El 10 de diciembre se llevará a cabo la asunción de Javier Milei como presidente de Argentina. Durante la semana previa a su investidura, el presidente electo coordinó la transición con los representantes del gobierno de Alberto Fernández, quien se prepara para entregar la banda y el bastón presidencial al libertario.
Para iniciar la transición en los cargos más importantes de la gestión económica, Milei se reunió con su equipo, encabezado por su ministro de Economía, Luis Caputo, y el actual jefe de asesores de la cartera, Leonardo Madcur.
En la reunión, se hizo hincapié en la situación del Banco Central, que presenta reservas negativas por 10.000 millones de dólares y un stock de deuda bruta en condición de pago por 416.812 millones, de los cuales el 64% está denominado en moneda extranjera.
Frente a estas problemáticas, que se suman a la deuda con los bancos generada por las letras de liquidez, Caputo decidió polemizar la transición denunciando que el gobierno de Milei está recibiendo “la peor herencia de la historia”.
Por otro lado, el canal oficial de comunicación de Milei, la Oficina del Presidente Electo, confirmó la designación del economista Santiago Bausili como presidente del BCRA. Bausili previamente ocupó el cargo de secretario de Finanzas en el gobierno de Mauricio Macri.
Recordemos que Bausili fue procesado en 2021 por “negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública”. Este proceso estuvo relacionado con la contratación de los servicios de Deutsche Bank, donde trabajaba anteriormente como gestor de colocación de bonos de deuda externa, con una compensación de más de 8 millones de dólares.
El exfuncionario del macrismo forma parte del círculo cercano a Caputo. El objetivo de ambos, recién designados, es obtener dólares mediante financiamiento externo para hacer frente a los vencimientos de deuda inminentes con organismos multilaterales.
Para discutir sobre el cambio de mando, el jueves pasado Bausili se reunió con Miguel Ángel Pesce, el presidente saliente del BCRA, quien le proporcionó información sobre la coyuntura monetaria, cambiaria y financiera.
En esta línea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ratificó su respaldo al presidente electo, aunque destacó la necesidad de contar con un Banco Central fuerte “en esta etapa en la que la Argentina busca reducir la inflación”.
Esta declaración resulta condicionante para el futuro gobierno, ya que, a raíz del acuerdo de la Argentina con el FMI, el organismo tiene la facultad de intervenir en la política económica para acceder a realizar los desembolsos de recursos (los dólares que la economía argentina solicita con urgencia).
Sin embargo, Milei no quiere un BCRA fuerte, sino que busca avanzar en la anulación total de la política monetaria. Ante esta situación y las negociaciones para la formación del equipo de gobierno, los objetivos fundamentales del plan económico de LLA comienzan a entrar en contradicción.
La elección de dos hombres que responden a Macri en los puestos más importantes para el manejo de la economía (ministro y presidente del BCRA) pone en duda si Milei podrá cumplir con sus promesas de campaña, a saber, dolarizar la economía y eliminar el BCRA para “acabar con la inflación”.
En la transición, el alza de precios afecta a los sectores populares
Mientras se realizan evaluaciones de gestión y reuniones para gestionar el cambio de gobierno, los mercados se preparan para el impacto de una pronunciada devaluación en los primeros días del mandato de Milei.
Esta medida, adoptada en simultáneo con la eliminación de los controles de precios, podría provocar un aumento exponencial de la inflación. Además, los precios ya están siendo ajustados al alza debido a la especulación sobre el panorama de la semana que viene.
Sin dudas, a pesar del cambio radical de signo político que dirigirá la Argentina, la situación económica no da respiro a los sectores populares. Según un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza afectó al 44,7% de la población en el tercer trimestre del año.