En el marco del 38° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, la próxima semana se realizará la presentación del libro Por ser mujer. La biografía de Vlasta Lah, que honra a la primera directora del cine argentino sonoro. La cita es el jueves 9 de noviembre a las 14 en el Espacio del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) Chauvin, ubicado en San Luis 2849, en la mencionada ciudad balnearia.
En el Diario La Razón, allá por 1960, le realizaron una entrevista donde se preguntaron: “¿Por qué motivo Vlasta Lah recién inicia su carrera como directora?” La cineasta dio su respuesta con parquedad: “Por ser mujer, sino hace diez años que estaría filmando. Hace diez años que estoy en condiciones de hacerlo”.
El libro es autoría del historiador e investigador del cine argentino Martín Miguel Pereira y la guionista, documentalista e investigadora de cine con perspectiva de género Candela Vey, quienes se proponen presentar la historia de la directora de cine. Nota al Pie entrevistó a les escritores para conocer el detrás de escena de las páginas que narran la vida y obra de Vlasta Lah.
¿Cómo surge esta idea de homenajear a Vlasta Lah?
Hace siete años comenzamos a investigarla y, si bien se decía que había sido la primera mujer en dirigir un largometraje sonoro en Argentina, nada más se decía de ella. Era una figura olvidada de la historia del cine y toda su vida era un gran misterio. Por eso es que hurgamos durante años en archivos de diversa naturaleza.
Así encontramos familiares y amigos a los que les hicimos entrevistas. Encontramos fotografías, cartas escritas por ella y reportajes de la época en la que estrenó su primera película, Las furias, en 1960.
Poder contar con todo ese material, socializarlo y materializarlo en un libro es para nosotros saldar la deuda que la historia tenía con esta pionera del cine. Tanto el libro como el documental que aún está en proceso sobre su figura y su obra es nuestra forma de homenajearla.
¿Cuál es el mensaje que quieren transmitir mediante este libro?
Que Vlasta Lah fue borrada de la historia del cine por ser una figura inclasificable para la época: era la única mujer que había llegado a dirigir una película en nuestro país, venía de haberse formado en Italia y poseía una gran pericia técnica. Siempre estuvo a la sombra de su marido, Catrano Catrani, que había estudiado en el mismo lugar que ella.
Sin embargo, él pudo dirigir su primera película en 1942 y ser el director de uno de los estudios más importantes del país, mientras que Vlasta tuvo que hacerse de abajo, pasando de las tareas peor remuneradas e invisibilizadas como las de pizarrera o script girl
También pasó por la asistencia de dirección y llegó a la dirección recién en 1960. Él además siguió dirigiendo hasta 1972, mientras que ella pudo dirigir sólo dos películas y lo hizo hasta 1963. Por lo tanto, su carrera cinematográfica se vio truncada.
¿Qué expectativas tienen con el público de cara al lanzamiento?
Creo que el público va a descubrir una mujer que luchó desde muy joven para abrirse camino en un mundo liderado por hombres. Era una mujer independiente, formada, inteligente y con una autoconsciencia admirable en cuanto a su rol como mujer en la sociedad, por eso sus únicas dos películas, Las furias y Las modelos, tienen perspectiva de género, tratan temáticas ligadas al rol de las mujeres en la sociedad y cómo estas se hacen camino al andar con absolutamente todo en contra.
¿Cómo conocieron la historia de Lah? ¿Qué significó investigarla y plasmarla en papel?
Su historia la fuimos develando muy de a poco. Partiendo de lo poco que se sabía de ella, que había dirigido dos filmes y había sido asistente de dirección de su marido, llegamos a descubrir una vida interesantísima llena de vaivenes. Su infancia en una tierra, que cambió de nacionalidad varias veces (Pola, hoy Croacia), su trabajo de modelo y vendedora de perfumes en transatlánticos, su formación profesional en una de las escuelas de cine más prestigiosas del mundo, su llegada a la Argentina escapando del fascismo.
Su enorme aporte al cine argentino desde su rol de asistente de dirección, el trabajo en filmes de propaganda durante el peronismo y haber dirigido la primera escuela de cine del Estado durante el mismo periodo, la persecución de la autoproclamada Revolución Libertadora, el cine publicitario, el cine de ficción, la televisión y el teatro. Nos hace sentir que hacer su biografía fue como escribir una novela de aventuras.
Si alguien se pone a investigar y quiere saber más acerca de su carrera cinematográfica, ¿hay material fílmico que se pueda encontrar?
Sus dos películas se encuentran prácticamente perdidas si hablamos del soporte fílmico. La única copia que queda de Las furias es un positivo de 16mm avinagrado e improyectable de Fernando Martín Peña, quien además tiene la mitad de los rollos de Las modelos, también en 16mm.
Hoy se pueden ver en YouTube pero en copias de pésima calidad de imagen y sonido. El cine publicitario que realizó en la década del ‘50 también está perdido y, por ahora, no pudimos encontrar ningún rastro de él. Sólo estamos seguros que realizó dos cortos publicitarios para la empresa Atanor, uno de ellos en color.
Por último, hizo un cortometraje experimental en la época en que trabajaba en los Estudios San Miguel, en los ‘40, del que tampoco tenemos noticias. Nuestra intención con el libro, además de contar su historia y homenajearla, es poder encontrar su obra perdida. Así como en Argentina se encontró Metrópolis (película muda alemana de 1927), no perdemos las esperanzas de que el 35mm de las dos películas de Vlasta Lah, como los cortometrajes que realizó, puedan también aparecer.