El 24 de octubre se celebró el Día Mundial contra el Cambio Climático. En ese marco, la Secretaría de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación del Ministerio de Ambiente nacional presentó los primeros datos del último Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero.
El mismo determinó que, en 2020, los incendios forestales (y su consecuente deforestación) fueron los principales responsables del aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en Argentina. El informe completo se publicará a fin de año.
El evento se desarrolló en el Banco Interamericano de Desarrollo en Buenos Aires. Allí, la encargada de la Secretaría, Cecilia Nicolini, explicó que si bien durante la pandemia disminuyeron los GEI por la baja del uso de transporte, hubo un rebote, principalmente por los incendios.
“Los incendios tienen un componente por la sequía que se atraviesa hace varios años, pero también el 95% de los incendios son intencionados”, aseguró a Télam Cecilia Nicolini. “Hay gente especulando con el cambio en el uso del suelo por interés inmobiliarios o agrícolas», completó.
El fuego nunca se apaga
El Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero contabiliza los gases emitidos y que la atmósfera absorbió durante un período de tiempo determinado en el país. Los datos que se compartieron ayer son de 2020, cuando las emisiones fueron de 376 MTCO2e.
Su proveniencia se dividió en un 45% por la energía y otro 45% por la agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos de la tierra (donde entran los incendios forestales y la posterior deforestación). El 10% restante se divide de forma igualitaria entre procesos industriales y uso de productos por un lado, y residuos por el otro.
Los datos anteriores son de 2018, cuando la torta se repartió de otra manera. De 366 MTCO2e emisiones totales, el sector energético era responsable del 51%. Mientras tanto, la agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos de la tierra generaban el 39% del total. Completaban el gráfico los procesos industriales y uso de productos, con el 6%; y los residuos, con el 4%.
No hay que investigar demasiado para recordar los múltiples incendios que azotaron el país desde el comienzo de la pandemia. En 2020, se estima que se quemaron aproximadamente 900.000 hectáreas en 22 provincias. Fueron consecuencia de la sequía, el fenómeno climático del Niño y una baja en los caudales de varios ríos. Pero también, el Servicio Nacional de Manejo del Fuego afirmó que el 95 % de los incendios provocados hasta el 6 de octubre de 2020 fueron intencionales.
En 2021, se registró la menor cantidad de hectáreas afectadas por incendios forestales de los últimos cinco años, que llegaron a ser aproximadamente 330 mil. Si bien esos números fueron alentadores, en Córdoba el fuego se registró durante todo el año, produciéndose incendios de interfase (aquellos que afectan poblaciones humanas).
En 2022, los números repuntaron, con lo que fue una tragedia ambiental en Corrientes. Allí, se habrían incendiado 1.058.000 hectáreas solo entre enero y marzo de 2022, según el análisis que el Ministerio de Ambiente realizó a través de imágenes satelitales. Las cifras fueron motivo de polémica, porque el gobierno provincial había informado solo la quema de 89 mil hectáreas.
De todas formas, el 2022 registró un aumento de, por lo menos, el doble de hectáreas víctimas del fuego en todo el país con respecto a 2021. Todavía resta conocer los números de 2023, pero en el último mes hubo (otra vez) preocupantes incendios en Córdoba.
La negación del cambio climático
El último Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero expresó cuáles fueron algunos de los efectos del cambio climático en el país, como el retroceso de los glaciares y el aumento de temperatura a nivel nacional. También proyectó algunos a futuro, como el estrés hídrico por las temperaturas elevadas en sectores del norte argentino, entre otros.
Sin embargo, de cara al balotaje para decidir el próximo presidente del país, hay un candidato que no propone ninguna política ambiental. Javier Milei declaró, entre otras cosas, que el cambio climático es una mentira del “socialismo” o “marxismo cultural”.
“Todas esas políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas”, remarcó en el último debate presidencial. En ese marco, también aseguró que su partido, en caso de ganar, no adherirá a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Esta consta de 17 objetivos que planteó la ONU en 2015, que vinculan la sostenibilidad ambiental con la inclusión social. Algunas de las metas son asegurar el acceso al agua y la energía sustentable; proteger la vida submarina y de ecosistemas terrestres; lograr ciudades y formas de consumo sostenibles; y accionar por el cambio climático.
La evidencia de la acción negativa de la humanidad en el planeta es abrumadora, aunque Javier Milei no la reconozca. Sin embargo, no todo está perdido. En la presentación de los primeros datos del nuevo Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, se compartieron también las opiniones de les argentines sobre el tema.
«9 de cada 10 personas están convencidas de que el cambio climático está sucediendo, cuando años anteriores no se daba así. Asimismo, 6 de 10 piensan que el cambio climático se da por causas humanas», sostuvo Débora Guerra, coordinadora de la Estrategia Nacional de Acción para el Empoderamiento Climático (Enace), según un sondeo de percepción que realizó su área.