El pasado jueves 14 de septiembre estrenó Caminemos Valentina, una ficción que recrea la historia de Sandra Migliore y Valentina Rojas, dos mujeres que fueron abusadas por una religiosa a cargo de su formación en su adolescencia. No solo es una película de denuncia, sino también es una historia de resiliencia y amor entre dos personas que sufrieron mucho.
La película está dirigida por Alberto Lecchi y se basa en el libro “Raza de víboras: memorias de una novicia”, de la exmonja Sandra Migliore. A su vez, para llevar a cabo el film se realizaron entrevistas a ambas denunciantes.
Más allá del hecho puntual, la historia de estas dos mujeres se repite a diario. Según la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina, desde 1970 hasta diciembre de 2022, al menos 148 religiosos y religiosas fueron denunciados por “terribles vejámenes en nombre de la Iglesia”.
Aunque la mayoría de esos abusos están relacionados con ataques sexuales, el listado incluye, a su vez, sacerdotes acusados por encubrimiento y varios casos por castigos. La organización también cuenta con un mapa donde se detalla la información de les abusadores.
La historia de Sandra y Valentina
Ambas monjas fueron abusadas por la religiosa Leopoldina Fleitas, quien se hacía llamar Bibiana, cuando eran novicias de la congregación Hermanas Educacionistas Franciscanas de Cristo Rey. Los hechos ocurrieron en la ciudad santafesina de San Lorenzo; en el mismo predio que estaba el convento funcionaba el colegio secundario, primario y el jardín de infantes de la institución religiosa.
En la actualidad, Sandra Migliore tiene 57 años y Valentina Rojas 52. Juntas llegaron a hacer la denuncia ante el Arzobispado de Buenos Aires, pero la misma nunca prosperó y el caso fue archivado. La agresora se refugió en Venezuela, donde se incorporó a otra congregación con un nuevo nombre.
“Fui abusada por la monja Bibiana Fleitas con la complicidad y el encubrimiento de otras monjas. Fuimos muchas las víctimas entre los años ‘83 y ‘90”, señaló Migliore en una entrevista. Además, relata que “hay denuncias hechas frente a notarios eclesiásticos de diferentes obispados, incluso (Jorge Mario) Bergoglio sabía”.
Tras el hecho, Migliore colgó los hábitos, pero siguió vinculada a la Iglesia trabajando como administrativa en un colegio de la localidad bonaerense de Lanús. Allí fue donde conoció a otra víctima de Fleitas, Valentina Rojas, con quien entabló una relación amorosa que continúa hasta el día de hoy. Tras denunciar los hechos en el Arzobispado en 2010, Migliore fue despedida de la institución educativa que pertenecía a la misma congregación.
En 2014, Sandra publicó su libro. A partir de allí le empezaron a escribir otras personas que habían pasado por situaciones similares pero no se habían animado a denunciar. Ella calcula que pueden haber sido alrededor de treinta las víctimas de la misma religiosa.
Caminemos Valentina: el detrás de escena
Bajo la dirección de Lecchi, Jacinta Torres Molina y Sara Margot, encarnaron a las jóvenes Sandra y Valentina en su etapa de novicias. Luego, Paula Sartor y Gabriela Robledo Azócar interpretan a las protagonistas en su etapa adulta.
Por su parte, Roxana Naranjo Robles fue la encargada de interpretar a Bibiana, la formadora que abusó de las jóvenes. Además, la película cuenta con la participación especial de actores como Lidia Catalano, Víctor Laplace y Ana Celentano.
En un comunicado de prensa, el director sostuvo: «Contamos con el testimonio de Sandra y Valentina, de dos exmonjas que han sufrido en carne propia abusos durante su internado y que hasta hoy esperan respuesta, sabiendo además que las denunciadas aún permanecen ejerciendo o al menos mantienen la protección de la Institución».
Cabe destacar que la película no solo revela las atrocidades sufridas en el pasado, sino que también destaca la historia de amor que ha surgido entre estas dos mujeres. Una historia de resiliencia de quienes han superado el dolor de su adolescencia para construir una vida juntas.
En relación a ello, el director señaló que “la idea de esta película, no es solo mostrar la dura y cruel historia de Sandra y Valentina vividas en el pasado”. Por el contrario, hizo hincapié en “mostrar una maravillosa historia de amor que nos muestra el presente y a su vez romper con absurdos y antiguos conceptos”.