El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pronunció el martes por la mañana el discurso de apertura de la 78º Sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York e instó a la Comunidad Internacional a trabajar en unidad para combatir la desigualdad mundial.
El mandatario brasileño, que abrió por octava vez el principal evento anual de la ONU como presidente de Brasil, llamó también a la adopción de medidas urgentes contra el cambio climático e insistió con la necesidad de reformas en la instituciones de gobernanza global.
Un mundo cada vez más desigual
Lula, que en el discurso inaugural de este martes volvió a destacarse como uno de los principales líderes del Sur Global, apuntó contra los elevados niveles de desigualdad que transita el mundo. “El hambre afecta a 375 millones de seres humanos, que se van a dormir esta noche sin saber si tendrán que comer mañana”, señaló el mandatario.
En la misma línea, el presidente de Brasil afirmó que los 10 millonarios más importantes del mundo poseen más riqueza que el 40% más pobre de la humanidad e indicó que “para vencer la desigualdad falta voluntad política de aquellos que gobiernan el mundo”.
En esa clave, el mandatario también alertó sobre la lentitud en el ritmo para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por la Agenda 2030 de la ONU, afirmando que la ambiciosa iniciativa puede transformarse en un importante si no cambia el escenario. “Estamos a la mitad del periodo de implementación, pero aún distantes de la metas definidas”, remarcó Lula.
En ese marco, asimismo, el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) sostuvo que el imperativo político-moral de erradicar la pobreza e incluso de acabar con el hambre parece estar anestesiado.
“Reducir las desigualdades dentro de los países requiere incluir a los pobres en los presupuestos nacionales, hacer a los ricos pagar impuestos proporcionales a su patrimonio”, destacó el Jefe de Estado. Del mismo modo, Lula sostuvo que “la desigualdad debe inspirar indignación: indignación con el hambre, con la pobreza, con la guerra, con el irrespeto al ser humano”.
La lucha contra el cambio climático
En su alocución de 21 minutos, el cambio climático fue otro de los puntos claves abordados por Lula. El presidente de Brasil afirmó que “actuar ahora contra el cambio climático implica pensar en el mañana” e indicó que “los países ricos crecieron basados en un modelo con altas tasas de emisiones de gases dañinos al clima”.
En ese sentido, el mandatario sostuvo que la emergencia climática torna urgente una corrección de rumbos pero también la implementación efectiva de los acuerdos globales. De igual modo, Lula remarcó que existen “responsabilidades comunes pero diferenciadas” al mismo tiempo que recordó “son las poblaciones vulnerables del Sur Global las más afectadas por los daños causados por el cambio de clima”.
La máxima autoridad de Brasil señaló que el 10% más rico de la población mundial son responsables de casi la mitad de todo el carbono lanzado en la atmósfera. En esa línea, Lula afirmó que “nosotros, los países en desarrollo, no queremos repetir este modelo”.
Por otro lado, además de repasar las políticas que su país está realizando en la lucha contra el cambio climático, Lula advirtió que sin la movilización de recursos tecnológicos-financieros no existe como implementar los consensos alcanzados en los acuerdos de instancias multilaterales. “La promesa de destinar 100 mil millones de dólares anualmente para los países en desarrollo permanece solo en eso, una promesa”, criticó el presidente.
Reformas en las instituciones de gobernanza global
Lula también alertó sobre la necesidad de reformas las instituciones de gobernanza global. En ese sentido, el presidente de Brasil sostuvo que “el principio sobre el cual se asienta el multilateralismo, el de la igualdad soberana entre las naciones, está siendo corroído”.
En esa clave, el mandatario remarcó que “cuando las instituciones reproducen las desigualdades, ellas forman parte del problema, no de la solución”. Como un ejemplo de ello, Lula recordó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofreció 160 mil millones de dólares en derechos especiales de extracción para países europeos pero tan solo 34 mil millones para países africanos.
De igual manera, el Jefe de Estado de Brasil afirmó que “no hemos corregido los excesos de la desregulación de los mercados” e indicó que “las bases de una nueva gobernanza económica no fueron lanzadas”. Sin embargo, al mismo tiempo, Lula también destacó la reciente ampliación de los BRICS, espacio al que definió como “una plataforma estratégica para promover la cooperación entre países emergentes”.
Finalmente, el presidente brasileño manifestó que el neoliberalismo agravó las desigualdades sociales que asolan a las democracias actuales, dejando como legado una masa de excluidos. En esa línea, Lula advirtió que “en medio de sus escombros, surgen aventureros de extrema derecha que niegan la política, vendiendo soluciones tan fáciles como equivocadas”.