Los pasados 22, 23 y 24 de agosto se desarrolló en Johannesburgo, Sudáfrica, la XV Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno. El evento tuvo como lema “BRICS y África: Asociación para el crecimiento mutuamente acelerado, el desarrollo sostenible y el multilateralismo inclusivo”. Las tres jornadas de debate giraron en torno a dos temas centrales: la creación de una nueva moneda y la expansión del bloque.
En la madrugada del jueves, el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa anunció la incorporación de seis países al mecanismo: Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y los Emiratos Árabes Unidos.
La XV Cumbre
Una nueva cumbre del BRICS reunió a los cinco miembros en el sur del continente africano. Por parte de Rusia, la máxima autoridad que asistió fue el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov. El presidente Vladimir Putin estaba imposibilitado de asistir presencialmente por el pedido de captura internacional de parte de la Corte Penal Internacional (CPI).
La XV Cumbre se desarrolló en un escenario de profundización de la crisis internacional de poder donde el esquema unipolar anglosajón sufre un proceso de declive ante el franco ascenso del multipolarismo euroasiático expresado, entre otras plataformas, en los BRICS.
Hubo consensos pero también contrapuntos. Con una participación virtual, el jefe de Estado ruso defendió la Operación Militar Especial encabezada por Moscú en Ucrania desde febrero de 2022. Sin embargo, tanto Brasil como Sudáfrica rechazaron el conflicto y convocaron a construir una mesa internacional para desarrollar una salida pacífica.
A su vez, el presidente brasilero Lula Da Silva impulsó el interés por crear una moneda común del bloque como táctica para debilitar la arquitectura financiera y comercial del unipolarismo occidental respaldado por el patrón dólar. Si bien no prosperó la iniciativa, hubo un amplio consenso para profundizar el comercio bilateral en monedas nacionales y la cooperación financiera.
Por otro lado, China reforzó la necesidad de expandir el mecanismo para fortalecer y multiplicar la influencia del bloque a escala internacional. El posicionamiento de Xi Jinping reunió el apoyo del conjunto de los miembros, definiendo la incorporación de los 6 nuevos países, cuya adhesión definitiva se dará a partir del 1 de enero de 2024.
De este modo, la representación del espacio aumenta al 46% de la población mundial y el 37% del PBI global. Asimismo, el mandatario sudafricano celebró el desarrollo de formatos como el Diálogo BRICS+ y BRICS África Outreach para “garantizar una cooperación mundial más equitativa, inclusiva y multilateral”.
Se afianza la multipolaridad
“Hemos llegado a un acuerdo sobre las directrices, criterios y procedimientos del proceso de expansión de los BRICS los cuales han estado en discusión por algún tiempo”. De esta manera anunció la incorporación argentina, egipcia, etíope, saudí, iraní y emiratí al bloque.
De los 23 candidatos que habían solicitado formalmente su adhesión al mecanismo, estas seis naciones fueron las privilegiadas por el espacio para ser integradas a partir de 2024. Fortaleciendo su influencia en la región del Magreb africano, la zona arábiga de Oriente Medio y el sur del continente americano, los BRICS expanden sus capacidades a nivel internacional incorporando a países en desarrollo y de ingresos medios.
En efecto, la XV Cumbre reunió la atención de las principales potencias del planeta. La estructuralidad y el nivel de profundidad de los debates del bloque preocupan a los actores que desde el fin de la segunda posguerra hasta finales del siglo XX han gobernado los asuntos internacionales a partir de una arquitectura geopolítica afín a sus intereses.
El Unipolarismo Financiero que había anunciado el “Fin de la Historia” con la implementación del Consenso de Washington se visualiza en declive. El derrumbe y cuestionamiento de sus plataformas como el patrón dólar, la maquinaria bélica de la OTAN y el Pentágono, y su hegemonía al interior de la ONU y el FMI expresan, entre otras cuestiones, esta situación.
Argentina ingresa al BRICS+
“Se abre un nuevo escenario para la Argentina: nos hemos incorporado a la alianza de los BRICS”, inició su interlocución el presidente Alberto Fernández esta mañana. Con un discurso de marcado acento integracionista, el mandatario nacional destacó el ingreso al mecanismo como un importante logro de su gestión que, según su punto de vista, expresa una política de Estado que debe continuar en el tiempo para defender los intereses nacionales.
A propósito, el presidente encuadró la adhesión argentina en la búsqueda de proyectar al país como un “interlocutor clave” y un “potencial articulador” de consensos en el marco de la crisis internacional. “Sobre todo en nuestra región, en el mismo momento que el mundo es atravesado por marcadas tensiones geopolíticas”, especificó.
Fernández hizo énfasis en la crisis del sistema multilateral, la desaceleración de la economía mundial, el shock de las cadenas de suministros, el fenómeno de inflación generalizada y la insostenibilidad de deudas externas como el cuadro que caracteriza la situación actual.
A su vez, el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, destacó el potencial nacional por su capacidad de producción de alimentos, las reservas de minerales estratégicos y el desarrollo científico tecnológico. También planteó al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS como un instrumento relevante “para cambiar la arquitectura financiera mundial” en favor del sistema productivo y en detrimento de la especulación financiera.
Los BRICS, el FMI y Malvinas
El ingreso argentino a uno de los mecanismos económicos y financieros más importantes del sistema internacional se da en una coyuntura política signada por contradicciones y desafíos.
Incluso, el anuncio del presidente Fernández se da apenas unas horas después de la declaración desde Washington del ministro de Economía Sergio Massa, luego de una nueva mesa de negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. El candidato a presidente por Unión por la Patria notificó desde la capital estadounidense un nuevo desembolso por parte del FMI en torno a los 7.500 millones de dólares tras la aprobación de la 5º y 6º revisión del programa.
La incorporación a la plataforma insignia del esquema del Multipolarismo Pluriversal se encuadra en una situación de dependencia financiera y relativa subordinación económica por la deuda externa con el organismo de crédito. Además, Alberto Fernández ponderó que “el reclamo argentino para resolver la disputa de soberanía por la Cuestión Malvinas tiene en ese foro a países que acompañen una resolución pacífica y negociada”.
En este sentido, la integración al mecanismo BRICS expresa un debilitamiento de las posiciones coloniales del Reino Unido de Gran Bretaña en territorio nacional luego del retroceso que significó el planteo de la propia Unión Europea al respecto.
Por último, la incorporación de Argentina se define apenas diez días después del triunfo en las PASO de Javier Milei y la victoria en las internas de Juntos por el Cambio de Patricia Bullrich. Alineados al esquema unipolar, ambos proponen profundizar la subordinación al patrón dólar y un rechazo a cooperar con los países que comprenden los BRICS.
De hecho, Milei habría indicado que eliminaría el comercio bilateral con Brasil y China, y Bullrich sostuvo hoy que “bajo su gobierno Argentina no va a estar en los BRICS”.