En los últimos días, la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) presentó “Palabras que callan”, un informe sobre violencia de género digital en el ámbito de la política. Entre sus principales hallazgos revela que todas las mujeres consultadas sufrieron situaciones de violencia de género en el marco de su carrera política.
Esta organización no gubernamental trabaja desde hace años en el ámbito de la violencia de género, centrándose en la dimensión digital. Los datos de su último informe revelan que, mediante agresiones por la web, la política es un espacio donde persiste la discriminación por motivos de género.
Para conocer más detalles del estudio, Nota al Pie dialogó con la abogada Victoria Penas, integrante de la asociación. La misma sostuvo: “Nos pareció importante hacer una investigación que recupere las experiencias de las mujeres en el ámbito político donde muchas veces el plano digital es una herramienta de trabajo”. A su vez, explicó que “en un año electoral toda la violencia y desigualdad que ya existe se exacerba”.
¿Qué dice el informe?
Para su realización, el estudio se dividió en dos instancias de investigación. En primer lugar, se realizaron once encuestas y tres entrevistas a legisladoras nacionales que se desempeñan en comisiones dedicadas al tratamiento de asuntos de género, diversidad y tecnologías digitales. En segundo lugar, se recopilaron 33 notas de diarios sobre declaraciones públicas de ellas respecto a las agresiones y hostigamientos que sufrieron en el entorno digital.
📌 Cuando una mujer en política experimenta violencia de género digital uno de los resultados más frecuentes es la autocensura. ¿Sabías que esto afecta tu derecho a conocer sus opiniones para votar de manera informada? 🗳️ pic.twitter.com/P9yhQN3ikl
— ADC (@adcderechos) September 7, 2023
Según los resultados, una de las prácticas más frecuentes son los comentarios ofensivos en los contenidos compartidos en sus redes sociales y la circulación de publicaciones descalificantes en su contra. Además, todo ello se basa en estereotipos y prejuicios negativos por su condición de mujeres.
En cuanto al ámbito en el que ocurren estas violencias, el 90% de ellas identificó al entorno digital como uno de los más usuales. A su vez, el 60% de las encuestadas señaló que estos ataques ocurren tanto en público como en privado, y son comunes en redes sociales como X (ex Twitter), Facebook e Instagram y Whatsapp. Aunque se dan en menor medida, también suceden en plataformas como Youtube, portales periodísticos o sus propios lugares de trabajo.
Por otra parte, el informe indica que los hostigamientos que tuvieron a estas mujeres como víctimas fueron efectuados por diferentes agresores. “Desde compañeros de recinto, funcionarios públicos, asesores y trolls, hasta usuarios manifiestos y anónimos que actuaron a través de amenazas, hostigamientos, insultos y agresiones”, señala el estudio.
En este sentido, Victoria resaltó que es importante conocer que no siempre se trata de varones. “Ojo con pensar que es algo que solo ocurre desde hombres a mujeres, es mucho más amplio que eso”, advirtió. A ello agregó que se debe “ver qué pasa cuando son las propias mujeres que se agreden entre sí, criadas en esa cultura que las pone a competir”.
La violencia como método disciplinador
Según la investigación, para hacer frente a las agresiones las mujeres optaron, en el corto plazo, por bloquear al agresor o remover publicaciones por la violencia de las respuestas. En tanto, como medida a largo plazo, se replantearon su participación virtual en ciertos debates. En este sentido, la autocensura fue la estrategia más empleada por las víctimas.
Para Penas, la violencia digital afecta la vida de quienes la sufren y también su desarrollo profesional. A su vez, remarcó que las critica no se originan por su desempeño sino “por lo que no están haciendo, por las responsabilidades que están dejando de lado para estar ahí”. En esa línea aseguró: “Hay algo que va dirigido a su condición de mujer, a poner en duda de qué manera llegaron a ese espacio que es algo que con los hombres no sucede”.
Además, la entrevistada señaló que este tipo de violencia sirve para disciplinar al resto de mujeres que quieren involucrarse en política. Según expresó “esa violencia impide a las mujeres que quieren aspirar a algo más que lo hagan”. “¿Cómo hacemos para ver cuántas mujeres no llegaron a la política?, en nuestro corpus inevitablemente estamos dejando afuera a aquellas que no llegaron”, explicó.
Combatir las violencias
Para combatir estas agresiones, desde la asociación proponen instancias de formación para funcionaries, enfocadas en la prevención, reparación y resolución de casos concretos. Por otro lado, se sugiere la creación de programas educativos específicos para concientizar a la ciudadanía e incentivar a que haya un involucramiento activo que permita abordar el tema de raíz.
Penas sostuvo que “como el problema está inserto en nuestra cultura, es muy difícil pensar en una sola medida que pueda abordar el problema de raíz”. Por esa razón, afirmó que “el norte tiene que ser construir una cultura de participación política igualitaria”.
Cabe mencionar que la violencia contra las mujeres por razones de género está regulada en Argentina a través de la Ley N° 26.485. En 2019, 10 años después de la sanción original, se incorporó la violencia política a los tipos previstos en el artículo 5.
Otro aporte al marco normativo podría ser la Ley Olimpia. La iniciativa busca incorporar la violencia digital como una modalidad violenta por motivos de género. La misma aborda los delitos que violen la intimidad sexual de las personas mediante medios digitales y sanciona la difusión sin consentimiento de cualquier contenido íntimo.
Este proyecto fue aprobado por la Cámara de Diputados, pero en el texto se omitió la “participación política” y la ley que respalda a las mujeres en estos casos. Ahora, obtuvo dictamen en la Banca de la Mujer del Senado pero con modificaciones, por lo que de aprobarse en el Senado deberá volver a votarse en la Cámara baja. Sin embargo, aún no hay fecha para su tratamiento
Cabe recordar que en su momento, el proyecto contó con amplio apoyo en Diputados: 191 votos a favor, dos en contra y una abstención. Se opusieron los libertarios Javier Milei y Victoria Villarruel; estuvieron ausentes José Luis Espert, de Juntos por el Cambio, y Carolina Píparo, de La Libertad Avanza.