El pasado miércoles la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) oficializó las sedes para el Mundial 2030, edición que celebrará el centenario de la competencia. Con un anuncio que sacudió todo el ámbito del fútbol, la Copa del Mundo de los cien años se celebrará en Sudamérica, Europa y África. El torneo en cuestión tendrá una llamativa distribución de partidos entre Argentina, Uruguay, Paraguay, España, Marruecos y Portugal.
Con solo dos fuertes postulaciones de tres equipos para albergar el campeonato mundial, la FIFA apostó fuerte a una multisede para abarcar la pasión en diferentes territorios. La edición de Corea y Japón en 2002 fue la única que tuvo dos anfitriones, y en 2026 será la primera ocasión con tres naciones: Estados Unidos, México y Canadá. La Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) y las tres federaciones involucradas fueron las primeras en dar la noticia.
No obstante, la FIFA al poco tiempo confirmó la elección y dio sus motivos sobre la decisión mediante un comunicado en su página web oficial. En primer lugar indicó que la sede anfitriona que organizará el Mundial 2030 será la los países europeos y Marruecos. Aunque a ellos se sumarán las naciones sudamericanas con un partido cada uno para conmemorar el contexto histórico de la primera edición mundialista.
“Habiendo considerado el contexto histórico de la primera Copa del Mundo, el Consejo de FIFA unánimemente acordó organizar una celebración centenaria en Montevideo”, aclaró la publicación. “En un mundo dividido, FIFA y el fútbol unen”, resaltó Gianni Infantino, Presidente de la FIFA. En tanto, promulgó que: “Como consecuencia, la celebración se llevará adelante en tres países sudamericanos, Uruguay, Argentina y Paraguay, quienes organizarán cada uno un partido del Mundial 2030”.
Una noticia que sacudió a todo el fútbol
Como si de un niño se tratase al no poder guardar un secreto, la CONMEBOL anunció la gran noticia antes que la propia FIFA. “Creímos en Grande. El Mundial Centenario 2030 comienza donde todo se inició”, escribió en sus redes sociales Alejandro Domínguez, Presidente del ente regulador del fútbol sudamericano. A lo que agregó: “¡Uruguay, Argentina y Paraguay serán sedes de los partidos inaugurales del Mundial Centenario!”.
“Un Mundial de 100 años no podría, no debía, no recordar y no estar a la altura de la circunstancia”, explicó Domínguez en una posterior conferencia de prensa en Asunción. Además, sostuvo que “así lo entendió el pleno del Consejo de FIFA”. Por su parte, también se tomó un tiempo para agradecerles a Infantino, al máximo dirigente de la Confederación Africana y de la Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA).
“Hicieron posible unir tres continentes para celebrar un centenario de la fiesta y del deporte más lindo que tiene el mundo. Que es patrimonio de todos. Un hecho histórico”, enfatizó Domínguez. Junto al mandatario de la CONMEBOL estuvieron los presidentes de las federaciones involucradas, Claudio Tapia por Argentina, Robert Harrison por Paraguay e Ignacio Alonso por Uruguay.
Al respecto, quien tomó la palabra sobre la decisión mundialista fue “Chiqui” Tapia. “Era imposible conseguir los votos y la inversión. Domínguez logró hacer que los tres países sudamericanos sean sedes de la Copa del Mundo”, argumentó el mandamás argentino. “Lo felicito y agradezco a FIFA por entender que el Mundial debía volver donde todo comenzó”, continuó. Asimismo, desde la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) se eligió el Estadio Monumental como escenario para el partido inaugural de Argentina.
Por su parte, Harrison afirmó que los tres países involucrados “ya están clasificados” para el Mundial 2030. Además, también detalló que mantuvo una charla con el Presidente de Paraguay, Santiago Peña, para conseguir el apoyo del país. “Hay muchísimas necesidades, muchísimos cambios que se van a tener que realizar, muchísimas inversiones en infraestructura, en comunicación”, aclaró.
