El mono aullador rojo es una de las cinco especies de primates que habita en Argentina, siendo la única que está críticamente amenazada en el país. A nivel mundial estuvo dos veces categorizada como una de las 25 especies de primates más amenazada, debido a la disminución radical de su número en un corto período de tiempo.
Por eso, investigadores del Instituto de Biología Subtropical (IBS) crearon un plan para repoblar áreas de selva en Misiones con ejemplares traídos de Brasil. Entre las amenazas que llevaron a que la especie esté en peligro se encuentran la deforestación, el mascotismo pero también una enfermedad que afecta tanto a los humanos como a los monos.
Se trata de la fiebre amarilla, la cual es causada por un virus y se transmite entre personas o entre monos a través de la picadura de un mosquito. Aunque existe una vacuna para prevenir la enfermedad, cuando se produce un brote, la mortandad de los primates es muy alta.
Se estima que, hasta el momento, en Misiones quedan entre 20 y 50 individuos, es una de las especies de mamíferos de las que quedan menos en todo el país . Esto es mucho menos incluso que los yaguaretés, que se cree quedan unos 200 individuos.
Nota al Pie dialogó con la Dra. Luciana Oklander, bióloga del proyecto e investigadora independiente del CONICET, para conocer más sobre esta especie y cómo será reintroducida en selvas de Misiones.
El Mono aullador rojo, conocer para defender
Dentro de la familia del mono aullador existen varias especies. En el caso del mono aullador rojo (Alouatta guariba) habita sólo en la provincia de Misiones, en zonas de bosque con relieve. Se denomina así porque emite un sonido que puede escucharse a 3 km de distancia, y los machos subadultos y adultos tienen el pelo de color rojo.
En la naturaleza todos los animales cumplen un rol dentro de la biodiversidad. Dentro de los “servicios ecosistémicos” que brinda la especie, hay dos que son muy importantes.
“Es dispersor de semillas. Cuando comen las frutas y después defecan, al llevar al suelo estas semillas hacen que estos árboles crezcan mucho más rápido. Entonces es como si tuviéramos jardineros trabajando para nosotros y reforestando el bosque”, comenzó explicando la Dra. Oklander.
“El otro es que son centinelas de enfermedades. Ellos se contagian la fiebre amarilla y mueren muy rápido, a los dos, tres días. Entonces sirven como una alerta temprana de que está llegando el virus, que llega por los mosquitos”, agregó.
Aclaró, además, que “no son los monos los que transmiten el virus, ni son reservorios tampoco, sino que son los mosquitos los que transmiten el virus. “Lo mismo que podría picar y enfermar a una persona, también pueden picar y enfermar a un mono”, indicó.
Estas mortandades de monos indican que está llegando el virus y se pueden activar campañas de prevención con la vacunación masiva de las personas que viven en esas áreas, para salvar vidas.
Los peligros que enfrenta el mono aullador rojo
Además de la fiebre amarilla, otros factores que los ponen en peligro son la deforestación. “Por suerte en Misiones todavía quedan muchos parques provinciales donde ellos viven. Pero a veces están en zonas mixtas y cuando se talan esos lugares, estos individuos se dispersan o se mueren”, añadió.
Respecto del mascotismo, no representa un factor muy relevante para el mono aullador rojo, pero sí para otras especies de monos como el aullador negro y el dorado. “Las personas que los cazan y los trafican, siempre tienen que matar a las madres para agarrar una cría y venderla como mascota”, señaló.
“También se electrocutan por andar por los cables, lo que se ve mucho en Brasil. Muchos de los ejemplares que fueron recuperados en Brasil y están disponibles como para mandar a Argentina son monos que se electrocutaron y los salvaron. Son animales silvestres, nunca pasaron por cautiverio ni mascotismo”, diferenció.
La reintroducción para salvarlos de la extinción
En el Plan de Manejo del Mono Aullador Rojo se plantean cuatro estrategias de manejo. “Una es la reintroducción y el refuerzo poblacional, que es traer individuos de otros lados. Esto es en el caso de que no haya más en esa zona pero que ya hubo antes, es decir, es una distribución conocida de la especie. La otra es que haya muy poquitos y se refuerza poblacionalmente”, explicó la Dra. Oklander.
“Otra estrategia es rescate que es cuando hay alguna amenaza como puede ser un brote de fiebre amarilla o un incendio y se rescatan esos individuos. La última estrategia es ex-situ, que es traer individuos de otros lados o tenerlos en cautiverio para para repoblar”, mencionó.
A causa de la deforestación, “en Brasil han quedado muchos individuos en cautiverio porque ya no tienen más ambiente. Hay individuos que no están improntados, es decir, que no tienen ningún problema en ser soltados a la vida libre, no hay que hacer ninguna rehabilitación. Están disponibles y de hecho ellos no tienen más lugar en cautiverio ni tienen lugares donde liberarlos”.
Sin embargo, aclaró que “con esta estrategia ganan los dos países, porque están esos individuos disponibles En Brasil no tienen ambiente y nosotros tenemos el ambiente y no tenemos esos individuos entonces esto sería colaboración internacional”.
En comparación con los felinos, los primates son animales sociales, que conviven en grupos. “Para realizar una liberación hace falta por lo menos tener un grupo conformado de cuatro individuos”, explicó. Por eso no se pueden criar individuos en cautiverio y liberarlos solos, como ocurre con el yaguareté, sino que deben ser liberados en grupos.
“Ya existen grupos en centros de cautiverio en Brasil que son liberables. Luego de pasar por una cuarentena en Argentina se pueden liberar en estas áreas. Esta estrategia es mucho más rápida, porque un primate para que llegue a la madurez sexual tarda cuatro años. Criar grupos en cautiverio en el país sería más costoso y a largo plazo”, especificó.