A 45 días del inicio de la operación “Inundación Al-Aqsa”, más de 12.000 palestines, sobre todo niñes, fueron asesinades. La ofensiva terrestre y aérea de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) desde fines de octubre partió a Gaza en dos y profundizó la catástrofe humanitaria. Nota al Pie analiza la situación en el enclave palestino a la luz de la crisis internacional y la reorganización de las tácticas geopolíticos en la región.
Situación humanitaria
La confrontación bélica en Gaza dista de un cese al fuego, pese a las recomendaciones internacionales. Según registros oficiales, 12.000 palestines perdieron la vida desde el inicio del enfrentamiento entre Israel y Hamás. En Gaza, el enclave palestino que se caracteriza por tener una de las densidades poblaciones más altas del planeta, la mayoría de los asesinatos se cometieron contra niñes.
A su vez, el bloqueo humanitario que el gobierno conservador de Benjamín Netanyahu impone sobre los gazatíes disminuye aún más las ya precarias perspectivas de vida en territorio palestino. La falta de agua y alimentos reduce las capacidades de Palestina para neutralizar la situación humanitaria, pero también la escasez de combustible compromete el funcionamiento de sus hospitales y diversos centros de salud donde se atiende a herides y refugiades.
En tanto, la diplomacia de Tel Aviv reafirmó una posición defensiva en el terreno político. No solo ignora los planteos de líderes internacionales que acusan a Israel de cometer “varios actos de terrorismo” y aplicar un “genocidio”, sino también a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al haber rechazado el pedido para visitar el país y corroborar las eventuales violaciones de derechos humanos.
Israel avanza en Gaza
La ofensiva terrestre y aérea, que las fuerzas israelíes iniciaron a fines de octubre, logró cumplir algunos de sus objetivos militares. Por un lado, debilitar las capacidades operacionales de Hamás y la Yihad Islámica, puesto que dividieron el territorio gazatí en dos al interrumpir canales de comunicación no subterráneos y tomar el control de ambas zonas.
Si bien la recuperación de los rehenes por parte de las IDF aún es una meta lejana, los comandos militares palestinos se replegaron ante la contundente campaña militar israelí y un eventual intercambio comienza a ser una opción. Asimismo, Israel tuvo la capacidad política y militar de transitar un fino equilibrio: el de desplegar una ofensiva sobre Gaza contra Hamás, y a su vez encapsular otros focos de conflicto como los Altos del Golán en Siria y la frontera sur del Líbano contra Hezbollah, entre otros frentes.
Reorganización de la geopolítica en Oriente Medio
Por otro lado, la crisis internacional incide en el desarrollo de los asuntos militares. Si bien Netanyahu y Biden perdieron legitimidad política en derredor de los acontecimientos, los países islámicos no fueron capaces de definir una estrategia conjunta para neutralizar a Israel. Durante la cumbre conjunta entre la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica (OCI), las naciones musulmanes acordaron un rechazo político al accionar israelí y se pronunciaron a favor de la causa palestina. Sin embargo, no hubo consenso para iniciar un bloqueo comercial que genere costos económicos difíciles de soportar para el gobierno de Israel.
Varios países, con Argelia a la cabeza, impulsaron un debate interno acerca de bloquear la exportación de petróleo a tierra hebrea o el uso del espacio aéreo para vender armas. Pero algunos países puntuales como Bahrein y Marruecos, aunque también potencias como el Reino de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU), se opusieron. Comprometidos en lo económico y lo geoestratégico con el Unipolarismo Financiero, este conjunto de naciones bloqueó la posibilidad de una estrategia que supere una instancia político-diplomática.
El debate sobre la situación palestina al interior de la OCI pone de manifiesto los intereses de base de cada uno de los actores políticos. Su estrategia geopolítica y su proyección internacional. En este sentido, se puede presumir exitosa la táctica anglosajona para generar caos al interior de un bloque arábigo que, a pesar de contradicciones, parecía marchar hacia la estrategia del Multipolarismo Pluriversal. El acuerdo ruso-saudí para controlar el precio del barril en el marco de la OPEP y el ingreso de Arabia Saudita y EAU al BRICS mostraron una tendencia que parece ser reversible o por lo menos neutralizada. Mientras tanto, y más allá de la pérdida de legitimidad internacional, Israel continúa con su avance sobre Gaza.