La inversión, el gran inconveniente en Sudamérica
La organización de un Mundial siempre fue un costo importante, y con el aumento de selecciones participantes, de 32 a 48 con 104 encuentros a jugarse, la inversión se volvió astrológica para el territorio sudamericano. “Hoy los Mundiales al ser tan grandes exigen muchísima inversión. En ese sentido hubiésemos estado inhibidos de este proyecto”, remarcó Domínguez. Sin embargo, Tapia explicó que Argentina será sede “sin invertir nada, aunque las estructuras ya las tienen”.
Por otro lado, Domínguez dejó sus sensaciones sobre la posibilidad de cubrir más partidos en suelo sudamericano. “Por ahora no te voy a decir que no, pero lo que se acordó es esto”, indicó sobre los tres cotejos inaugurales. Con este panorama, cabe destacar que FIFA planificó concretar el proceso de aprobación de las candidaturas el próximo año. Lo que indica que la decisión sin precedentes aún no tiene un itinerario de cómo seguirá tras su oficialización.
“Más detalles va a dar la propia FIFA, pero es un hecho histórico y CONMEBOL está feliz. Lógicamente la organización dará más detalles”, sostuvo Domínguez. “Saben lo que peleamos por ser sede, y lo logramos. Los detalles se darán en tiempo y forma como corresponde”, concluyó. En definitiva, el Mundial 2030 tendría su inicio centenario en Sudamérica con tres partidos y después el resto se trasladaría a Europa y África.
No todos están contentos en Sudamérica
En un principio, la postulación sudamericana para albergar el mundial centenario incluía a Chile con el trío que quedó seleccionado, pero el país trasandino no llegó a la corte final. “En realidad, originalmente, se hablaba de dos países: Uruguay y Argentina. Después se amplió el Mundial de 32 a 48 y se agregó a Paraguay. Y más tarde se unió Chile”, argumentó Domínguez. Frente a la ausencia de “La Roja”, el mandatario sudamericano explicó la situación.
“Es cierto que en esta oportunidad no está Chile, pero eso no significa que no vamos a trabajar para que Chile esté o le encontremos algo de esta talla también”, ratificó. “Es una decisión que la toma FIFA, no nosotros. Nosotros podemos proponer y ellos son los que determinan cómo y qué”, continuó. En tanto, en territorio chileno las repercusiones y respuestas no se hicieron esperar tras la exclusión mundialista.
Los medios de esa parte del oeste sudamericano apuntaron todos los cañones contra Pablo Milad, Presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). “El momento en el que se confirma el mayor bochorno de Milad: Chile fuera del Mundial 2030”, indicó la versión chilena del diario AS tras conocerse la decisión de FIFA. En tanto, el mandatario chileno no se quedó callado y brindó su postura a todo pulmón.
“Los criterios de exclusión son cuestionables. Montevideo iba por el Mundial 1930, Argentina por ser campeón actual y Paraguay por ser la sede de CONMEBOL”, justificó Milad. A lo que expresó que “claro que nos sentimos muy dolidos”. En otro medio local indicaron que se excluyó a Chile por “dos factores”, los problemas de seguridad y una posible intervención estatal por medidas judiciales ligadas a las casas de apuestas.
El peso de las influencias
Cuando se contempla una votación en cualquier ámbito, se sabe que las influencias que ciertos postulantes poseen pueden ser importantes en la conclusión final. En el caso de Sudamérica como sede para el 2030, se analizó el contexto histórico por el lado de Uruguay y la vigencia como campeona Argentina. Además, se especuló en cierto momento que ambos países podrían realizar un boicot contra la Copa del Mundo centenaria si no eran anfitriones.
En tanto, en las dos últimas ediciones de Rusia y Qatar las influencias para sus candidaturas vinieron por el lado monetario con sobornos. En 2015 se conoció el escándalo más grande en la historia del deporte, rotulado como el “FIFAGate”. El mismo informa de los métodos ilegales para ganar votos que se implementan desde 1998 cuando Joseph Blatter ganó la presidencia de la FIFA.
En aquel tiempo, el equipo de trabajo de Blatter les ofreció US$100.000 a los países africanos para obtener sus votos, 18 aceptaron y así el suizo superó al sueco Lennart Johansson. A partir de ahí, los derechos televisivos, junto al marketing, se convirtieron en uno de los motores del monopolio comercial de la FIFA mediante sobornos. Sin embargo, aunque se allanó la sede de la FIFA en 2005 y hubo un juicio donde se comprobaron varios sobornos, no hubo castigados y todo siguió su curso.
