carbono, con el fin de intensificar los esfuerzos de sustitución de los combustibles fósiles no reducidos en los sistemas energéticos”.
El problema es que, al proponer “reducir rápidamente” los combustibles fósiles, no da especificaciones. Además, a pesar de que los menciona, sólo hizo hincapié en el carbón y no dio lugar ni al petróleo ni al gas. En definitiva, no se establece una reducción o eliminación progresiva de esos materiales.
A su vez, el Balance Mundial propuesto por la presidencia de la COP28 no plantea plazos de actuación más allá de las vagas afirmaciones de mediados de siglo. También, genera pocos o ningún compromiso financiero para apoyar la transición energética de los países en desarrollo.
Mientras tanto, el texto propuesto para la Meta Global de Adaptación tuvo reacciones similares. En cuanto a la utilización de palabras, incluye nuevos términos como “adaptación transformadora” y “evitar la mala adaptación”, pero nadie se pone de acuerdo sobre su significado.
Algunos actores temen que haya carta blanca para ampliar la producción de combustibles fósiles, dado que no hay restricciones concretas en el texto. Para completar, la próxima COP será en Azerbaiyán, otro gran productor de petróleo.
Sin embargo, no todas son malas noticias. Sigue en pie el Fondo de Pérdidas y Daños, que se aprobó al comienzo de la COP28. Por el momento apenas supera los 700 millones de dólares, menos de un 1% de lo que se requiere para los impactos que ya causa el cambio climático.
Argentina y la COP28
Finalmente, la incertidumbre terminó. Tras el cambio de gestión presidencial en el país, Javier Milei envió una representante argentina a la COP28, para continuar la tarea que comenzó en la Cumbre la delegación nacional.
La elegida fue Marcia Levaggi, que brindó una conferencia de prensa en Dubái. “Yo vine aquí para llevar tranquilidad a todas las partes que forman parte de las negociaciones”, aclaró. “A nuestros socios, la Secretaría de Cambio Climático y todos los actores con los que la Argentina interactúa en estos temas”.
Levaggi ocupará de ahora en más la Subsecretaría de Política Exterior en la Cancillería. Asimismo, coordinará la representación nacional en todas las negociaciones climáticas.
En la COP28, aseguró que Argentina “va a seguir comprometida con el proceso del Acuerdo de París”. Cabe recordar que tanto Javier Milei como representantes de su partido, como la diputada Lilia Lemoine, negaron el cambio climático. De hecho, la delegación argentina que estuvo presente en la cumbre hasta el 9 de diciembre compartió las dudas que tenían sobre la continuidad de la política climática nacional les representantes de otros países.
“El país va a cumplir con las obligaciones, con nuestra Contribución Nacionalmente Determinada (NDC, por sus siglas en inglés), que va a actualizar oportunamente”, continuó Levaggi. “Estamos trabajando en la cuarta comunicación nacional, hemos firmado la iniciativa de metano y también nos hemos comprometido con la neutralidad carbónica al 2050”.
La funcionaria, hasta ahora, era embajadora en Senegal. En la COP28, apuntó a la “prensa internacional” como culpable de la preocupación de otros Estados. “Habían pintado una situación y vinimos a clarificar cómo eran las cosas en la realidad”, dijo.
Sobre la no continuidad del Ministerio de Ambiente, explicó que va “haber una cartera ambiental que va a ser la Subsecretaría de Ambiente”. Aseguró que no cree necesaria la existencia de un ministerio, sino que el tema se trate transversalmente en todas las áreas.