Apenas unos días después del anuncio de la integración de Argentina al BRICS, Sergio Massa se reunió en Brasilia junto a Fernando Haddad, ministro de Economía, y el presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” Da Silva.
En conjunto, realizaron importantes acuerdos de cooperación comercial en un momento de profunda debilidad financiera argentina. Nota al Pie analiza la influencia de Lula en el escenario regional e internacional para proyectar a América Latina como un nuevo polo de poder.
La reunión en Brasilia
Los ministros de Economía de Brasil y Argentina se reunieron a puertas cerradas este lunes para repasar una agenda centrada en la cuestión económica y financiera. Principalmente, las conversaciones se orientaron a garantizar las exportaciones argentinas con el propósito de cuidar las limitadas reservas en dólares del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
En una conferencia de prensa conjunta, ambos ministros anunciaron un mecanismo de financiamiento de exportaciones brasileñas por 600 millones de dólares para el sector automotriz y alimenticio.
Por su parte, el ministro de Economía, Sergio Massa, estuvo acompañado por el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, y la secretaria de Energía, Flavia Royón. En la antesala del encuentro con Haddad y su equipo económico, Scioli mantuvo una reunión por la mañana con la cúpula del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF).
Fue a partir de acuerdos con la CAF que se definió el mecanismo de financiamiento de exportaciones, evitando el comercio en dólares y yuanes, así como también aliviando las resentidas reservas argentinas.
Asimismo, se retomó el acuerdo Santo Tomé-Sao Borja y la interrumpida iniciativa conjunta de construir una marina mercante fluvial, destacó el candidato presidencial de Unión por la Patria.
Relación estratégica y fundamental
Luego de su encuentro en privado con Haddad, el ministro de Hacienda argentino dialogó con el presidente brasilero sobre cuestiones de orden geopolítico. “Argentina y Brasil son socios indisolubles desde lo comercial y desde lo cultural”, resaltó Massa.
El impacto del ingreso argentino al BRICS anunciado en la XV Cumbre en Sudáfrica fortaleció el vínculo sudamericano entre las dos principales economías del sur del continente. Lula ha sido un actor clave en la promoción del ingreso argentino al bloque de potencias emergentes.
En el debate interior del espacio, el brasilero insistió en que la incorporación de su socio comercial era estratégica por “interdependencia económica entre ambos países”. En efecto, Lula es un claro impulsor de la reintegración política y económica de América Latina a partir de alianzas regionales.
No solo ha promovido mecanismos desgastados por la gestión de Jair Bolsonaro como el Mercosur, sino que también defendió a la Celac y fue el artífice del relanzamiento de la Unasur. Luego del período de descomposición que sufrieron estos espacios producto de la injerencia de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Departamento de Estado norteamericano.
Es en ese marco que Lula ha convocado, por ejemplo, ha cuestionado la política del Fondo Monetario Internacional (FMI) y su responsabilidad en deudas externas insostenibles con diversas naciones como es el caso argentino.
“Ningún país puede hacer frente solo a las amenazas sistémicas actuales”, planteó Lula en relación a la crisis del sistema internacional en el que el Unipolarismo Financiero en declive cede ante la emergencia del Multipolarismo Pluriversal. En ese proceso de retroceso, el redespliegue norteamericano en América Latina encuentra resistencias en actores como Lula.
Un referente multipolar
Sin embargo, la centralidad de Lula no se limita a lo regional sino que tiene una clara influencia a escala internacional. Luego del proceso de repliegue que expresó la gestión de política exterior de Bolsonaro, el líder del PT se posiciona como un gestor en diferentes frentes. Por un lado, el presidente brasilero ha sido protagonista a partir de fuertes declaraciones acerca de la arquitectura financiera internacional.
Fue él quien señaló que el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS debe “ser más generoso que el FMI y servir al desarrollo” de los países más pobres del planeta en lugar de asfixiarlos. En paralelo, ha lanzado fuertes críticas contra el Patrón Dólar que gobierna el sistema financiero y comercial internacional pero que también sufre una notable descomposición.
“Por qué no podemos comerciar con nuestras propias monedas”, planteó Lula luego de su encuentro en abril con su par Xi Jinping. A su vez, el mandatario brasilero es uno de los principales promotores de la construcción de una mesa política que nuclee al grupo de países para planificar una solución pacífica y dialogada para Ucrania.
De hecho, se ha reunido con el Papa Francisco para sumar voluntades en esa misma dirección. “Estamos encontrando a un grupo de personas que prefieren hablar de paz que de guerra, y creo que va a funcionar”, subrayó durante una rueda de prensa en Abu Dhabi. Asimismo, Lula ha vuelto a cuestionar la composición de los organismos rectores de la ONU.
Al compás del planteo multipolar por reformar el mecanismo de las Naciones Unidas, planteó que debe haber mayor protagonismo de África, Asia y América Latina en el Consejo de Seguridad, pero también reclamó lugar para Alemania, actor central en Europa.