La Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham) emitió un comunicado en el que reclama la veloz implementación de “reformas integrales y de profunda transformación” para que el país sea “viable”.
En la antesala del balotaje que definirá al próximo presidente argentino, el organismo norteamericano infiere en la política interna nacional y ratifica la receta que, de manera histórica, intentó imponer a la dirigencia nacional.
A la luz de la disputa geopolítica a nivel internacional y regional, Nota al Pie analiza el documento de la AmCham, así como también los proyectos que expresan los dos candidatos: Sergio Massa, de Unión por la Patria (UP) y Javier Milei, de La Libertad Avanza (LLA).
Reformas profundas e integrales
El comunicado de la cámara norteamericana hace énfasis en los términos de la serie de reformas. Una vez más, sugiere que su implementación sea “rápida” como condición para que Argentina revierta su situación económica, política y financiera.
Para la AmCham, es necesario realizar una política de “shock” que despeje cualquier variante gradualista, debate que empantanó al gobierno de Mauricio Macri tras su victoria legislativa en 2017 hasta la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2018. También propone contribuir en la “construcción de políticas de Estado” para alcanzar dicho objetivo.
El documento, firmado por el organismo, expresa que la serie de medidas que promueven están orientadas a generar un marco propicio para incentivar la inversión privada, el incremento de la actividad productiva, el aumento del empleo privado formal, entre otros puntos.
Al respecto, la cámara de comercio sostuvo: “Estamos convencidos que estas propuestas garantizarán el desarrollo sostenible del país para nuestras futuras generaciones, en especial para los sectores más vulnerables”.
A su vez, subrayó que será fundamental la articulación del conjunto de los actores políticos. “Solicitamos al próximo Gobierno que priorice las iniciativas aquí propuestas y se aboque a la búsqueda de consensos para resolver los problemas estructurales que hoy afectan a todos”, agregó el escrito.
Los 10 puntos del comunicado
El documento contiene 10 puntos, pero el primero expresa de forma sintética su visión sobre la situación nacional: “Un modelo de país con reglas de juego estables, predecibles y consistentes en el tiempo”. A propósito, la cámara norteamericana enfatizó en el desarrollo sostenible como un horizonte deseado para Argentina.
En líneas generales, el conjunto de las propuestas se direccionan a la generación de condiciones estables para planificar a largo plazo. En los puntos 2 y 3, la AmCham acentúa al republicanismo como la ética necesaria para conducir la mirada política, y la condición fundamental para desarrollar un Estado eficiente al servicio de la “libertad” y el “progreso”.
En tanto, el punto 4 pone el foco en la responsabilidad fiscal y monetaria para alcanzar la estabilidad macroeconómica. En este sentido, coinciden los argumentos con los clásicos programas de austeridad promovidos por el FMl en nuestro país para discutir el modelo de seguridad social.
A continuación, en los puntos 5, 6 y 9, refuerza la importancia de encabezar una reforma impositiva y laboral de acuerdo a una legislación “del siglo XXI”, combatir la informalidad para robustecer los recursos del Estado, y fortalecer la articulación público-privada del sistema de salud. En los tres ítems avizora una mirada que desconoce al Modelo sindical argentino o, en el peor de los casos, pretende debilitarlo.
Por otro lado, en los puntos 7 y 8 se promueve la apertura económica en relación al comercio exterior y una inserción “inteligente” y “abierta” de acuerdo a las relaciones internacionales vigentes. Asimismo, fomenta liberar las fuerzas productivas de “esquemas restrictivos”, un mensaje orientado a discutir la intervención del Estado como los derechos de exportación aplicados sobre el complejo agroexportador.
Por último, vinculado a lo educativo, propone reordenar el sistema en favor de la sociedad del conocimiento, la convivencia democrática y las necesidades productivas y laborales.
El injerencismo de Estados Unidos
A días de la elección presidencial, este comunicado se inscribe en una larga tradición estadounidense para condicionar a la dirigencia política argentina. De manera histórica, el Departamento de Estado norteamericano impulsó y sugirió una agenda económica y política para imponer el libre comercio en Argentina que le garantice sus negocios y evite el proceso de industrialización nacional y de integración regional.
Sin embargo, a diferencia del segundo tramo del siglo XX, el esquema atlantista en el que se encuadran los intereses de Washington se encuentra en un franco retroceso a nivel internacional. La crisis al interior del Unipolarismo Financiero entre sus dos fracciones, la globalista y la continentalista, generó las condiciones para que el Multipolarismo Pluriversal con asiento en bloques como el BRICS gane grados de representatividad en el gobierno de los asuntos mundiales.
En ese marco, a partir del 2014 inició un proceso que diversos analistas califican de “redespliegue norteamericano en América Latina”. Con el objetivo de neutralizar la influencia multipolar, Estados Unidos coordinó estrategias como la del golpe de Estado en Bolivia en 2019 y el de Perú en 2022.
A su vez, promovió a candidatos alineados a los intereses unipolares. Ejemplo de ello son Jair Bolsonaro en Brasil, Mauricio Macri y Javier Milei en Argentina, Luis Lacalle Pou en Uruguay, Santiago Peña en Paraguay y Juan Guaidó en Venezuela, entre otros.
En relación a Argentina, desde el período de la segunda posguerra Washington se esforzó sobre todo por romper la red de organización social, gremial y política nacional, expresada en las organizaciones libres del pueblo y su columna vertebral, el sindicalismo.
En esta coyuntura electoral, Milei, candidato de LLA, se convierte en el “caballo de batalla” de los intereses profundos de la élite norteamericana para quebrar la red de referentes territoriales que expresan la agenda de la clase trabajadora.
Además, su posicionamiento sobre las Islas Malvinas, el Papa Francisco, el MERCOSUR, la CELAC y la UNASUR, y el rol de los recursos estratégicos nacionales son una clara síntesis del plan que el Unipolarismo Financiero tiene para detener la articulación argentina con la multipolaridad.