El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) presentó su informe de los datos de pobreza e indigencia del tercer trimestre del 2023.
El trabajo “Deudas sociales crónicas y desigualdades crecientes. Desafíos para la agenda pública (2004-2023)” se expuso en la tarde de ayer, en el auditorio Monseñor Derisi de la Sede Puerto Madero de la UCA.
Las cifras que se desprenden del estudio escalan hasta un 44,7% de personas debajo de la línea de la pobreza y al 9,6% bajo la línea de indigencia.
La presentación coincidió con las recientes declaraciones del presidente Alberto Fernández, quien había cuestionado los índices de pobreza que señala el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que hasta el primer semestre del año arrojaba un 40,1% pobres y un 9,3% de indigentes.
Al retomar las recientes cifras del ODSA, se observó un incremento respecto del mismo período del año pasado. En 2022, la pobreza llegó al 43,1%, por lo que sufrió un aumento del 1,6% interanual, mientras que la indigencia, que se ubicaba en el 8,1%, tuvo un incremento del 1,5%.
Con los nuevos números, se vuelve a quebrar la marca más alta. que era del 41,2% en 2006.
En lo que respecta a cantidad total de pobres, se habla de 18,7 millones de personas que no logran cubrir la Canasta Básica Total (CBT). La misma está compuesta, además de alimentos, por bienes y servicios como la vivienda, la educación, la salud o el transporte.
En cuanto al número de indigentes, que son les que no llegan a solventar siquiera la Canasta Básica de Alimentos (CBA), abarca a 4 millones de individuos.
En el caso de niñes y adolescentes, la pobreza se extiende hasta el 62%, lo que equivale a más de 6 de cada 10 menores.
En cuanto al trabajo, el mismo cayó al nivel más bajo desde que este Observatorio hace mediciones desde 2004. Actualmente, el 33,1% de la población económicamente activa se encuentra sin empleo (8,8%) o con un subempleo inestable (24,3%).
La exposición del informe en la UCA
La presentación estuvo a cargo de Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, quien expuso y explicó los resultados obtenidos.
Como primer acercamiento, habló de una crisis, a la que denominó como el fin del régimen post-convertibilidad, que derivó en una crisis económica, social y política de carácter sistémico.
En ese escenario de crisis, planteó una caída de la inversión, del empleo pleno y de las remuneraciones. A su vez, remarcó que la pobreza de los ingresos y de los derechos son consecuencia directa de políticas fallidas.
Respecto al dato duro del informe, la pobreza alcanza el 44,7%, cifra que está contenida por la Asignación Universal por Hijo (AUH), otros programas y pensiones no contributivas.
Salvia señaló que sin esas ayudas la pobreza escalaría hasta un 49,1%, casi la mitad de la población.
Para este trabajo, tuvieron en cuenta el acceso a la alimentación y a la salud; al acceso a servicios básicos, a la vivienda digna; al acceso educativo; al acceso a un medio ambiente sano y al empleo y seguridad social.
Según los datos presentados, el 26,6% de los hogares no cubre el acceso a la alimentación y a la salud, lo que comprende al 31,7% de las personas. Y el déficit en el acceso a servicios básicos abarca al 27,1% de las casas, lo que representa al 31,4% de la población.
Sin acceso a vivienda digna se encuentra el 20,7% de los hogares y el 24,8% de personas; el déficit al acceso a un medio ambiente saludable está el 26,1% de las casas y el 29,5% de la gente.
En cuanto a quienes no acceden a educación, se trata del 29,7% de hogares y 13,1% de personas. Por último, en torno al no acceso al empleo y la seguridad social, son el 32,4% y el 35,7% respectivamente.
Otro de los puntos abordados en la presentación alerta sobre lo que se puede esperar en caso de no cambiar el rumbo.
En tal sentido, se produciría un “aumento de nuevos pobres por descenso social de clases medias bajas, una pobreza más estructural y una mayor dependencia de los pobres extremos y las clases bajas de la asistencia pública”.
A su vez, señalan que crecería el trabajo informal y de la economía social de subsistencia con mayor autoexplotación familiar y deterioro de la salud, la educación, el hábitat, la seguridad y el acceso a justicia de los sectores pobres.
Por último, y como cierre de la presentación, participó Claudio Tomasi, presidente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Argentina (PNUD).
Alberto Fernández fue criticado por negar los índices de pobreza
En sus últimos días como presidente, Alberto Fernández negó los indicadores de pobreza que registra el INDEC, organismo del Estado.
En este sentido, cuestionó el 40,1% de pobreza que se publicó a mitad de año: “Está mal medida. Si hubiera semejante cantidad de pobreza, la Argentina estaría estallada”, indicó en entrevista a Noticias Argentinas.
Y agregó: “Yo no puedo entender cómo se concilia que haya 40% de pobreza y al mismo tiempo llevemos 37 meses consecutivos de creación de empleo registrado”.
Para justificar sus dudas, planteó: “La pobreza se mide a través de la Encuesta Permanente de Hogares, es una encuesta y las encuestas han mostrado su falibilidad”.
En ese contexto, el mandatario expresó temor a que “la gente no diga toda la verdad, porque si le preguntás a una persona y te dice ‘tengo un plan’, de ahí en más empieza a mentir porque tiene miedo de que se lo quiten”.
El presidente Fernández volvió a quedar bajo el ojo de la tormenta tras sus declaraciones, y el propio Juan Grabois, precandidato a presidente en las últimas elecciones, salió al cruce.
“Hoy, las cifras son objetivamente peores: pobreza 40,1% e indigencia al 9,3% (primer semestre), todo indica que para diciembre los números serán aún más alarmantes”, escribió a través de la red social X.
Y le remarcó: “Esta es la realidad que es la única verdad. Hay que hacerse cargo. La Argentina sí está estallada, Alberto”.
Por otra parte, le respondió a la incredulidad del mandatario que dijo no entender las cifras de pobreza con el crecimiento del empleo.
“En primer lugar, hay una enorme cantidad de trabajadores que son pobres aún con empleo registrado de jornada completa: una injusticia nueva, grave e imperdonable”, sentenció Grabois.
Por último, comentó: “Que además digas que los índices de pobreza se explican porque los pobres subdeclaran sus ingresos ya me parece una bajeza gorila”.
Y concluyó que todes dentro del espacio del Frente de Todos deben “asumir cierto grado de responsabilidad”, y que los postergados “merecen que les pidamos perdón”.