En el marco del 25N, la escalada de violencia contra las mujeres y las disidencias en Argentina aumentó con más impunidad desde la elección del libertario Javier Milei. En los últimos días, el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades enfrentó dos amenazas de bomba en su edificio.
El pasado viernes, en vísperas del Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer, la línea 144 del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades denunció dos intimidaciones. Como medida de precaución, se procedió a evacuar el edificio, ubicado en Paseo Colón 275, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
A través de un comunicado, se informó que desde el triunfo de La Libertad Avanza, el trabajo del Ministerio se ve afectado por agravios de seguidores de esta fuerza política, que asumirá el cargo el próximo 10 de diciembre.
Pero además, a ello se suma la persecución y agresión al colectivo LGTBQ+ como parte del clima actual, donde hace pocos días se agredió a una maestra lesbiana en un transporte público sólo por su orientación sexual.
25N: “Ni un paso atrás”
Desde Mumalá Nacional, expresaron su solidaridad con les trabajadores de la línea 144, creada por la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia de Género. Además, consideraron al hecho como inadmisible, ya que esta línea es un canal de contención, información y denuncia para muchas mujeres y disidencias de todo el territorio nacional.
Con motivo del 25N, durante este sábado la militancia feminista y organizaciones sociales convocaron a un Pañuelazo en el Congreso y otros puntos del país. A raíz de los recientes hechos de violencia, desde el viernes se organizaron para manifestar todo lo que ocurre y comenzar a reorganizarse para enfrentar los desafíos que vienen.
“Ni un paso atrás”, “Ni un derecho menos, ni un ajuste más”, “Nos tenemos” y “En defensa de nuestros derechos” son algunas de las consignas que nuclean las convocatorias de movilización para este 25N, día en el que se buscar visibilizar las violencias de género.
En ese contexto, las calles de todo el país se llenaron de personas que portaban pañuelos violeta, verde y rojo, símbolos de las luchas feministas. No solo para luchar por lo que falta, sino también para no perder los derechos adquiridos.
El ataque homofóbico a una maestra
La violencia en nombre de “La Libertad” ya es un hecho en los espacios públicos. En el día de ayer, se conoció la agresión que sufrió Daniela, una maestra lesbiana cuando iba al trabajo en un colectivo.
El caso trascendió luego de que una pasajera de la línea 561 la atacara a golpes y patadas en el piso cuando se dirigía a trabajar a una escuela de la zona sur del Gran Buenos Aires. Fue una agresión motivada por odio a su identidad de género y a su profesión, aunque el chofer no quiso detener el colectivo y los pasajeros miraron hacia otro lado.
Este brutal ataque pone en hechos lo que una parte de la sociedad aún se atreve a llamar “exageraciones de las feministas”. La docente, que sin querer rozó con su rodilla a otra mujer que viajaba en el colectivo, terminó siendo víctima de un brutal ataque.
Daniela llevaba el cabello atado con colitas, una bandera del orgullo gay, mate y guardapolvo. Sin embargo, su imagen va más allá de eso y representa la lucha del colectivo de las diversidades sexuales y la escuela pública. Eso mismo que, desde la LLA, odian.
Cabe reflexionar y darse cuenta de que el odio a la diversidad sexual, a lo popular, a la escuela pública y gratuita, a los feminismos nunca se fue. La diferencia ahora es que el presidente electo, que a partir del 10 de diciembre gobernará la Argentina, los legitima. Por ello, estos hechos no son casuales, sino el resultado de una campaña de odio. ¿La libertad avanza?