La agenda de esta semana en el mundo, una vez más, estuvo marcada por el conflicto Israel–Palestina como telón de fondo. Durante los últimos días, el criminal accionar israelí en la Franja de Gaza tuvo como consecuencia el repudio de la comunidad internacional y, a pesar del respaldo de Estados Unidos, el gobierno de Benjamín Netanyahu se encuentra cada día más aislado.
En paralelo, el esquema multipolar se posiciona día a día como un socio más confiable que Occidente en el sistema internacional.
Genocidio en Gaza: Israel cada vez más aislada en términos internacionales
Mientras Israel profundiza su belicismo y las operaciones militares en la Franja de Gaza condenan a millones de palestinos a vivir un verdadero drama humanitario, el gobierno de Benjamín Netanyahu se encuentra cada vez más aislado en términos internacionales.
En ese sentido, si bien Tel Aviv cuenta con el manifiesto respaldo de Estados Unidos y el silencio cómplice de una parte de Occidente, las expresiones en repudio a los crímenes de guerra y a la violación del derecho internacional crecen día tras día.
El martes, mientras el Ejército de Israel se preparaba para ampliar su ofensiva, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, denunció ante el Consejo de Seguridad “violaciones claras del derecho humanitario” en Gaza y advirtió que ninguna de las partes en guerra se encuentra por fuera de él.
En represalia, aún sabiendo que la actitud declamatoria del organismo poco incide en el conflicto, el gobierno israelí exigió la renuncia de Guterres y anunció que denegará la entrega de visados a representantes de la ONU.
Si bien la Unión Europea (UE) mostró un apresurado apoyo al gobierno a Netanyahu al inicio de la escalada y muchos de sus países se niegan a explicitar su condena a Israel, en Europa son cada vez más los actores que piden frenar la catástrofe humanitaria.
En ese marco, el presidente español, Pedro Sánchez, pidió celebrar una conferencia de paz en seis meses con el reconocimiento del Estado de Palestina como solución. También el presidente francés, Emmanuel Macron, sostuvo en una reunión bilateral con Egipto que la intervención masiva de Israel sería un “error” e indicó que es incompatible con el derecho internacional.
La mencionada presión internacional contra el accionar israelí se vislumbro este viernes, cuando por una notable cantidad de respaldos e incluso luego de un bloqueo en el Consejo de Seguridad, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que exige una tregua humanitaria duradera e inmediata en Gaza.
Si bien el texto propuesto por Jordania no es vinculante, los 120 votos a favor representan un urgente pedido de cordura y humanidad para frenar el genocidio que vive el pueblo palestino, más allá de los 14 rechazos y 45 abstenciones.
Estados Unidos como garantía de impunidad
La abrumadora mayoría de países que condenan el accionar de Israel y las advertencias de los principales organismos multilaterales sobre la catástrofe humanitaria contrasta la impunidad con la que se maneja el gobierno de Netanyahu y el lejano horizonte de paz que muestra la realidad efectiva.
En parte ello también se explica, obviando la ineficacia de las principales instituciones del sistema internacional a la hora de resolver conflictos armados, en el papel de los Estados Unidos.
El miércoles, el presidente demócrata, Joe Biden, afirmó que no le pidió a Israel detener la planeada invasión terrestre en Gaza, pero indicó que sí le dijo a Netanyahu que “si es posible” sacar a los palestinos de forma segura “es lo que se debe hacer”.
Más explícita fue la declaración del portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, John Kirby, quien este viernes aseguró que “no estamos trazando líneas rojas para Israel” y que la administración demócrata seguirá apoyando a Tel Aviv.
Un apoyo histórico y con intereses comunes que, además del rechazo a la resolución de la Asamblea General de la ONU en la que se pedía un cese del fuego de forma inmediata, se ha visto en la asistencia militar que Estados Unidos ha enviado a Israel y en la movilización de 900 efectivos en la región que el Pentágono ha anunciado este jueves. Sin embargo, en este caso y como sucede con el conflicto en Ucrania, el negocio de la guerra -a pesar de lo lucrativo- también trae sus consecuencias.
En ese sentido, según fuentes gubernamentales citadas por Bloomberg, los países aliados a EE.UU advierten que la industria militar norteamericana podría no responder a las expectativas por la cantidad de conflictos abiertos en donde Washington tiene injerencia.
El contraste con el esquema multipolar
En medio del todo el caos en Medio Oriente y mientras prosigue el conflicto en Ucrania, el esquema multipolar avanza y se posiciona, con el tándem China – Rusia a la cabeza, como un socio más prudente y confiable que Estados Unidos y Occidente en los asuntos internacionales. Esta semana, entre otras cosas, algunos hechos en diferentes latitudes dieron cuenta de ello.
El primero fue una conversación entre Vladimir Putin y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, donde dialogaron sobre la situación en Gaza y denunciaron el “catastrófico deterioro de la situación humanitaria”, manifestaron su “profunda preocupación por el creciente número de víctimas civiles” y reafirmaron el reconocimiento de los dos Estados como solución estable al conflicto.
El presidente de Turquía, un país que siempre es un dolor de cabeza para Occidente y de gran importancia en la región, fue aún más contundente en declaraciones en un encuentro a favor de Palestina este miércoles: “El mundo occidental ha movilizado a sus políticos y medios de comunicación para legitimar la masacre de niños, mujeres e inocentes en Gaza, e Israel está cometiendo abiertamente crímenes de guerra”, sostuvo Erdogan.
Otro hecho muy trascendente, teniendo en cuenta los estrechos vínculos que mantiene históricamente Colombia con EE.UU, fue la visita de Gustavo Petro a China. En Beijing, el presidente chino, Xi Jinping, afirmó establecer con el país latinoamericano una “nueva asociación estratégica” y Petro aseguró que la relación con China es “esencial”.
“Me complace anunciar conjuntamente con usted la promoción de la relación China-Colombia a una asociación estratégica”, le expresó el presidente de la República Popular China a Petro en el Gran Salón del Pueblo de Beijing.