Este miércoles, en la Franja de Gaza, las fuerzas de Israel rodearon Khan Yunis, la principal ciudad sureña del enclave palestino, en un marco de profunda intensificación de los ataques tras la finalización de la tregua entre ambas partes.
La brutalidad de la nueva arremetida es tal que el coordinador de la asistencia humanitaria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Martin Griffiths, afirmó que “es una situación apocalíptica; estos son los restos de una nación que está siendo empujada a un bolsillo en el sur”.
Una violencia sin límites
El conflicto en la Franja de Gaza, después de la destrucción de gran parte del norte del enclave palestino, se trasladó hacia el sur del territorio. Además de los constantes e intensos bombardeos por parte de las fuerzas de Israel, ahora también se sumó la expansión de la ofensiva terrestre.
El martes, las Fuerzas de Seguridad de Israel (FDI) comunicaron que se encontraban en el “corazón” de Khan Yunis, en lo que describieron como el día más intenso de los combates desde el inicio de la operación terrestre.
De esta manera, Israel muestra su peor cara: después de instruir a les civiles palestines que se trasladaran al sur de Gaza por su propia seguridad antes del inicio de la ofensiva terrestre el 27 de octubre, ahora ataca con más fuerza e impunidad esa parte del territorio gazatí.
En ese marco, el propio jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, Herzi Halevi, dejó claro que el sur del enclave palestino sufrirá el mismo destino que la parte norte al afirmar este domingo que esta nueva fase de los ataques “no será menos efectiva” que la anterior.
Del mismo modo, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, afirmó este martes que “Gaza debe ser desmilitarizada” tras la guerra e incluso sostuvo que “solo las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) pueden encargarse de eso”.
Asimismo, el mandatario señaló que “ninguna fuerza internacional puede hacer eso por nosotros, porque vimos lo que pasó en otros lugares donde se llevaron fuerzas internacionales con fines de desarme”.
En ese sentido, Netanyahu también descartó que la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que administra algunas partes de la Cisjordania ocupada, se haga cargo de gobernar la Franja de Gaza una vez finalizado el conflicto.
“No cometeré el error de permitir que la ANP gobierne en Gaza; va a ser lo mismo que Hamas”, sostuvo Netanyahu, quien además agregó que la próxima administración del enclave palestino debe involucrar tanto seguridad como control israelí.
Las cifras del horror
Mientras Israel continúa con su ofensiva, los números de civiles palestinos muertos aumentan día a día. Según comunicaron las autoridades de la Franja de Gaza, hasta el momento, más de 16.200 palestinos fueron asesinados por la brutalidad de las Fuerzas de Defensa de Israel.
En tanto, entre las personas fallecidas se encuentran nada más ni nada menos que el terrible número de 7.100 menores, mientras que se especula que al menos 7.600 personas se encuentran enterradas bajo los escombros.
El gobierno de la Franja de Gaza informó que 43.600 palestinos resultaron heridos desde el inicio del conflicto el pasado 7 de octubre, y los continuos bombardeos israelíes obligaron a 1.9 millones de personas a desplazarse de sus hogares. Además, según informes de medios árabes, al menos 81 periodistas y 286 trabajadores de la salud perdieron la vida.
Más allá de las muertes de civiles, otro dato que destaca la brutalidad de los ataques de Israel en el enclave palestino se refiere al daño permanente en la infraestructura de Gaza. Según analistas militares que dialogaron con el Financial Times, la destrucción causada por los bombardeos de Israel en las ciudades del norte de Gaza es comparable al daño sufrido por ciudades alemanas después de años de ataques durante la Segunda Guerra Mundial.
Por último, estiman que casi el 68% de la infraestructura en el norte del territorio gazatí resultó dañada, con cifras que oscilan entre 82.600 y 105.300 edificios reducidos a escombros en las principales zonas urbanas.