En 2001, la aerolínea Southern Winds impidió que pasajeros en silla de ruedas tomaran un vuelo por considerarlos «incapacitados» para viajar solos. Los damnificados iniciaron acciones legales por lo que la empresa, en 2005, pagó una indemnización. Entre los litigantes se encontraba Claudio Waisbord y con ese dinero fundó Acceso Ya.
Según ALPI, más del 12% de la población tiene discapacidad y un 25% tiene dificultades en su movilidad transitiva o permanente. En ese contexto, Acceso Ya es una ONG que promueve la total inclusión de las personas con discapacidad motriz o movilidad reducida.
Dentro de sus principales desafíos investigan barreras arquitectónicas y edilicias; reciben y asesoran consultas por falta de acceso; realizan campañas de concientización, brindan patrocinio jurídico; y crearon un mapa de lugares accesibles. Nota al Pie dialogó con Sol Hernández, integrante de la ONG, quien expresó que “acceso ya surge a raíz de un acto de discriminación”.
En la actualidad, la organización recibe denuncias de falta de accesibilidad, tanto en espacios públicos como en privados de uso público y en edificios de viviendas. “Nosotros recibimos el reclamo a través de nuestra página y depende de qué se denuncia se gestiona”, expresó Hernández y agregó: “si se denuncia una vereda o una rampa se da reclamo al municipio que corresponda, y si se trata de un local, se manda el reclamo al local y se evalúa la posibilidad de hacer una acción judicial”.
Lo discapacitante es el entorno
La ONG trabaja principalmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí, según Sol, “el espacio público si bien se ha intentado adaptar creemos que a veces la planificación no está pensada realmente, ni siquiera sigue las convenciones internacionales”.
A su vez, sostuvo que “en lo privado quizás falta un poquito más”. En cuanto a los locales, comercios, bares y cines, mencionó que “es muy difícil encontrar alguno que cuente con un ingreso adaptado y con un baño adaptado con los accesorios correspondientes”.
“Creemos que la discapacidad se refuerza a través de las barreras que hay en el entorno, porque si se contara con esta accesibilidad muchas personas podrían realizar las mismas actividades que hacemos todos de una manera autónoma y en igualdad de condiciones”.
Sol Hernández, Acceso Ya
La mirada del otre
En cuanto a la mirada de la sociedad frente a la discapacidad, Hernandez expresó que “si no te toca de cerca, uno está sumergido en sus problemas personales y no se detiene a pensar por qué está esta rampa en la esquina”. En la misma línea, la integrante de Acceso ya, sostuvo que “estamos en un momento donde hay mucho enojo, mucha individualidad, y no pensamos en los derechos que tienen otras personas”.
En cuanto a la respuesta de la sociedad, Sol aseguró que “hay una mirada médico hegemónica que piensa que las personas con discapacidad no pueden hacer ciertas cosas”. “Falta mucha empatía”, aseguró y agregó: “en estos tiempos, decir que tenes un derecho pareciera mala palabra”.
Desde Acceso ya han realizado diversas campañas para concientizar a la sociedad. Entre ellas se encuentra “Ponete en mi lugar”, donde los miembros de la ONG recorren las calles de la Ciudad de Buenos Aires mostrando el trabajo que realizan en defensa del derecho al acceso al medio físico.
Del mismo modo, la campaña “Yo tapé una rampa”, donde entregan calcomanías que son pegadas sobre aquellos autos que estacionan obstruyendo una rampa o bajada. Por último, “Rallydad”, se trata de un rally en sillas de ruedas en el que participan personas con y sin discapacidad y recorren un circuito urbano haciendo visibles las barreras físicas de la ciudad.
Leyes para proteger los derechos
A nivel nacional la accesibilidad es un derecho a través de la Ley 24.314, la cual aborda la accesibilidad de personas con movilidad reducida. Al respecto, Sol explicó que “la ley daba un plazo para que todos los lugares cuenten con accesibilidad pero eso se venció hace bastantes años y en muchos lugares no se cumplió”.
En su artículo 20, la norma establece “la prioridad de la supresión de barreras físicas en los ámbitos urbanos, arquitectónicos y del transporte”. También aclara que debe aplicarse tanto para los espacios que se realicen como para los ya existentes.
La norma plantea que la accesibilidad se trata de “la posibilidad de las personas con movilidad reducida de gozar de las adecuadas condiciones de seguridad y autonomía”. Según la ley, esto permite “el desarrollo de las actividades de la vida diaria sin restricciones derivadas del ámbito físico urbano, arquitectónico o del transporte”.
En relación a la falta de información, semanas atrás la Cámara de Diputados aprobó y giró al Senado el proyecto de ley Argentina Inclusiva. Este establece la capacitación y formación obligatoria, permanente y actualizada en materia de discapacidad y accesibilidad universal al personal de los tres poderes del Estado.
La iniciativa, aprobada por unanimidad, reúne proyectos de legisladores de diferentes bloques. Entre ellos uno de la diputada del bloque Córdoba Federal, Natalia de la Sota, del Frente de Todos (FDT); Silvana Ginocchio, del PRO; Héctor Baldassi.
Al respecto, Sol sostuvo que “nos falta mucho, hay mucho desconocimiento”. “Si el Estado tampoco conoce sobre la discapacidad cómo va a poder generar políticas públicas e informar a la sociedad, me parece que la ley es algo positivo”, concluyó.