โLa รฉpoca de Diego Maradona se terminรณโ. Palabras mรกs, palabras menos, asรญ lo seรฑalรณ el ex presidente de la Naciรณn, Mauricio Macri, en una reciente entrevista para un importante canal de noticias. โDisruptivo y transgresorโ, como tambiรฉn lo definiรณ en otro apartado, dejรณ entrever las cualidades que mรกs le disgustaban del 10.ย
Una vez mรกs, como ya lo hiciese durante su gestiรณn en Boca Juniors (1995-2007) y como jefe de todos los argentinos, se encargรณ de echarle en cara todos sus errores, aunque รฉl ya no estuviese presente. Sacรณ a relucir los โtrapitos suciosโ y no escondiรณ la crรญtica mรกs cruel: โlos argentinos dejaron de tener de รญdolo al transgresor, al vivoโ.
Al escuchar estas palabras, uno puede cuestionarse rรกpidamente: ยฟse puede dejar de idolatrar a alguien, solo porque los tiempos cambian? ยฟse puede dejar de amar a un รญdolo tan popular, solo porque no representa los ideales de quiรฉn nos obliga a olvidarlo? Y en definitiva, ยฟlos argentinos estamos obligados a olvidar a quiรฉn nos brindรณ tantas alegrรญas, solo por no sentirnos representados por sus acciones?
Maradona era transgresor, disruptivo, vivo, polรฉmico y poseรญa otras caracterรญsticas que lo acercaban a lo mรกs bajo de nuestras propias sombras. En definitiva, lo volvรญan autรฉntico, una persona como nosotros. Sus imperfecciones no limitaban su talento, sus palabrerรญas no opacaban su luz propia y sus errores no lo bajaban del pedestal en donde รฉl mismo se habรญa ubicado merecidamente.
Seamos honestos: todos tenemos algo de Maradona en nuestras vidas. Nadie es perfecto, nadie es intocable, nadie le escapa a la mano que corta el hilo que nos separa de la eternidad. Sin embargo, nadie puede ser Diego. Porque si Maradona era lo mundano, Diego era la magia. Era el talento nato, puro, ese que no todos poseemos, pero que aspiramos alguna vez tener desde pequeรฑos.
Diego era ese guerrero que, dentro de un campo de juego, sacaba a relucir las falencias de los ajenos, el virtuosismo de los suyos y transformaba las situaciones adversas en una victoria que rozaba la รฉpica. Desde su debut en Primera Divisiรณn el 20 de octubre de 1976, con la camiseta de Argentinos Juniors, demostrรณ poseer las caracterรญsticas de un lรญder, pero con una cuota de magia extra en su zurda.
Esa cuota extra de talento, que lo diferenciaba del resto, obligรณ a Diego a convivir en algรบn punto de su vida con Maradona, su coraza en la vida pรบblica, sobre todo en sus momentos mรกs oscuros. Solo asรญ, el diamante en bruto pudo hacer la diferencia hasta que su cuerpo dijera basta.
Solo asรญ pudo hacerle frente a la fama inminente, soportando presiones y sucumbiendo como todo mortal a su costado mรกs natural. En definitiva, Diego terminรณ cediendo fรญsica y mentalmente, para darle un lugar al Maradona que todos conocimos en sus รบltimos aรฑos de existencia.
Nadie estรก preparado para la fama
Ese joven Diego creciรณ desde abajo, sobreponiรฉndose a los golpes que le ofreciรณ el fรบtbol, como su no convocatoria al Mundial ฬ 78, que a la postre Argentina ganarรญa como local. Conociรณ la gloria y redenciรณn en el Mundial Juvenil de Japรณn 1979, consagrรกndose campeรณn y arrimรกndose por primera vez a una fama no tan naturalizada en alguien con esa juventud y talento.
En paralelo, Maradona se criรณ viviendo las miserias mรกs crudas que la vida nos puede ofrecer, rodeado por el hambre, la pobreza y la violencia de la calle desde su hogar en Villa Fiorito. A posteriori, ese Maradona mรกs reservado por el deportista pudo lograr sacar a su familia de ese mundo inestable y trasladarla a La Paternal, un barrio que funcionรณ como refugio y que le ofreciรณ un rato de tranquilidad entre tantas penurias.
En sintonรญa, Maradona supo convivir de frente con una รฉpoca oscura de nuestro paรญs, en donde muchos de sus pares, por ideologรญa polรญtica o por rechazo a la dictadura de turno, apenas pudieron escapar. Entre las pocas victorias morales, vale destacar el aborrecimiento al saludo del dictador Jorge Rafael Videla cuando fue recibido como campeรณn mundial juvenil. Ya marcaba sus ideales.
