La histórica disputa entre Venezuela y Guyana por el territorio de la Región del Esequibo, un enclave geoestratégico por su ubicación y riqueza en recursos naturales, se ha profundizado en los últimos años y, en la actualidad, asistimos a una escalada que podría culminar -incluso- en un conflicto militar. Detrás, como cada vez que esos intereses se cruzan en algún país de Hispanoamérica y especialmente cuando de Venezuela se trata, se puede observar la mano del Comando Sur de Estados Unidos y un planificado accionar imperial.
Venezuela ratifica su soberanía sobre el Esequibo
La República Bolivariana de Venezuela, el próximo 3 de diciembre, celebrará un referéndum de carácter consultivo para conocer el apoyo popular al reclamo territorial por el Esequibo. El gobierno liderado por Nicolas Maduro, en un contexto de una fuerte intensificación de la disputa, ha activado la maquinaria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para defender la soberanía territorial del país bolivariano sobre esa región y, al mismo tiempo, conocer los márgenes de acción que tiene en una cuestión que involucra hasta su propia integridad territorial.
La Cámara Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, en octubre, aprobó por unanimidad las 5 preguntas del plebiscito. Las primera se relaciona con rechazar el Laudo Arbitral de París de 1899, la segunda con apoyar como único argumento jurídico válido el Acuerdo de Ginebra de 1996, la tercera con no reconocer la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para resolver la disputa y la cuarta con oponerse por todos los medios a la pretensión de Guyana de explotar un mar pendiente por delimitar.
Finalmente, la quinta pregunta que el pueblo venezolano responderá el próximo 3 de diciembre ilustra de manera clara el momento de tensión diplomática que atraviesan ambos países. En ella, se le pregunta a la ciudadanía si se encuentra de acuerdo con la creación del Estado de Guayana Esequiba y un plan acelerado de atención integral a la población actual y futura de ese territorio. Entre otras otras cosas, supone el otorgamiento de la ciudadanía y la cédula de identidad y, al mismo tiempo, la incorporación del nuevo Estado al mapa venezolano.
En este marco, a menos de una semana del referéndum, el vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, planteó en conferencia de prensa la posibilidad de establecer bases militares de Estados Unidos en el Esequibo. “Nunca hemos estado interesados en bases militares, pero tenemos que proteger nuestro interés nacional”, advirtió el vicepresidente, quien también anunció un encuentro con dos equipos del Departamento de Defensa de Estados Unidos próximamente.
La mano del Comando Sur
Si bien desde el andamiaje mediático ligado a los intereses de Washington, ponen el foco en una supuesta intención electoralista de reavivar la disputa por parte del “tirano” Nicolas Maduro, el conflicto revela intereses geopolíticos mucho más profundos que una simple campaña proselitista o una loca aventura venezolana.
La región del Esequibo, que abarca alrededor de 160.000 kilómetros cuadrados, representa un enclave estratégico por su ubicación en el continente e incluso una verdadera fuente de recursos naturales: oro, cobre, diamante, hierro, bauxita o aluminio, son solo algunas de las grandes reservas que allí existen. Sin embargo, en un contexto de crisis energética a nivel global, son los numerosos e importantes pozos de hidrocarburos los que les generan un especial interés a Laura Jane Richardson, la jefa del Comando Sur de EEUU.
Desde el 2015, los descubrimientos de las multinacionales norteamericanas que operan en la región, con Exxon Mobil como gran ganadora de las concesiones, han elevado las reservas de petróleo de la ex colonia británica a alrededor de 11 mi millones de barriles (un 0,6% del total mundial), convirtiéndose en uno de los países con más crecimiento de la economía a nível global.
Del mismo modo, el saqueo económico de un territorio que aún se encuentra en disputa, es acompañado por una planificada estrategia militar por parte de Estados Unidos y el Comando Sur, que ha profundizado la cooperación en términos de seguridad con Guyana a través de la firma de diversos tipos de acuerdos y maniobras militares conjuntas.
La alianza entre Washington y Georgetown, en este sentido, supone una grave amenaza a la seguridad e integridad territorial de Caracas, cuyo hostigamiento por parte de las distintas administraciones que estuvieron en la Casa Blanca no ha cesado.