A finales de agosto volvió a la escena porteña “Los Mosqueteros del Rey”, una comedia aún vigente dirigida por Manuel González Gil. La misma es presentada los días jueves 20:30, viernes 20:00, sábado 17:30, 20:00 y 22:00 y los domingos de 16:00 a 18:30 horas en el Teatro Astral de la ciudad de Buenos Aires.
Con un elenco de figuras televisivas como Nicolás Cabré, Jorge Suárez, Nicolás Scarpino y Fredy Villarreal, este clásico destinado a toda la familia promete entretener a les espectadores por casi 90 minutos.
“Los Mosqueteros del Rey”, un clásico vigente
La obra debutó durante las vacaciones de invierno de 1991, bajo las mismas riendas de González Gil. Por aquel entonces, su director se proponía llevar a escena una comedia familiar donde lo llamativo era jugar con los errores que podía cometer su propio reparto.
Desde sus inicios, la propuesta era tan original como sencilla. El elenco estaba conformado por Miguel Ángel Solá, Hugo Arana, Darío Grandinetti y Juan Leyrado, quienes intentaban empezar la función con la famosa novela Les trois mousquetaires (Los tres mosqueteros) de Alexandre Dumas.
Pero en el intento, los cuatro actores se reían, se equivocaban y hasta se peleaban entre ellos. No por nada el espectáculo resultó ser un éxito total e incluso recibió un reconocimiento por parte de la UNESCO por “promover la solidaridad y la amistad entre hombres”.
La nueva versión de la comedia
En su nueva aparición, “Los Mosqueteros del Rey” trata de mantener su espíritu de parodia y comicidad. Desde el inicio, los actores juegan ese rol de “desorientados”, ya que, previo a salir a escena, se puede escuchar cómo detrás del escenario repasan las líneas del texto con mucho nerviosismo e inseguridad.
Sin embargo, lo cierto es que nos hallamos ante otro tiempo y público. Tal es así que dicha fórmula de “equivocarse” para hacer reír al otre no parece tener el mismo efecto, más aún cuando todo luce muy armado, pautado y el show carece de espontaneidad.
Aunque, será el mismo tiempo el que determinará si las nuevas presentaciones de la comedia logran superar el éxito de la versión original, cuya obra permaneció cinco años en cartel y cosechó numerosos premios de la crítica especializada.
Jugar a ser uno mismo
La obra de González Gil presenta una mezcla de buenos elementos, como la música de Martín Bianchedi, los bailes de Rubén Cuello y algunos breves monólogos de la propia pluma del director, lo cual permite que cada integrante del elenco tenga su momento para brillar.
En general, durante la comedia se arma cierta complicidad con el público, generando risas sin la necesidad de caer en lo bizarro. Sin embargo, dicha comicidad se diluye bastante durante la función y el resultado no es una obra que sea realmente excepcional.
En efecto, los cuatro actores tienen su impronta y la vuelcan sobre el escenario con total entrega. No faltan sus clásicas o particulares herramientas que los distinguen y los han catapultado a ser grandes figuras de la TV.
Durante la interpretación, los que salen más airosos son Freddy Villarreal, con su particular voz de locutor, y Nicolás Cabré, que con sus clásicos momentos de rabieta se mueve sobre el escenario como pez en el agua.
En tanto, el solemne Jorge Suárez y el simpático Nicolás Scarpino también suman su comicidad, derrochando gracia y humor. Pero lo cierto es que todos podrían ir mucho más a fondo en el juego actoral y explorar más profundamente sus personajes para hacer que la obra sea aún más emocionante y profunda.
“Los Mosqueteros del Rey” es también un homenaje a los grandes artistas comediantes, tanto del extranjero como de Argentina. Dicha comedia culmina con una imagen de Hugo Arana, cuyo actor formó parte de la puesta original de esta obra y murió en 2020.
Así, el espectáculo no sólo está lleno de referencias y homenajes a estos grandes artistas, sino que en él se puede sentir el amor y el respeto que se tiene por elles en cada momento de la función.
En resumen
“Los Mosqueteros del Rey” es un espectáculo de gran producción que incluye el humor clásico absurdo, gags combinados con cuadros musicales y de yapa la emoción.
Gracias al talento propio de cada actor que forma el elenco, la comedia logra su cometido: entretener a la platea en general. Además, por momentos, consigue contactar con el público más allá de la risa, para que más de une en la platea reflexione.
Sin embargo, queda esa sensación de que, en realidad, es una propuesta más del teatro comercial, donde si bien la carnada son figuras populares eso no garantiza ni un éxito ni un total acierto sobre el escenario.