Diego, con el correr de los aรฑos venideros, empezรณ a convivir con la presiรณn de los medios, especialistas y especuladores, quienes esperaban como animales de rapiรฑa su transformaciรณn en el mejor jugador del mundo. Sobre todo, tras su paso por un endeudado Boca Juniors, en donde el tรญtulo de 1981 maquillรณ su prolรญfica carrera en el Bicho de La Paternal.
Sin embargo, los posteriores โfracasosโ deportivos en el Mundial ฬ 82 y en el FC Barcelona, sumado a una grave lesiรณn que lo alejรณ varios meses de las canchas en 1983, limitaron parcialmente sus sueรฑos. Para la gran mayorรญa, ya habรญa pasado lo mejor de รฉl y apenas tenรญa 24 aรฑos. Todo cambiรณ en 1984: Napoli se transformaba en su refugio deportivo.
Maradona, por su parte, empezaba a evidenciar en su cuerpo los vicios mรกs asquerosos que la fama podรญa ofrecer: la cocaรญna se habรญa convertido de a poco en su โnรฉctarโ y los โamigos del campeรณnโ empezaban a aparecer.
Un dolor tambiรฉn empezaba a hacerse latente: la derrota en la Guerra de Malvinas frente a Reino Unido, victoria reivindicada por Margaret Thatcher, hacรญa mella en su corazรณn ya herido por tantos golpes. La caรญda en 1982 generรณ un daรฑo incalculable en la naciรณn y Maradona lo sabรญa. Necesitaba aparecer Diego.
La gloria eterna
Nรกpoles era para Diego lo que Fiorito era para Maradona. Un lugar en donde las miserias econรณmicas, los despojos de humanidad, la discriminaciรณn constante del norte y el no pertenecer a ningรบn lado hacรญa a la idiosincrasia de su poblaciรณn. Sin embargo, para Diego fue un reencuentro con sus orรญgenes, recibiendo a diario el cariรฑo del pรบblico sin crรญticas daรฑinas (aunque muy pasionales).
La ausencia de presiones y el apoyo moral que le ofrecieron los napolitanos le permitieron a Diego prepararse mejor para SU Mundial. Mรฉxico ยด86 terminarรญa transformรกndose no solo en la mรกxima coronaciรณn de su carrera deportiva, sino en un punto de inflexiรณn en la historia del fรบtbol. Allรญ nacรญa el nuevo monarca del deporte mรกs popular del mundo.
Los nรบmeros hablan por sรญ solo: sus cinco goles y cinco asistencias en siete cotejos ayudaron a nuestro paรญs a alcanzar su segundo tรญtulo mundial, รบltimo hasta la consagraciรณn el aรฑo pasado en Qatar 2022. Sin embargo, estos nรบmeros no explican completamente el fenรณmeno, sino las pequeรฑas victorias personales que marcaron a Diego y lo unieron al pรบblico argentino para siempre.
El debut ante Corea del Sur, recibiendo la mayor cantidad de faltas que se tengan registradas en mundiales a un solo jugador (once en total), finalizรณ con tres maravillosas asistencias a Oscar Ruggeri y Jorge Valdano por duplicado. El gol โimposibleโ ante Italia para igualar en la segunda fecha y el partidazo ante Bulgaria con asistencia incluida a Jorge Burruchaga le permitiรณ liderar al equipo en su zona.
Posteriormente, el partido perfecto ante Uruguay por los octavos, con gol anulado incluido, empezรณ a prepararlo para lo mejor de su repertorio en los partidos mรกs calientes. El destino lo tenรญa preparado lo mejor: Inglaterra en cuartos de final. En dicho cotejo, considerado por muchos como una revancha tardรญa, Diego le ofrecรญa al mundo sus dos goles mรกs antolรณgicos: la Mano de Dios y el Gol del Siglo.
El encuentro, inolvidable en muchos aspectos, resultรณ en un homenaje en vida para โlos pibes de Malvinasโ, muchos de los cuales seguramente hubiesen vitoreado su nombre y llorado con sus goles. Con la victoria moral a cuestas, Diego cumplรญa con otro partido perfecto ante Bรฉlgica, regalรกndonos dos goles para โalquilar balconesโ, que le permitieron quedar a un paso de cumplir uno de sus sueรฑos: ser campeรณn.
