A pocos días de dejar su cargo, Alberto Fernández viajará a la 62° Cumbre del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) en Río de Janeiro. Esta será la última actividad internacional del presidente antes de la finalización de su mandato.
Estará acompañado por la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de Cancillería, Cecilia Todesca Bocco, debido a que Santiago Cafiero estará abocado al proceso de transición.
¿Por qué importa? La expectativa del encuentro está puesta en la posibilidad de que se concrete el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el propio MERCOSUR, el cual aún sigue con las negociaciones en curso.
El mandatario llamó primero a debatir “determinadas condiciones que permitan sostener y hacer crecer nuestras industrias”.
En ese sentido, agregó: “Quiero discutir algo que le sirva a los argentinos; es un acuerdo entre dos regiones; hay intereses que tener en cuenta”.
“El acuerdo MERCOSUR-Unión Europea no se ha firmado no porque Argentina no quiera, sino porque encontró resistencia dentro de Europa”, señaló el Presidente en diálogo radial.
Respecto a ello, aclaró que su intención es “firmarlo” porque cree que “geopolíticamente es correcto un acuerdo” entre ambos bloques, pero advirtió que para hacerlo quiere discutir algunas cuestiones.
Por último, también está previsto anunciar la adhesión de Bolivia como miembro pleno del MERCOSUR, durante la Cumbre que se realizará en el Museo del Mañana en Río.
El acuerdo
La UE presiona para que los integrantes del MERCOSUR ratifiquen el tratado de libre comercio firmado en el 2019. El anhelo de la Unión es que se firme en la convención que se celebrará en Río de Janeiro.
A pocos días del traspaso de mando, la futura ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, le pidió a Alberto Fernández que firme el acuerdo, pero en la Cancillería aseguran que no están dadas las condiciones para avalar el pacto.
Incluso, el bloque europeo estaba convencido de que se firmaría en la Cumbre, lo cual le pondría fin a más de dos décadas de negociaciones. Tanto el Alto representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, como la Presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, tenían todo listo para viajar, pero no sucedió.
Según explicaron les expertos, en estos meses nunca se abrió el acuerdo original para revisar las normas de origen. Estas permitirían a la UE ingresar sin pagar aranceles por productos que fueron fabricados, en su mayoría, en países que no pertenecen al bloque.
Por otro lado, tampoco extendieron los plazos de adaptación para sectores considerados “sensibles” ni se mejoraron los cupos de ingreso para productos del MERCOSUR. Estos son los dos principales motivos que tiene Argentina para no firmar el acuerdo.
Sin revisar estos puntos, las discusiones se centraron en las exigencias ambientales de la UE y una serie de solicitudes para mitigar su impacto en la producción local. Una vez más, la agenda la marcan desde el “viejo continente”.
Respecto a esto, Argentina pidió que la UE otorgue financiamiento a pequeñas y medianas empresas para la transición. Además solicitó agregar un capítulo especial para el desarrollo de la electromovilidad.