Como cada 24 de noviembre, la calle 30 entre 55 y 56 de La Plata se encontró cortada, con aires de melancolía y un atardecer que aclimató esa sensación de un tiempo que ya no transita.
Allí se conmemoró 47 años de un brutal ataque, que las fuerzas de la última dictadura cívico militar argentina realizaron sobre una vivienda que aún se encuentra a mitad de cuadra. La ahora conocida como Casa Mariani Teruggi pertenecía al matrimonio de Diana Teruggi y Daniel Mariani.
Allí funcionó la imprenta de la revista “Evita Montonera”, publicación que se emitió entre 1974 y 1979. El 24 de noviembre de 1976, la empresa fue rodeada, atacada brutalmente y saqueada por fuerzas de la dictadura.
Al día de hoy, la casa se mantiene en pie como un Espacio de Memoria, tal y como quedó luego del bombardeo perpetrado. Por dicha razón, todos los 24 de noviembre se llevan a cabo actividades para recordar lo que pasó allí y construir nuevas memorias.
En esta ocasión, el acto contó con la presencia de la abuela Elsa Pavón, su nieta Paula Logares y su bisnieta. A su vez, hubo música a cargo del DJ Hernán Ache y de Inés Mauri. Por otra parte, el archivo DIPPBA de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) compartió documentación sobre el ataque a la casa.
“Si construimos 40 años de Democracia, podemos ir por 40 más”
En un edificio que se ubica en 30 entre 55 y 56 (en la capital bonaerense), una mujer aguardaba cómodamente sentada en su balcón. Allí observaba el tumulto de gente que se encontraba abajo, en la calle, junto a la casa Mariani Teruggi.
Tenía su propio palco privado para el acto conmemorativo en el que la abuela Elsa Pavón junto a su nieta recuperada, Paula Logares, y su bisnieta, terminaron por emocionar a les presentes hasta las lágrimas. Las protagonistas fueron entrevistadas por estudiantes del Instituto Bivongi, un colegio de la zona.
“El Nunca Más es una actitud social. Si construimos 40 años de democracia, podemos ir por 40 más”, se esperanzó Paula antes de comenzar la entrevista. La primera pregunta de las alumnas fue clara: ¿cómo les jóvenes pueden mantener viva la memoria?
La bisnieta de Elsa, la más chica de esas tres generaciones de lucha, tomó el micrófono. Recomendó “aprovechar espacios como estos, que son súper valiosos, porque en otros momentos no estaban”. Además, hizo referencia al contexto actual, ya que pidió “definir qué cosas no estamos dispuestos a tolerar”.
La reciente elección de La Libertad Avanza, con una vicepresidenta con fuertes vínculos con la última dictadura, flotó en el aire. Como una amenaza, pero también como un combustible para mantener una postura de resistencia ante el negacionismo.
Paula Logares, al respecto, reflexionó: “gente que defiende esa idea existió desde siempre, pero los genocidas estaban bastante callados”. A su vez, agregó que quienes lo vivieron no lo desean “ni en modo de venganza”. “Son cosas con las que no jugamos”, aclaró.
Por su parte, Elsa se mostró dolida. “Reivindicar la dictadura es no tener conciencia de lo que pasó en nuestro país”, afirmó. “No hay idea real de lo que significó la desaparición forzada de personas”, se lamentó.
“Todavía no sabemos qué pasó con los 30000 desaparecidos que son nuestros familiares, entre ellos está mi hija y mi yerno, los papás de Paula”, recordó. La abuela de la primera nieta restituida hizo hincapié en que, como no se sabe dónde están, no se puede recuperar su identidad.
El legado de Chicha
Durante el acto conmemorativo, se estamparon de forma gratuita remeras, bolsas y pañuelos. Una larga cola de gente esperó llevarse sus prendas con frases grabadas como “Nunca Más” o “Aunque el mundo termine mañana, yo plantaré mi manzano”.
Con mate y termo en mano, les asistentes escucharon atentamente a quienes aún mantienen vivo el recuerdo de Chicha Mariani. “Yo la conocí de niña, era una mujer hermosa”, compartió Paula. Chicha era la mamá de Daniel y una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. Su nieta es Clara Anahí, a quién Chicha buscó hasta el último día.
“Los primeros años que veníamos acá fueron bien duros, difíciles”, continuó Paula. Su abuela, Elsa Pavón, reforzó esa idea: “Es difícil ponerle palabras a estos 47 años, al horror de lo que pasó en esta casa”.
“Todavía no pudimos saber dónde está Clara Anahí. Su abuela partió sin poderla abrazar, después de recorrer el mundo para crear el tema de identidad, para poder identificar a nuestros nietos”, se lamentó Elsa. Aseguró que es importante que sus nietes sepan que no fueron abandonados, sino un hermoso proyecto de sus papás.
En la actualidad, la Casa Mariani Teruggi se puede visitar tanto de forma individual como en grupos de estudiantes, escuelas y organizaciones. El sitio se mantiene inmaculado, como en aquella época del ataque de las fuerzas militares, por lo que sobrecoge pero ayuda a recordar.
“En uno de los actos que se hicieron acá estuvo Jorge Julio López”, concluyó Paula Logares. “Por eso, continuar con esta memoria es un acto de valor y coraje. Agradezco y felicito a cada uno de los presentes”.