En el mundo del deporte por mucho tiempo la vestimenta vinculada a las diversas religiones y costumbres ha sido un tema frecuente de discusión. En ese sentido, el pasado lunes la Ministra francesa de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, confirmó en una entrevista la postura del país europeo ante este gran debate cultural. Todos las atletas francesas musulmanas que compitan en los próximos Juegos Olímpicos (JJOO) París 2024 tendrán prohibido usar velo e hiyab.
A diferencia de este panorama de cara al certamen olímpico, la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) quitó la prohibición del velo hace una década. De hecho, en el Mundial Femenino 2023, disputado en Australia y Nueva Zelanda, la futbolista marroquí Nouhaila Benzima se convirtió en la primera jugadora en usar hiyab dentro de la competencia. No obstante, la Federación Francesa pretende que sus jugadoras se apeguen a la decisión tomada por el país.
Esta postura gubernamental se forja en un contexto en el que se combate día a día por la igualdad de las mujeres musulmanas en territorio francés. Incluso, hay sectores que se oponen a esta medida y apoyan la libertad del uso de velos u otras prendas que la religión permita a sus practicantes. Sin embargo, Francia mantiene su firmeza en cuanto al uso del velo para las mujeres musulmanas tras la prohibición del uso de símbolos religiosos en las instituciones públicas.
Al respecto, el pasado mes de agosto el Ministro francés de Educación, Gabriel Attal, comunicó la prohibición de la abaya, la túnica femenina islámica, en los colegios del país. “El secularismo no es una restricción, sino una libertad”, declaró Attal en aquél entonces en una entrevista, dónde catalogó la norma como “necesaria y justa”. Este accionar del Gobierno francés recae en un retroceso dentro de la lucha por la igualdad en diversos ámbitos.
Las declaraciones que generaron polémica
Como una medida inquebrantable, Amélie Oudéa-Castéra dejó en claro cómo actuará Francia con respecto a la vestimenta en los JJOO venideros. “Le hemos expresado muy claramente al Primer Ministro nuestra adhesión a un régimen de laicidad estricta, aplicado con la misma restricción en el ámbito del deporte, declaró. A lo que indicó que hay una alta posibilidad de que las mismas restricciones se amplíen y fortifiquen a medida que se acerque la competición olímpica.
Asimismo, explicó en la cadena France 3 que existe un fuerte apego del Gobierno “al régimen de laicismo estricto, aplicado de manera contundente en el campo del deporte. A lo que añadió: “¿Qué quiere decir eso? Quiere decir la prohibición de toda forma de proselitismo”. “Quiere decir la neutralidad absoluta del servicio público, incluido los representantes de nuestras delegaciones, en nuestros equipos de Francia, que no llevarán el velo”, concluyó.
Esta normativa va de la mano con la aprobada por parte del Senado francés en enero de 2022 sobre el uso de diversos objetos religiosos en ciertos espectáculos. La misma indica que se prohíbe “el uso de símbolos religiosos conspicuos durante eventos deportivos y competiciones deportivas organizadas por federaciones y asociaciones afiliadas”.
El principal foco de esa enmienda es el uso del velo, como indicó el Senado con sus intenciones al elaborar la “Ley del Separatismo”. El senador de Isére, Michael Savin (Les Républicains), informó que “si no se prohíbe explícitamente el uso del velo, podríamos ver el surgimiento de clubes deportivos comunitarios que promueven ciertos símbolos religiosos”. Con ese panorama, la por entonces ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, se mostró siempre en contra en aquel momento.
Una prohibición que va más allá de la vestimenta
A pesar de las polémicas declaraciones de la ministra francesa de Deportes, en el último mes de agosto hubo otras alarmantes declaraciones en Francia sobre la misma índole. En una entrevista con el canal TF1, Attal anunció la prohibición de la abaya en todas las escuelas del país galo. “He decidido que ya no se podrá usar la abaya en la escuela”, declaró en ese entonces. Desde que asumió su cargo, ha buscado ser firme en cuestiones de laicidad.
Bajo la misma línea, dejó ver su postura sobre el uso diario de la prenda larga y vinculada al Islam en las escuelas. “Es un gesto religioso que busca poner a prueba la resistencia de la República en el santuario laico que debe ser la escuela”, declaró. A lo que agregó: “Cuando entras a un aula, no debes poder identificar la religión de los alumnos al mirarlos”. Sin embargo, hay ciertos sectores relacionados al caso que consideran que la abaya no es un signo religioso musulmán.
La cuestión de la prohibición de la abaya, junto a otras prendas como bandanas o faldas largas, había sido abordada por el Ministerio de Educación en noviembre de 2022. Las mismas podrían considerarse prohibidas si se usan “de manera ostensible para manifestar una afiliación religiosa”. Este panorama divisional de religiones tuvo un fuerte impacto que en menos de 30 días alcanzó al ambiente del deporte con la nueva normativa de cara a los JJOO 2024.
Una respuesta que no se hizo esperar
Ante el grito en el cielo del Gobierno francés sobre la prohibición del uso de velo e hiyab a sus atletas olímpicos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reveló su postura al respecto. Con el laicismo del país galo como principal enfoque, el organismo se pronunció en contra al no permitir que cada deportista lleve la indumentaria islámica. De este modo, recordó su “oposición de principio” a imponer a las mujeres “lo que deben llevar o no”.
Frente a las declaraciones de Amélie Oudéa-Castéra, la portavoz de la ONU, Marta Hurtado, argumentó el repudio hacia la postura francesa. “De manera general, el Alto Comisariado de los Derechos Humanos estima que nadie debe imponer a una mujer lo que debe llevar o no”, explicó. Con el correr de los meses y la aproximación de la cita olímpica, se verá hasta qué punto llega la prohibición de las prendas islámicas y si aparecen algunos desertores deportivos.