Pese a ser reรฑido y sufrido el cotejo ante Alemania, el fรบtbol no permitiรณ dejar con las manos vacรญas a un Diego en su estado mรกximo. La asistencia a Jorge Burruchaga, para el 3 a 2 final, fue quizรกs su รบltimo regalo al pueblo argentino. Diego Armando Maradona habรญa alcanzado la cumbre y conseguido la inmortalidad.
Luego de aรฑos de lucha y sacrificio, finalmente, Diego se habรญa ganado el amor de su paรญs. Pero para muchos, este รฉxito terminarรญa por despedir para siempre al mejor de los nuestros en un campo de juego. Maradona, en este punto, empezaba a marcar la cancha.
El dolor, la traiciรณn y el proceso del final
La victoria en Mรฉxico no solo puso los focos en Diego: expuso a Maradona a una fama que ya no dejarรญa de perseguirlo. Los paparazzis se harรญan habitues moradores de su privacidad. Y lejos de querer alejarlos, les permitiรณ invadir cada rincรณn de su humanidad.
La familia empezaba a crecer, con el nacimiento de sus hijas Dalma y Giannina y un consagrado matrimonio con Claudia Villafaรฑe. En paralelo, Maradona se dejaba seducir por sus deseos de infidelidad. Aunque era un secreto a voces, el nacimiento de su primogรฉnito italiano, Diego Junior, lo mantenรญa en vilo.
Napoli, como su estrella mรกxima, crecรญa deportivamente, llenรกndose de gloria, victorias, tรญtulos y los lujos de la fama efรญmera. El abuso de sustancias y su animosidad con la mafia napolitana eran opacadas magistralmente por sus gambetas. El crecimiento de Maradona parecรญa no tener techo, sin embargo, llegรณ un punto de quiebre total en esta historia: Italia ยด90.
No solo una lesiรณn en el transcurso de la competencia hicieron mella en su juego (el cual estuvo apenas iluminado en el clรกsico ante Brasil, con pase incluido), sino el duelo semifinal ante los locales en el San Paolo napolitano, ciudad en donde รฉl se sentรญa amo y seรฑor. Allรญ, Argentina eliminรณ a los Azzurra por penales, generando un odio generalizado en toda la naciรณn italiana.
Dicha victoria le costรณ a Maradona mucho mรกs que ser perjudicado en la final del Mundial, en donde cayรณ ante Alemania por un penal dudoso. Le costรณ el rechazo de todo un paรญs e inclusive, de napolitanos que tanto lo amaban. Empezรณ a recibir amenazas de la mafia, ser perseguido por el fisco, y viviรณ expuesto a caer en el doping domingo a domingo, hecho que finalmente aconteciรณ en 1991 tras un cotejo ante Bari.
El 17 de marzo de aquel aรฑo, Maradona fue suspendido por la Federaciรณn Italiana de Fรบtbol (FIT) por un lapso de 18 meses, producto del consumo de drogas. De esta manera, sin poder siquiera imaginarlo, se despidiรณ para siempre de Nรกpoles, su lugar en el mundo. De allรญ en mรกs, apenas pudo vivir pequeรฑos momentos de felicidad en Sevilla y Newell ‘s Old Boys, sitios de paso en su carrera deportiva.
Sin embargo, una vez mรกs, el fรบtbol (o el negocio en este caso) volviรณ a ofrecerle una breve oportunidad de volver a ser Diego: el Mundial de Estados Unidos 1994. Con una preparaciรณn documentada y estricta, Maradona llegรณ a la cita con sed de revancha por lo ocurrido en Italia, por lo acontecido en su carrera deportiva y por sus errores en el pasado que lo privaron de ser feliz en una cancha.
El 25 de junio, tras la victoria ante Nigeria, el cruel destino le preparรณ el peor de los finales. Ningรบn aventuroso hubiera vaticinado que aquella enfermera rubia, simpรกtica y que tan amablemente llevaba a Maradona de la mano, serรญa la รบltima en llevarse una imagen nรญtida del jugador que fue. El astro darรญa positivo en el control antidoping, โcortรกndole las piernasโ para siempre.
En una lucha sin sentido, Maradona se encargรณ durante los aรฑos venideros en responsabilizar a la FIFA (Federaciรณn Internacional de Fรบtbol Asociado) y su cabecilla, Joao Havelange, de โmeter manoโ para sacarlo de la Copa del Mundo. Con pruebas en su contra y el escrutinio pรบblico dรกndole la espalda, Maradona respirรณ sus รบltimos aรฑos deportivos entre la direcciรณn tรฉcnica y un cierre poco exitoso en Boca.
