El Papa Francisco planteó un evento que promete remover las estructuras. Del 4 al 29 de octubre de 2023 se celebrará en el Vaticano la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Se titula: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, pero se lo conoce como el “Sínodo de la Sinodalidad”.
Allí, entre otras cosas, se discutirá el rol de la mujer en la Iglesia y su posible acceso al diaconado. Por lo cual, las organizaciones católicas feministas de todo el mundo se pusieron manos a la obra.
Las nuclea el Consejo de Mujeres Católicas (o CWC, como se lo conoce por sus siglas en inglés: Catholic Women´s Council). Se autodefine en su web como “un grupo paraguas global de más de sesenta organizaciones católicas”. Trabajan por el reconocimiento de la plena dignidad e igualdad de las mujeres en la Iglesia.
En vistas del gran evento, Nota al Pie dialogó con Marisa Noriega y Teresa Casillas, representantes del grupo de Latinoamérica, España y el Caribe en el Comité Ejecutivo Internacional del CWC que contaron cómo se preparan para el Sínodo, y qué esperan de esa Asamblea.
¿Qué actividades realizará el CWC en el Sínodo de octubre?
El 10 y 11 de octubre, el Consejo de Mujeres Católicas realizará una reunión social abierta en Roma. Asistirán mujeres representantes de las distintas asociaciones afiliadas mundialmente a CWC”, explicaron Casillas y Noriega.
A su vez, la invitación se extiende a todas aquellas que deseen conocerse, entablar un diálogo sobre su situación, compartir experiencias al interior de la estructura eclesial patriarcal, así como establecer redes para fortalecernos y caminar colaborando en sororidad.
Las representantes de Hispanoamérica del CWC adelantaron que está prevista una manifestación, para hacerse visibles y “que se escuchen nuestras demandas de equidad en la Asamblea Sinodal”.
También, llevarán a cabo una Liturgia de Lamentación. Su objetivo será mostrar “la desigualdad, la exclusión, la violencia, la injusticia y el dolor que hemos padecido y resistido las mujeres a través de siglos”, afirmaron Casillas y Noriega.
El camino hacia el Sínodo fue largo. En marzo de 2022 comenzaron sesiones virtuales de escucha y discernimiento, con mujeres de todos los continentes. Luego, esas reflexiones se unieron en un documento común.
Con respecto al evento presencial en Roma, las integrantes del CWC identificaron diferentes problemáticas. Las más evidentes son el financiamiento del viaje para las católicas del Sur global, y la burocracia que impide a muchas mujeres conseguir visados para acceder a Europa.
Por eso, desde el Consejo de Mujeres Católicas intentan brindar toda la ayuda posible. Tanto Noriega como Casillas aclararon: “las que acudan, ni son la únicas, ni están solas. Son una representación de la gran cantidad de mujeres que compartimos el deseo de igualdad en la Iglesia”.
A su vez, especificaron que en distintos países también habrá marchas y demostraciones públicas de estas organizaciones que llevan el feminismo a la Iglesia Católica.
Las mujeres en la Iglesia: las principales problemáticas
El documento que conformó el CWC, luego de un año de reflexión en todos los continentes, muestra los puntos que las católicas feministas creen son más próximos a tratar. Por una parte, la situación de las mujeres en la Iglesia.
Para ello se realizó una encuesta a 2286 mujeres, entre diciembre de 2021 y enero de 2022. Según compartieron Teresa Casillas y Marisa Noriega, el resultado arrojó que la mayoría considera “que su participación en la Iglesia es desigual, ambigua e invisible”. Las encuestadas expresaron que “ejecutan tareas subalternas y de servicio”, pero “carecen de poder de decisión”.
Con respecto a este último, Casillas y Noriega afirmaron que las mujeres con las que trabajaron expresaban “frustración” al hablar de su experiencia en la Iglesia. “Se sienten frustradas por el abuso de poder, el clericalismo, la discriminación, el sexismo y el miedo que experimentan en los entornos eclesiales”, completaron.
Otro de los tópicos a tratar es la estructura y transparencia. “La Iglesia se caracteriza por un liderazgo jerárquico, feudal y piramidal, en el que la toma de decisiones está en manos de un clero exclusivamente masculino”, explicaron. “Esto ha llevado a experimentar una fuerte división entre clérigos y laicos, especialmente mujeres laicas”. Así, denunciaron que los sacerdotes adquirieron una cultura de superioridad y los laicos quedaron en una posición infantil.
En el marco de las actividades del CWC, las mujeres del mundo también consideraron que “proclamar nuestra fe católica, de manera integral, es a menudo un acto de resistencia”, aseguraron Casillas y Noriega.
Diversidades en la Iglesia: un sueño a largo plazo
Marisa Noriega y Teresa Casillas reflexionaron sobre cómo sería la institución eclesiástica con participación activa de mujeres y personas del colectivo LGTBIQ+. “Tenemos que empezar por cambiar nuestra manera de concebir la Iglesia en la que crecimos”, plantearon.
Para ello, remontarse a los albores del cristianismo. “En los evangelios se describe una comunidad de iguales”, explicaron. Además, agregaron: “Se muestra a un Jesús que recorre los caminos y comparte las comidas con mujeres, no importa si son impuras, prostitutas o pecadoras. También con personas enfermas: ciegas, leprosas; con cobradores de impuestos, con personas extranjeras”.
Por eso, para Casillas y Noriega, la Iglesia debe ser una comunidad abierta, inclusiva, holística y equitativa. “Que acoja, cuide y consuele a todas las personas, sin importar su sexo, su preferencia sexual, su condición social, su procedencia, su cultura ni su forma de pensar”.
Sin embargo, no creen que sea algo fácil. Tanto ellas como las conformantes del Comité Ejecutivo del CWC dudan que haya avances significativos en éste Sínodo. “La estructura eclesial patriarcal dominante ejerce el poder”, reflexionaron.
“No será fácil que suelte ese status, que la mantuvo rígida y al frente de la feligresía, diciéndole qué tiene qué hacer y qué no para salvarse; con la firme convicción de que lo hacen como representantes de Dios en la Tierra”, continuaron.
Aun así, hay esperanzas. “Hay grandes teólogas en todo el mundo que contribuyen significativamente a la reflexión. También desde la pastoral, laicas y religiosas están comprometidas en la participación y la reflexión sobre la igualdad en la Iglesia de mujeres de todo el mundo”, afirmaron Casillas y Noriega.
“Es nuestro deseo, y para ello trabajamos insistentemente, en que se escuche la voz de las mujeres de todo el mundo en el seno de la Iglesia”, concluyeron las representantes del CWC.