La Deep Web y la Dark Web conforman el lado más enigmático de Internet a nivel mundial. Las partes oscuras de la red despiertan un gran interés, pero a menudo se confunden ambas definiciones. Sin embargo, son bien diferentes entre sí, aunque engloban un lado oscuro de la World Wide Web (WWW). A través del esquema de iceberg, se logra la correcta identificación de cada una.
Por un lado, la Deep Web comenzó a utilizarse hace algunos años gracias a Bright Planet, una compañía especializada en indexación. Según la firma, este espacio de Internet implica todo el contenido que no está indexado por los principales motores de búsqueda a nivel global. De hecho, está protegido.
Ahora bien, la Dark Web es una parte de la web mencionada anteriormente. Esta es un fragmento de Internet al que sólo se accede a través de aplicaciones específicas. Sobre el 90% que implica la Deep Web sobre el contenido de WWW, la Dark únicamente representa su 0,1%. Es una porción.
La utilización de estos conceptos casi como sinónimos genera una gran confusión. Pese a que representan el otro lado de la red, su definición no es exactamente igual. Incluso una de estas es parte de la otra. Mientras que la primera es una red no indexada, la segunda es un rincón más oscuro y anónimo.
Las implicancias de la Deep Web y la Dark Web
El especialista en ciberseguridad, Carlos Garay, explicó en TN Tecno que “refiere a todo el contenido en línea que no está indexado por motores de búsqueda tradicionales y no es fácilmente accesible”. Acá el contenido de Internet no está disponible ante motores de búsquedas tradicionales como Google.
Por esta razón, implica bases de datos e intranets. Los sitios webs, bases de datos, gestores y servicios en la nube privada protagonizan este espacio. También incluye contenido legal como bases de datos gubernamentales, archivos científicos, bibliotecas digitales o sitios de membresía privada.
La red oscura es una porción de esta que no está indexada en forma intencional por su anonimato y privacidad. Según Garay, “es una parte específica y oculta de la Deep Web. Se compone de sitios que requieren software especial para acceder y a menudo se asocian con actividades ilegales”.
Su conformación está garantizada por varias Dark Nets, una zona de Internet accesible sólo por medio de software especializado y protocolos de encriptación. Y la configuración adoptada garantiza un elevado nivel de anonimato por parte del usuarie por el uso de direcciones IP enmascaradas.
A su vez, implica involucrarse en un submundo ilegal por la circulación de contenido prohibido y objeto de análisis permanente. Incluso engloba foros utilizados para el intercambio y venta de datos robados. RaidForms fue un claro ejemplo, un foro destinado a impulsar el circuito de información ilegal.
Una clara diferencia entre ambas
La distinción central es que la red oscura es una porción de la red profunda. Por lo tanto, no son lo mismo. A través de la analogía con un iceberg, las profundidades están representadas por ambas, pero con una muy clara diferencia. La Deep Web engloba la información online, aunque sin acceso público.
Sin embargo, la Dark Web es una parte y ofrece enlaces particulares por medio de dominios propios. Es decir, sin el software adecuado no es un espacio de fácil acceso para su navegación. Su forma de ingreso es aún más compleja que la de la Deep Web. En este sentido, conlleva un riesgo todavía mayor para navegar.
En ambos espacios, la navegación de los sitios es un punto para tener en cuenta por el riesgo y la peligrosidad a quedar expuesto. No obstante, en particular la Dark Web reviste un peligro superior por su complejidad y la posibilidad de quedar a merced de los ciberdelicuentes.
Los peligros de las zonas oscuras de Internet
La exposición de las credenciales o contraseñas es el eje de análisis principal. Y un estudio realizado por Verizon, una compañía de telecomunicaciones, ratificó que en 2022 el 74% de las violaciones investigadas involucraban al ser humano. Es decir, los ataques fueron realizados por personas en Internet.
El contenido delicado que circula en esta red incrementa la posibilidad de caer en estafas, fraudes, amenazas, la descarga de malware o phishing. Por esta razón, ciertas acciones acercan al usuarie a ser víctima de ciberestafas. Al compartir la contraseña, utilizar la misma en diferentes sistemas, incluir credenciales sencillas o la administración compartida inicia un grave problema.
Frente a este hecho, la recomendación es actualizar los programas de la computadora, evitar la descarga de archivos y no compartir información personal. Asimismo, informase antes de navegar y evitar la visita a URL extrañas o que remitan un cierto grado de peligrosidad.