Un estudio realizado en Israel demuestra que, en proporción al total de la población, las muertes civiles en Gaza superan en promedio a cualquiera de los conflictos armados que se desplegaron durante el siglo XX. A dos meses del inicio de la Operación Inundación Al-Aqsa, Israel consolida su campaña militar pero pierde margen de maniobra a nivel diplomático. Nota al Pie analiza el desarrollo de los acontecimientos a la luz de la disputa geopolítica y sus derivaciones en Oriente Medio.
¿Genocidio en Gaza?
Según el informe periodístico realizado por Haaretz, la campaña de bombardeos aéreos de Israel sobre Gaza es la más indiscriminada en términos de víctimas civiles de los últimos años. Estos datos fueron cruzados tras las acciones deplegadas por las IDF (Fuerzas Armadas de Israel) quienes, este sábado, buscaron consolidar su control del norte del enclave palestino bombardeando el distrito de Shejaiya de la ciudad de Gaz. A su vez, realizaron ataques aéreos en Rafah, sitio al que Israel instó a los gazatíes a refugiarse.
A dos meses desde el estallido del conflicto, más de 25 mil toneladas de explosivos fueron lanzados de modo indiscriminado y desproporcionado contra 2,3 millones de civiles en un territorio que lleva sitiado terrestre, aérea y marítimamente más de 16 años. La convivencia entre el bloqueo humanitario y la catástrofe militar generan las condiciones para que la categoría de genocidio comience a circular no solo en la prensa, sino también en la diplomacia.
A nueve semanas del fatídico 7 de octubre, 16 mil gazatíes han muerto y el 60% de los hogares están bajo escombros, profundizando la pobreza e indigencia y generando un desplazamiento forzado y masivo impuesto por Israel. Denominada la “cárcel a cielo abierto más grande del mundo”, Gaza es objeto de “crímenes de guerra” según la ONU (Organización de las Naciones Unidas). Además, el Secretario General, Antonio Guterres, reconoció que se ha asesinado la mayor cantidad de periodistas que “en cualquier otro conflicto en al menos tres décadas”.
Situación militar
Según el boletín publicado por la Embajada del Estado de Palestina en Buenos Aires, a diez días de la reanudación de la agresión luego de la interrupción de la “tregua humanitaria” temporal, los bombardeos se profundizaron. En Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén, las IFD han acabado con la vida de, al menos, 17.975 palestinos y dejado más de 51.300 heridos desde el 7 de octubre. En el enclave territorial gazatí han sido desplazados por la fuerza el equivalente al 8% de la población. A su vez, han asesinado a miembros del personal de salud y del staff humanitario de Naciones Unidas.
En relación a la campaña militar terrestre desplegada desde fines de octubre, Israel también ha tomado el control territorial de Gaza a partir de una serie de tácticas que tienen como objetivo neutralizar las capacidades operativas y de maniobra del brazo armado de Hamás. El desequilibrio entre ambas fuerzas indica que de cada 1 soldado israelí muerto, 70 de Hamás son asesinados. A esto se suma el aislamiento al que las IFD han sometido a su enemigo.
Estados Unidos acorralado
Sin embargo, el escenario diplomático no es para nada alentador para los funcionarios del gobierno de Benjamín Netanyahu. Estados Unidos, socio estratégico y proveedor de armamento, atraviesa desafíos internos para prolongar el suministro que abastece a las IFD, las cuales de por sí cuentan con un enorme arsenal militar. En primer lugar, ha pasado por alto a su propia Cámara de Representantes para aprobar la venta de proyectiles de tanques, tras el bloqueo de autorización por parte de la oposición de legisladores republicanos en el Congreso.
En segundo lugar, también se ha expuesto en el Consejo de Seguridad de la ONU, espacio que integra en condición de miembro permanente. En efecto, en una resolución que demandaba el alto al fuego entre Israel y Hamas, Estados Unidos se opuso.
El proyecto presentado por los Emiratos Árabes Unidos fue votado a favor de trece miembros del organismo mientras que el Reino Unido de Gran Bretaña se abstuvo. El resultado pone en evidencia el creciente aislamiento diplomático de Washington y Tel Aviv mientras las IDF continúan presionando el esfuerzo militar contra Hamas en el sur de Gaza.