El exmandatario de Bolivia y líder del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, confirmó el pasado domingo 24 de septiembre su candidatura a la presidencia para las elecciones de 2025.
El candidato explicó su decisión a través de sus redes sociales. “Obligados por los ataques del Gobierno, su plan para proscribir al MAS-IPSP y defenestrarnos con procesos políticos, incluso eliminarnos físicamente, hemos decidido aceptar los pedidos de nuestra militancia y de tantas hermanas y hermanos que asisten a las concentraciones en todo el país para ser candidato a la Presidencia de nuestra querida Bolivia”, escribió.
En el mismo posteo expresó que dará “todo lo que pueda” y, en esa línea, aseguró que todavía tienen fuerza. A su vez, acusó una agresión por parte del Ministerio de la Presidencia, por lo que sostuvo que enfrentarán la situación con “verdad, dignidad y honestidad”.
Por otro lado, denunció que el actual gobierno, encabezado por Luis Arce, tiene un plan para inhabilitarlo y hacer lo mismo con el Congreso Ordinario. “Van a usar a una mujer para atacarnos, tal como hizo la derecha”, indicó Morales.
Para finalizar, Morales destacó: “Somos herederos de las luchas de nuestros antepasados que nos han enseñado a nunca rendirnos. ¡Nunca nos vamos a rendir hermanas y hermanos! ¡Unidos vamos a salvar nuevamente a nuestra querida Bolivia!”.
Por su parte, el ministro de Justicia, Iván Lima, propuso en la mesa de discusión que, para definir la candidatura de los partidos, antes deberán someterse a elecciones primarias como estipula la ley electoral. Similar a las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de Argentina.
Sin embargo, desde la cúpula del MAS advirtieron que si Arce quiere buscar la reelección debe hacerlo en otro partido. La dirección del bloque oficialista calificó al jefe de Estado de “traidor” y planteó que “por moral” debería renunciar al cargo si se presentara en los comicios de 2025.
En disputa con Arce desde su asunción
Morales esperaba un gesto de Arce, que le cediera el paso, debido a que durante su exilio fue él quien designó al actual mandatario como candidato para las elecciones de 2021. El ahora presidente fue ministro de economía desde 2006 hasta 2018. En la actualidad, tiene intenciones de ir a la reelección, pero la crisis económica podría frustrar ese anhelo.
El gas natural se está agotando, las exportaciones a Argentina y Brasil disminuyen y no cubren las facturas de las importaciones de gasolina y diésel. Por otro lado, las reservas del Banco Central, que en 2014 llegaron a 12.000 millones de dólares, están ahora en 1.178 millones, lo que apenas es suficiente para cubrir importaciones de tres meses.
A Morales y Arce se los vio por última vez juntos en una gran marcha popular de respaldo al gobierno en La Paz, con unas 300.000 personas en las calles. Pasada la movilización y los discursos en que Arce se mostró como único ganador, ante la mirada de Morales, los dos ni siquiera se despidieron.
Con el tiempo la cosa aflojó; sin embargo, desde hace meses las tensiones entre sectores cercanos a Morales y el ala “arcista” son públicos. “A Lucho (Arce) le corresponde la conducción administrativa del Estado” y a él “la conducción del movimiento político”, dijo en su momento el expresidente.
Luego, Morales acusó al Gobierno actual de armar un plan para encancerarlo, también denunció que sus seguidores son “hostigados y denigrados”. Además, cuestionó a “los operadores del divisionismo, la traición y el oportunismo”.
Incluso, esta división llegó a la Asamblea Legislativa, donde en algunos casos el sector referenciado con Morales votó junto a la oposición en algunos proyectos de ley enviados por Arce.