Desde hace más de una década se volvió a tocar el tema con el capitalismo y la globalización como fundamentos impensados al momento de las designaciones de sedes mundialistas. Con Sudáfrica, Rusia y Qatar, naciones con poca tradición futbolera, como focos principales que acapararon varias bolsas de dinero por debajo de la mesa para torcer ciertos votos. Todo estalló cuando Estados Unidos perdió la candidatura de 2010 a pesar de su gran respaldo económico.
Un escándalo sin precedentes
Más allá de que también se le inclinó como dificultosa la elección como sede a Estados Unidos para 2022, en 2011 todo comenzó a tomar forma. Cuando el Servicio de Recaudación de Impuestos y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) se sumergieron en los registros financieros de los mandatarios del fútbol, se encontraron con grandes anomalías. El funcionario del fútbol estadounidense, Chuck Blazer, amigo íntimo de Donald Trump, evadió las declaraciones durante 17 años.
En conjunto con dos fiscales, se trabajó durante cuatro años para llegar a lo que todo el ambiente mediático conoció como FIFAGate en mayo de 2015. En aquel momento se vivieron días agitados porque se conoció todo en medio de la votación del nuevo presidente de la FIFA. Blatter logró la reelección pero cuando el FBI realizó una redada en la que arrestó a dirigentes y empresarios vinculados con la FIFA, el suizo renunció a su cargo a las pocas horas.
La polémica de sobornos alcanzó a Sudamérica a través de Alejandro Burzaco, CEO de Torneos, quien fue arrestado tras escaparse en primera instancia y estar prófugo por 13 días en Italia. El empresario argentino acordó una sociedad en una empresa llamada Datisa con la que concretó pagos de más de US$100 millones en 2013. El dinero fue repartido entre nueve presidentes de la CONMEBOL y once oficiales de las confederaciones.
Todo el manejo ilegal fue para mantener los derechos televisivos de varios eventos deportivos, artilugios que se repitieron en el interior de cada país con el manejo del fútbol. Las situaciones de los dirigentes sudamericanos, y la ayuda de ex funcionarios del fútbol que se declararon culpables en secreto, encaminaron la renuncia de Blatter. Incluso, salieron a la luz sobornos en la final de la Champions League 2015 para que se apoye a Qatar como sede de 2022.
Cabe recordar que en todo este embrollo también estaba involucrado Julio Grondona, presidente de la AFA por 35 años y ex Vicepresidente de la FIFA. El argentino falleció en julio de 2014, días después de la final perdida con Alemania y meses antes de que estallara el escándalo de sobornos. Una vez dijo entre amigos que “hay que saber cuándo morirse”.
Sin tiempo que perder
Más allá del anuncio sobre la múltiple sede para el Mundial 2030, la FIFA dio indicios sobre las candidaturas para la edición posterior al centenario. Con todo encaminado con la elección de los anfitriones para los 100 años de la Copa del Mundo, la casa madre del fútbol informó que se rotará las sedes de cara a 2034. De hecho, comunicó que ya se pueden llevar adelante las presentaciones para las candidaturas para la edición que tendrá lugar dentro de once años.
En cuanto a la idea del máximo ente regulador del fútbol mundial, el principio de rotación abarcaría a todas las confederaciones. Con la CONCACAF como anfitriona en 2026 y la CONMEBOL, Europa y África en 2030, sólo podrán postularse países de Asia y Oceanía para la edición 2034. Hasta el momento solo Arabia Saudita ha mostrado de manera oficial sus intenciones de ser sede. No obstante, Infantino pretende que los proyectos mundiales contemplen a más de un país anfitrión.
“La candidatura está respaldada por la creciente experiencia del país en albergar eventos futbolísticos de talla mundial”, explicó el comunicado emitido por la federación saudí. Otra de los posibles candidatos podría ser China, país que pretendió ser sede en 2030. Incluso, se baraja la alternativa del combo entre Australia y Nueva Zelanda, naciones que también se postularon para la edición centenaria.