Nacida el 7 de marzo de 1967 en Osaka, Ai Yazawa es el seudónimo de la mangaka japonesa detrás de obras como Tenshi Nanka Ja Nai (No soy un ángel), Gokinjo Monogatari (Una historia de barrio), Kagen no Tsuki (Last Quarter), y las por siempre favoritas NANA y Paradise Kiss.
La mayoría de estos trabajos pueden encasillarse dentro de los géneros Shojo o Josei, es decir, literatura orientada a una demografía femenina y joven, con la distinción de que el segundo tipo, tal como su nombre lo índica, apunta a un público más adulto. Tal es así que sus historias tocan temas maduros como las relaciones turbulentas, el sexo, las adicciones, la ruptura de vínculos pilares para la vida, la presión por responder a los cánones de la sociedad, entre otros.
Es en estos universos tan complejos, reales y, por momentos, demasiado crudos que emergen las heroínas prometidas; aunque el rótulo sea solamente un protocolo. En los mundos de Yazawa los grises se plasman con todo su abanico de tonalidades y, con excepción de casos puntuales, se torna difícil para quien sigue la historia desvincularse completamente de las situaciones que atraviesan sus personajes.
Con una habilidad propia de la, mal llamada, sensibilidad femenina, la autora hurga en las emociones más vulnerables de sus creaciones y se permite explorar e impartir rasgos de humanidad en sus protagonistas. Esto es algo que no sucede, o al menos no era común en fines de los ‘90 y primera década del 2000, donde el rol de las mujeres en los mangas se limitaba a personajes de apoyo o intereses románticos del héroe del Shonen o Seinen de turno.
Si bien todos recordamos con cariño a Usagi (Sailor Moon), Sakura Kinomoto (Sakura CardCaptor) o Kagome Higurashi (Inuyasha), todas ellas conservan su inocencia sin importar cuán grande se vuelva la oscuridad que las rodea. En las obras de Yazawa, especialmente en NANA y Paradise Kiss, los cuerpos y los corazones de sus heroínas sucumben ante las caídas y, poco a poco, esos cambios las transforman y las llevan a decantar en lugares desde donde les será difícil salir.
La estética de Ai Yazawa
Antes de poner su pluma al servicio de las viñetas, Yazawa se formó por un tiempo en escuela de moda. Sin embargo, pronto se daría cuenta que este oficio tan solo cubría una parte de su inmensa pasión y gusto por la estética y el arte, lo cual la llevó a abandonar la formación profesional para dedicarse completamente a perseguir una carrera como mangaka.
En una entrevista concedida a la Revista ROLA en 2016, para la cual también ilustró la portada, la historietista comentó: “Cuando era niña quería ser muchas cosas. Diseñadora de ilustraciones, escritora, o bien diseñadora de interiores. En un momento dado me dí cuenta que los cómics abarcaban todas esas cosas”.
En sus obras es recurrente la alusión a Vivienne Westwood, diseñadora británica referente de la moda punk. Westwood popularizó su marca al involucrarse directamente con bandas ícono del movimiento como Sex Pistols, para quien creó varias piezas exclusivas, y gracias a su increíble muñeca para fusionar ítems controversiales y burdos como alfileres de gancho, navajas y cadenas con otros más clásicos y románticos como encajes, corazones o estampados tartán.
A lo largo de las historias, los personajes de Yazawa lucen atuendos detallados e inspirados en diseños reales de Westwood, por ejemplo el encendedor de la marca. En uno de los capítulos de Nana, el miembro más joven de la banda de Nana Osaki, Shin, lleva en el cuello el vistoso accesorio. Este se forma a partir de una esfera que da cuerpo y utilidad al mismo a la vez que refiere al planeta Saturno, con sus respectivos anillos y una cruz que nace desde su centro y funciona como interruptor para liberar la llama.
La precisión y reverencia con la que la autora crea y copia estos diseños imprimen su trabajo de un sello inigualable. Al respecto, en diálogo con ROLA, Yazawa entreabrió la puerta de los engranajes de su proceso creativo. “Siempre me interesó la moda. Esto me influyó mucho y grabé en mi mente muchas fotos de trajes y estilos. Dibujo de forma natural. Floto con ideas como si tuviera imágenes de ropa en la cabeza, abriendo el armario si es necesario”, compartió.
Una espera cada vez más larga
A pesar de la respuesta positiva, constante y entusiasta de la audiencia y de sus colegas, Ai Yazawa ha puesto sus obras en hiatus hasta nuevo aviso. En 2009 trascendió que la mangaka se encontraba internada debido a una extraña enfermedad que no fue develada al público general. Por el momento, no se han anunciado planes de continuar con los mangas inconclusos, entre ellos uno que se ha ganado un sitio entre los clásicos del género: NANA. Este manga se volvió una máquina de producir merchandising y generar ganancias, sobre todo tras la adaptación al anime, el cual detuvo su cuenta al alcanzar los 47 episodios.
Sus fans, luego de años sin saber si algún día conocerán el final de su historia favorita, han optado por bromear al respecto. “Quizá Ai Yazawa desapareció porque no sabía cómo resolver todos los problemas de Nana”, dice una usuaria de la red social X.
Más allá del humor, cualquiera sea el obstáculo que le impide a la autora retomar su trabajo, quienes admiran su capacidad de narrativa y su estilo de dibujos desean que logre ponerle un broche de oro a una obra que ha roto con los estereotipos de las mujeres en los mangas. En tanto, siempre hay un poco más de Ai Yazawa por descubrir.