El pasado martes comenzó el juicio en el que el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusa a Google de pagar más de US $10.000 millones por año para ser el motor de búsqueda más usado en los navegadores y en los teléfonos inteligentes. Se prevé que el proceso se extienda por diez semanas.
“Este caso es sobre el futuro de Internet y sobre si el buscador de Google se enfrentará a la posibilidad de competencia real algún día”, estableció Kenneth Dintzer, uno de los abogados que representa a Estados Unidos. En tanto, la compañía con sede en Mountain View, California, y que acapara el 91% del mercado de búsquedas, respondió que castigan su éxito y que este se debe a que tienen un producto mejor que el de sus competidores.
Se trata del primer caso antimonopólico que enfrenta a Estados Unidos con una potencia tecnológica desde que demandaron a Microsoft en 1998. A la empresa de Bil Gates la acusaron de monopolización por vender, en un mismo paquete, su navegador (Internet Explorer) y su sistema operativo (Windows). Esto restringía el mercado de la competencia a otros navegadores como Opera o Netscape. Este enfrentamiento finalizó en 2001 cuando un tribunal de apelaciones anuló la primera sentencia que dictaba que debían disolver la compañía.
El juicio contra Google
Desde el Departamento de Justicia estadounidense tratarán de demostrar que Google desde 2010 mantiene un monopolio de manera ilegal y que mantuvieron una conducta anticompetitiva. Según señalaron, se pagó millones de dólares a fabricantes de dispositivos como Apple Inc, fabricantes de navegadores como Mozilla y empresas de telefonía móvil como AT&T para que su motor de búsqueda sea prioridad.
El Departamento de Justicia presentó su primera demanda en 2020 y luego se adhirieron a una demanda adicional frente a Google llevada por fiscales generales de más de tres docenas de estados y territorios. Elles creen que los contratos que realizó la empresa tecnológica, para asegurarse que los dispositivos Android vengan con las aplicaciones y los servicios de Google (como el servicio de búsqueda que está pre-instalado), también son anticompetitivos.
En la primera jornada, el abogado del Departamento de Justicia, Kenneth Dintzer se centró en los acuerdos entre Google y Apple. Mostró documentos internos de la compañía que describen cómo Google se negaba a compartir las ganancias con Apple si no tenían un lugar predeterminado en sus dispositivos.
La fiscalía, además, aseguró que la compañía de California trató de esconder documentos de agentes antimonopólicos, al incluir a abogados en las conversaciones para que estas entren dentro del privilegio entre cliente y abogado. También mostraron un mensaje de Sundar Pichai, jefe ejecutivo de Google, en el que pedía que no se vea el historial de chat en la conversación. “Borraron la historia, señoría, para poder reescribirla aquí en esta sala del tribunal”, señaló Dintzer.
Por su parte, John Schmidtlein, abogado de Google, centró su alegato en que estos acuerdos con los fabricantes de navegadores no significa que ni Apple ni Mozilla puedan promover otros buscadores. Además, sostuvo que es fácil cambiar de buscador predeterminado y destacó que Google es el más usado por méritos.
Será el juez Amit Mehta del Tribunal de Distrito de Estados Unidos quien deberá decidir si Google infringió la ley. En el caso de que determine que rompió alguna regla, deberá empezar la segunda fase del juicio donde Mehta deberá decidir de qué manera se soluciona.
De ser así, Alphabet (la firma matriz de Google) podría tener que dividir sus empresas o cambiar su funcionamiento. La compañía ya fue multada por la Unión Europea con más de 8.200 millones de euros por infracciones a la ley anticompetencia de Europa, aunque fueron apeladas.