El desarrollo de alternativas productivas se constituye como una tendencia que adquiere cada vez más fuerza. Sin embargo, las innovaciones sustentables vienen de larga data, como es el caso de “Tronador”, uno de los primeros vehículos eléctricos en la Argentina que este año celebra su 35° aniversario.
Para conocer más sobre la historia y modelo del vehículo, Nota al Pie dialogó con su creador y el especialista, Carlos Puga, quien reflexionó sobre la electromovilidad como forma de producción alternativa y el futuro de esta práctica en el país.
La historia del icónico “Tronador”
El vehículo comenzó a desarrollarse en 1988, momento en el que Carlos Puga era técnico en electrónica y se desempeñaba como docente. Sobre ello, recordó: “Tronador comenzó a gestarse en mayo de 1988 y finalizado en octubre de ese año”.
“Fue para poder ser probado y ajustado a las exigencias de una competencia/demostración que se hizo en el barrio de Almagro junto a otros vehículos solares/eléctricos. La idea era participar y también ‘ganar’ la misma”, recordó.
Desde entonces, la casa de Puga se convirtió en una especie de laboratorio en el que comenzó a desarrollarse el diseño y armado de “Tronador”. Según comentó, Ariel Ciro Rietti, otro especialista y pionero en el tema, lo ayudó al prestarle unos recursos necesarios para su tarea. Y fue así como empezó la aventura.
En relación a la historia de la creación de este modelo, Puga, quien también es docente y proyectista en energía solar, contó cuáles fueron las razones que lo impulsaron a crearlo.
Al respecto, señaló: “Me motivó el hecho de ver renegar a mí padre cada otoño e invierno con su vehículo diésel que no le arrancaba por la mañana. Además de la contaminación por gases y ruido que generaba el mismo”.
Después de meses de trabajo y esfuerzo, en octubre de 1988, “Tronador”, el primer vehículo solar de la zona Oeste de Buenos Aires, vio la luz. Las características que lo diferenciaban eran que presentaba un diseño ágil, liviano y pequeño.
Además, “Tronador” aprovechaba de forma más óptima la energía eléctrica. De esta manera, el vehículo que podía alcanzar una velocidad de hasta 40 km/h, utilizaba como recurso la energía solar para recargar sus baterías.
El nacimiento de este modelo fue revolucionario. No sólo supuso una innovación en cuanto a la generación de vehículos eléctricos, sino que convirtió a Carlos Puga en uno pionero de la materia.
En ese sentido, el entrevistado afirmó que “haber sido un pionero me genera una gran alegría porque actualmente puedo ver mis sueños cumplidos. Y es el auge de la electromovilidad y el cuidado del medioambiente en todo el mundo algo que otros y yo anunciamos hace casi cuatro décadas atrás”.
El futuro de la electromovilidad en Argentina
Sin dudas, una de las características que hicieron especiales a la creación de “Tronador” es que es un modelo de vehículo basado en el uso de la electromovilidad.
Puga explicó este concepto y detalló que “la electromovilidad consiste en la utilización de la electricidad como fluido para poder movilizar una gran variedad de vehículos a saber: automóviles, barcos, aviones y trenes y subtes y tractores, entre otros”.
A su vez, el especialista reflexionó sobre el uso de esta alternativa productiva en la Argentina y evaluó el desarrollo de la misma en el futuro. “La electromovilidad en la Argentina se encuentra en constante crecimiento. Existen excelentes profesionales y técnicos en el tema tanto para los vehículos como para baterías y cargadores”.
Puga también mencionó los beneficios que puede suponer una mayor implementación de la electromovilidad y sostuvo que “son muchos, como la reducción de la polución ambiental (gases de efecto invernadero) y del ruido (contaminación acústica)”.
Más allá de los beneficios que supone esta alternativa, el entrevistado comentó que hace “falta una mayor regulación, como la Ley de Electromovilidad, la cual fue presentada hace 10 años por la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos”.
Por último, el creador de “Tronador” aseguró que confía en que la normativa sea aprobada, y que significaría una transformación radical en el desarrollo productivo nacional, tanto en oportunidades de trabajo como en educación en la Argentina.