Bajo el nombre “No odien, yo ya los perdoné”, el pasado 17 de noviembre se estrenó la cuarta temporada de “Ser esencial por la patria” que se emite por la TV Pública. En dicha producción, los curas villeros rinden homenaje a la figura del padre Carlos Mugica.
En los 13 capítulos de esta temporada, el programa recorrerá las provincias de Córdoba, Catamarca, La Rioja y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para contar historias conmovedoras de personas o instituciones que con su vida marcaron a la patria y sus comunidades.
El trabajo se enmarca en un año de preparación para los homenajes que se realizarán en 2024, año en el que se conmemoran los 50 años del martirio del Padre Carlos Mugica.
Así, para integrantes de la Pastoral Social, se trata de “un Jubileo por los 50 años de su inmolación”, con actos recordatorios que se iniciaron en una ermita, un edificio pequeño tipo capilla, con altar y, en general, situado en despoblado.
“Ser esencial por la patria”
Tras Ser esencial (temporada 1), Ser esencial por la vida (temporada 2) y Ser esencial por la Argentina (temporada 3), la cuarta temporada de la serie guionada por Walter Peña y dirigida por Nicolás Cuiñas llega a la Televisión Pública, cuyos capítulos que se centrarán en la vida de figuras populares de la Iglesia Católica.
La cuarta temporada comienza con la historia de Wenceslao Pedernera, un trabajador de campo y catequista, que fue asesinado a balazos en la cocina de su casa, frente a su familia, por un grupo de militares encapuchados durante la última dictadura cívico-militar de 1976-1983.
Pedernera, un humilde luchador por los derechos de los campesinos, fue beatificado por el Papa Francisco, convirtiéndose en el cuarto mártir riojano asesinado por la sangrienta represión que vivió la Argentina. A 47 años de su muerte, aún se brega por justicia.
También se podrá conocer sobre Fray Mamerto Esquiú, un fraile franciscano de la provincia de Catamarca, cuyo legado es parte fundacional de nuestra patria, aunque es poco conocido.
A su vez, hay un capítulo dedicado a homenajear la vida del Padre Carlos Mugica, miembro fundador del equipo de Sacerdotes para el Tercer Mundo, surgido como fruto del Concilio Vaticano II realizado en 1968. Dicho Concilio convocó a los sacerdotes a agudizar su conciencia de solidaridad con los más pobres y excluidos.
El Padre Mugica, perteneciente a una tradicional familia porteña, bregó por los más frágiles de la sociedad argentina de ese entonces. A causa de su labor comprometida, fue asesinado con 14 balazos que impactaron en su cuerpo. El barrio Padre Carlos Mugica, conocido como Villa 31, lo despidió durante dos jornadas en 1999.
La iniciativa de trasladar los restos del Padre Mugica desde Recoleta a la Iglesia del barrio 31 fue de los curas villeros y del actual Papa Francisco, quien en ese entonces era arzobispo de Buenos Aires. El traslado fue gestionado por el Padre Guillermo Torre.
Por último, en Córdoba, la historia televisiva abordará a integrantes de los Hogares de Cristo, quienes trabajan por la recuperación y rehabilitación de chicos y chicas con adicciones, en total vulnerabilidad o en situación de calle.