ยฟCual es cual, Diego o Maradona?
Tras su retiro deportivo en 1997, luego de una victoria superclรกsica ante River Plate, Maradona trastocรณ su rumbo. Un nuevo doping positivo obligรณ a acelerar los tiempos y alejarlo para siempre del verde cรฉsped. Tras esta etapa, se volviรณ asiduo a los programas de chimentos, polรฉmicas y cualquier temรกtica que siquiera sacar un lucro de su sola menciรณn.
De allรญ en mรกs, queda en uno seรฑalar cuรกl es el excedente de todos sus errores y decisiones, porque lo que viviรณ entre el retiro y su despedida roza a una montaรฑa rusa de emociones. Quizรกs, podrรญamos quedarnos a analizar su polรฉmico paso por Cuba, con los reiterados encuentros con su รญdolo Fidel Castro y las denuncias de acoso sin mucho mรกs avance, en medio de su recuperaciรณn por consumo de drogas.
Tambiรฉn podrรญamos aventurarnos en sus cercanรญas con la muerte durante los aรฑos 2000 y 2004 o su milagrosa recuperaciรณn de peso y salud para el 2005. O quizรกs, podrรญamos volver a virar el curso hacia lo deportivo y comentar sus pasos desafortunados en la direcciรณn tรฉcnica de Argentina y varios clubes de Emiratos รrabes y Mรฉxico. O inclusive su cierre en Gimnasia y Esgrima de La Plata.
O inclusive prefieran abordar su costado mรกs solidario, apoyando la causa de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, la defensa fรฉrrea de los jubilados y el aporte solidario a la crisis econรณmica del paรญs durante la pandemia del Covid-19. En definitiva, son muchos los tรณpicos que abordaron a Maradona en sus รบltimos aรฑos, siempre detrรกs de un flash o un comentario hiriente.
Con todo lo anterior dicho, queda por hacernos dos preguntas: ยฟustedes hubieran estado listos para ser Maradona?ยฟO hubieran elegido ser como Diego? Al momento de su muerte, ocurrida el 25 de noviembre de 2020, ya poco quedaba de ambos. Encerrado en la direcciรณn tรฉcnica del Lobo platense, solo se mantenรญa latente un chispazo de aquel Diego juvenil, quiรฉn mantenรญa viva su llama por amor al fรบtbol.
Con la muerte, sorpresiva por el momento pero esperable para un hombre con su carga, transformรณ a Maradona nuevamente en el Diego de la Gente, siendo acompaรฑado por mรกs de dos millones de personas en un velorio improvisado realizado en la Casa Rosada, lugar donde supo compartir con su gente el trofeo de Mรฉxico 86.
El traslado de su fรฉretro, que incluyรณ una polรฉmica invasiรณn a la casa de gobierno, quizรกs un aspecto que el Maradona mรกs desafiante al poder hubiera apoyado, condecorรณ una jornada de dolor. Las calles se llenaron de pancartas, las lรกgrimas brotaron por cada lugar recรณndito de nuestro paรญs y recorriendo el mundo entero.
Al dรญa de hoy, pocos medios, incluso deportivos, atinan a mencionar su nombre. Su apellido es usurpado y ultrajado por corruptos negociados, que se animan a ofrecer un sinfรญn de productos con la marca Maradona. Sin embargo, todavรญa quedamos personas que le expresamos a ese โDios bajitoโ: perdรณnanos, donde quieras que estes. Para el pesar de muchos, lo fuimos olvidando errรณneamente con el pasar de estos aรฑos.
Al final de todo este recorrido, mรกs allรก de querer imponer su apellido y sacar lo peor de sรญ mismo para el beneficio de unos pocos, Diego siempre quedarรก eternizado por lo que mejor sabรญa hacer: explotar la magia de su zurda, llevando las ilusiones de miles de soรฑadores, de personas embarradas en sufrimiento, del barrio carente de esperanzas, del futbolista frustrado o del oficinista encerrado en la monotonรญa.
Maradona siempre llevarรก la carga de nuestros errores, de nuestras broncas, como el ser imperfecto que fue, como lo somos nosotros. Diego, por su parte, siempre serรก eterno, porque mientras haya una pelota rodando por una cancha de barro, el duro cemento o el verde mรกs pulido, allรญ estarรก รฉl. Rogando por nosotros, uniรฉndose a nuestras batallas y sacando lo mejor que tenemos cada uno. Siempre eterno.