El pasado martes, Ecuador dio a conocer que militares estadounidenses están habilitados para poder realizar operaciones en su territorio con el fin de enfrentar actividades ilegales como el narcotráfico y la trata de personas.
El acuerdo entre ambos países debe ser sometido a la Corte Constitucional, la cual decidirá si aprobarlo o no. Todo esto se debe a que el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, disolvió la Asamblea de aquel país.
El canciller de Ecuador, Gustavo Manrique fue el encargado de comunicar la decisión. Sin embargo, aclaró que las tropas no se instalarán en el país, sino que «entran en períodos de corta duración, hacen los operativos y se retiran”.
“Este acuerdo fortalecerá la cooperación bilateral y las operaciones marítimas combinadas en la lucha contra el narcotráfico, el crimen transnacional y otros delitos en espacios marítimos”, expresó Manrique en sus redes sociales.
Esta es la segunda vez en este siglo que se abre la cooperación militar entre ambos países. La primera fue la cesión de una base aérea en la ciudad de Manta, donde los militares estadounidenses cumplieron misiones contra el tráfico de drogas entre 1999 y 2009 cuando el entonces presidente Rafael Correa (2007-2017) puso fin al convenio.
Una crisis social sin precedentes
Ecuador atraviesa la peor crisis de inseguridad en décadas. Según les expertes, esto se debe a las grandes estructuras de crimen organizado dedicadas al narcotráfico, a la extorsión, los secuestros, entre otros delitos.
A esto se le suma los recurrentes motines y disturbios en las cárceles por enfrentamientos entre bandas que pelean por el control de rutas para el narcotráfico y territorios de distribución de drogas. En los últimos 30 meses, 400 presos fueron asesinados por sus compañeros.
Los números son terroríficos: la violencia vinculada al narco disparó la tasa de homicidios al récord de 26 por cada 100.000 habitantes en 2022, casi el doble que el año anterior.
Una elección manchada de sangre
Las elecciones celebradas el 20 de agosto en medio de tensiones e incertidumbre, dieron como ganadora a Luisa González con el 33,25% de los votos, un poco más de 3 millones de sufragios.
En segundo lugar, se ubicó Daniel Noboa, hijo de uno de los hombres más ricos del país, con un 23% de los votos. Lo que lo llevará a una segunda vuelta que será el 15 de octubre.
No obstante, una semana antes de las elecciones de agosto, el dirigente político del partido izquierdista Revolución Ciudadana de Ecuador, Pedro Briones, fue asesinado a disparos.
Como antesala del crimen, uno de los principales candidatos era Fernando Villavicencio, quien fue asesinado en una actividad de campaña al norte de Quito. Perteneciente a la lista del movimiento Construye (lista 25), se dirigía a su vehículo luego de un mitin político cuando fue baleado.
Antes de Villavicencio también fueron asesinados de manera similar otros políticos y candidatos como es el caso del alcalde de Manta, Agustín Intriago, y el candidato a asambleísta por Esmeraldas, Ryder Sánchez, de la alianza Actuemos, que lidera el ex vicepresidente Otto Sonnenholzner, ambos ocurridos en julio.