La empresa petrolera YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), cuyas acciones corresponden en un 51% al Estado argentino, es fundamental para la economía del país en términos de desarrollo y soberanía energética. La coyuntura geopolítica global podría ofrecer a la Argentina un rol central en la producción y la exportación de energía.
Ahora, con el triunfo de Javier Milei, está en tela de juicio la continuidad del manejo estatal de la petrolera. Inmediatamente después de ganar las elecciones, el presidente electo afirmó que, como parte de su programa de reforma del Estado, volvería a privatizar las empresas estatales.
Sin embargo, quien ocupará el cargo de Ministro del Interior, Guillermo Francos, reconoció que el “sector energético es clave en Argentina” y que deben poner en valor la empresa porque significa “ingresos importantes para el futuro”.
Mientras tanto, la provincia de Buenos Aires, que cuenta con la mayor capacidad de refinación y procesamiento de crudo y gas del país, entendió el potencial del sector y buscará ser protagonista, según confirmó el gobernador Axel Kicillof.
¿Marcha atrás con la privatización?
Gabriel Matarazzo, de la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles (FASiPeGyBio) declaró al medio Página 12 que “el país tiene un potencial enorme a partir de las reservas de petróleo y de gas que el mundo necesita”.
En este sentido, “en casi todas las refinerías del país se vienen haciendo muchas inversiones para la incorporación de nuevas tecnologías, sumado al gasoducto y el oleoducto que duplica el transporte de crudo hacia las refinerías del país y la exportación”.
Algunos miembros del equipo de Milei parecen ser conscientes de esta situación, pese a la obstinación del presidente electo de lograr la reducción del gasto público a costa de la venta de empresas con participación estatal, sin importar si estas generan beneficios para la economía nacional.
En este contexto, el designado ministro del Interior declaró que “dependemos mucho de que seamos capaces de encarrilar todos esos recursos enormes que tenemos hacia una producción que genere los dólares que necesita la economía argentina para moverse”.
Al respecto, Matarazzo sostuvo que “con las posibilidades que tiene la Argentina, no creo que ningún gobierno quiera frenar esta actividad y suicidarse políticamente”. Y agregó que la energía “es un sector por demás pujante, con muchísimo futuro y con muchísimas inversiones ya hechas”.
En este sentido, se abren muchas posibilidades para la provincia de Buenos Aires a partir de los proyectos de exploración offshore en Mar del Plata, los cuales podrían tener un impacto tan grande como el yacimiento neuquino Vaca Muerta.
El balance de YPF y el interés del sector privado
El diputado electo de La Libertad Avanza (LLA), Carlos González D’Alessandro, afirmó que “lo primero que se va a hacer con las empresas públicas es activarlas económicamente para que funcionen” y que las privatizaciones son reformas “de segunda generación, para después de 2025”.
Lo cierto es que YPF viene creciendo en producción, con una ganancia de 58.600 millones de dólares en el primer trimestre de 2023, más que duplicando las ganancias del mismo período del 2022. En octubre, los indicadores de producción de petróleo convencional y no convencional aumentaron, aunque cayó la producción de gas.
En cualquier caso, el sector privado estará atento a las definiciones sobre el futuro de la empresa. En JP Morgan, una de las entidades financieras más importantes de Estados Unidos, la cotización de la bolsa de YPF viene en alza desde el triunfo de Milei.
Desde el banco argumentaron que la reacción del mercado financiero se debe a la expectativa de las reformas pro-mercado del líder libertario y que, “con menos interferencia política”, YPF es la “apuesta preferida en Argentina”.